Coronavirus en Argentina: la profesora de teatro que canta desde el balcón para los chicos de su cuadra

“En este momento de cuarentena creo que las actividades artísticas nos calman la cabeza. Nos permiten un recreo y nos alivian”. Lo dice Agostina Maldino: tiene 27 años,

vive en Paternal, pero cumple el aislamiento obligatorio dictado en medio del brote de coronavirus​ en Palermo, en la casa de una amiga. Su voz ya es conocida en el pulmón de manzana que temporalmente habita: se popularizó la primera vez que salió al balcón a cantar, antes de que los vecinos le pidieran una más, le sugirieran el repertorio, le agradecieran a puro aplauso.

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“Tengo una escuela de teatro musical para niñas y niños, y la verdad es que extrañaba mucho a mis alumnas. Ya las extrañaba en el verano y apenas pudimos tener dos clases antes de que empezara todo esto. Entonces me dio ganas de salir a cantar al balcón: canté una de Disney porque pensaba en mis alumnas”, le cuenta Agostina a Clarín. Es una de las personas que le buscaron la vuelta para que la cuarentena de los que la tienen cerca sea más amena.

Una vecina -Emilia, de cuatro años- escuchó la voz de Agostina. “Se metió en la casa, se puso el disfraz de Anna -un personaje de Frozen- y volvió al balcón: cantamos juntas ‘Libre soy’. Fue impresionante lo que pasó: empezaron a asomarse vecinos grandes y chicos. Escuchaban, aplaudían. La gente estaba fascinada“, cuenta Agostina.

Y suma: “Decidí volver a cantar a los pocos días y de nuevo hubo vecinos que se asomaron, grabaron con el teléfono, aplaudieron. Y algunos pidieron canciones, incluso algunas que yo no conocía, de alguna película de Disney como ‘Mulán’. Pero las busqué y las cantamos”.

“En estos momentos, actividades artísticas que en general son poco valoradas incluso económicamente, como el teatro, la música, la danza, sirven para calmarnos la cabeza. Escuchamos música y vemos películas para darle un recreo a la mente. Por eso cuando salí al balcón y vi esa primera reacción de mis vecines ni dudé que ese iba a ser mi aporte: se arma una sensación de compañía, de que no estamos solos”, concluye Agostina.

Al canto en el pulmón de manzana, y para no extrañar tanto a sus alumnas, sumó un hábito: cantan todas juntas por videollamada.

DD

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