Reino Unido registró 980 nuevas muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, lo que supone un número récord que lleva el balance total a 8.958 fallecidos, en momentos en que el primer ministro Boris Johnson continúa internado en el hospital. Pese al alarmante aumento de casos, muchos británicos se resistieron a permanecer en sus hogares y salieron ayer a las plazas y playas a tomar sol, pese al esfuerzo de las autoridades por garantizar medidas de distanciamiento social, impuestas desde el 23 de marzo.
Johnson continuaba ayer su convalecencia en el hospital, tras haber salido de terapia intensiva. “El primer ministro fue trasladado a otro servicio del hospital y continúa su convalecencia, que sigue en fase inicial”, declaró su vocero. El líder conservador caminó ayer por el hospital, lo que reveló la mejoría en su estado de salud. “Su ánimo sigue siendo muy bueno”, añadió, y precisó que retomará las riendas del ejecutivo cuando su “su equipo médico” lo autorice.
En tanto, el secretario de Salud Matt Hancock, que también tuvo Covid-19, volvió a exhortar a los británicos a respetar el confinamiento y permanecer en sus casas pese al buen tiempo y los feriados de Semana Santa para limitar la propagación del virus en el país, uno de los más afectados en Europa. “Por más cálido que sea el clima, por más tentador que sea tu parque o tu playa, todo el mundo debe quedarse en casa. Porque en los hospitales del país, el personal del servicio público de salud lucha día y noche para que las personas desesperadamente enfermas puedan respirar”, manifestó.
Cuarentena sin consenso. El jefe de la diplomacia, Dominic Raab, quedó a cargo del gobierno durante la ausencia de Johnson. Downing Street advirtió el jueves que habría que preparase para una prolongación del confinamiento, en principio previsto por tres semanas. El gobierno temía que si se levanta la cuarentena haya una segunda ola de contagios, mientras que todavía no se alcanzó el pico de la enfermedad.
El ministro de Vivienda británico, Robert Jenrick, fue criticado por haber ido a visitar a sus padres, a unos 60 kilómetros de su casa.