Un nudo en la garganta

Llevo tanto tiempo con esta macropreocupación de las cifras inadmisibles y los políticos a los que les da igual 17.000 muertos más o 17.000 muertos menos que voy a empezar a pensar

en cosas pequeñas para poder respirar. Llevo desde el quince de marzo sin respirar. Cojo aire cuando apago los telediarios, pero sigo igual. Cuando hablo con la médico de la residencia de mi abuela y las cosas únicamente «están» y no queda más remedio que esperar. De la desescalada y del día después que se preocupen los expertos -si les deja el Gobierno-, que yo voy a preocuparme de las cosas menudas: de la letra firme en un papel, de mis lechuzas de este año en La Mudarra y si saldrán todos los huevos adelante. De perfeccionar el arte de aburrirme bien, modales necesarios para una pandemia. Voy a pensar en cómo olerán los libros que no he escrito cuando empiecen a amarillear. Las inquietudes del alma no sé si son cosas menudas o grandes, si puedo meterlas aquí y pensar en ellas. Tengo el pecho de un adolescente aplastado por los muertos de estos días. Yo puedo pensar en las cosas pequeñas precisamente porque no soy ministro. Ellos deberían estar pensando en cuarenta y siete millones de historias. Pero claro, para eso harían falta hombres de Estado. Por eso Alberto Garzón, ministro y niño bien, con boda del Hola -porque los únicos que pueden jugar a ser comunistas son los señoritos sin ningún hobby sano-, en vez de estar preocupado por reactivar el consumo, ha decidido hacerse crítico de cine para tratar de ofender a los millones de cristianos a los que también representa; en concreto un Viernes Santo. Hasta para ofender han escogido a un inútil. Y Pablo Iglesias propone «nacionalizar y socializar los ahorros como en Venezuela». Cada uno en sus cosas pequeñas: ganar más poder con esta crisis que es la marca de los mediocres. Y Pedro… Pedro sigue pensando de qué color ponerse la corbata cada mañana, porque el luto le parece inasumible. Le ha dicho Iván que si se pone corbata negra le dirá al mundo que los 17.000 muertos y todas las familias desgarradas ya no son una estadística. Pedro Sánchez lleva escondida la vergüenza y su carencia de liderazgo detrás de la corbata, justo al lado de donde trata de esconder la realidad y los muertos cada mañana. Él sigue con su corbata burdeos, que es un rojo de luto por el socialismo que se va a pique. El resto no necesitamos corbata para sentir este nudo en la garganta que nos impide respirar.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-guillermo-garabito-nudo-garganta-202004121315_noticia.html

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