Desde que se les cayeron las fechas a los calendarios y se abandonaron en la mesilla los relojes el tiempo se ha vuelto terriblemente impreciso. Es ahora más relativo que de costumbre,
monótonamente innecesario en las calles y tan precioso en las UCIS de los hospitales. Aunque por otros motivos, de esta extraña forma de medir sin medidas escribió el maestro Josep Plá en «La huída del tiempo». Cuenta que su director en Destino le propuso la sección «Calendario sin fechas» y para él aquello era como «un arroz de pollo sin pollo», como «presentar un elefante sin trompa y corto de orejas». Fue profético sin saberlo en cómo definir con exactitud esta dramática emergencia que vivimos sin seguir viviendo. Un calendario sin fechas (¡qué estremecedora inutilidad!) es lo que manejan los políticos que intentan gobernar la tragedia. Y no hay peor tortura que robarles los tiempos y las legislaturas. Pedro Sánchez se inquieta y ha enviado a millones de españoles al trabajo sin que todas las empresas ni el Estado puedan disponer de las medidas de seguridad necesarias para evitar más contagios. El abastecimiento de mascarillas se garantiza para el final de esta semana, pero se trabaja desde el lunes. No es nuevo, ya lo hicieron con los sanitarios. Los ministros atropellados poniendo fechas a la «tensión desescalada». Fechas, necesitamos fechas. Gobierno y autonomías, entre ellas Castilla y León, se arrojan sanedrines de expertos en la España enlutada de la meseta de la pandemia. Advierte la OMS que la impaciencia puede ser mortal, más todavía. Puede que hoy sí escuchen. Escribía también Plá que para huir de ese yermo calendario la única salvación es asomarse a la serenidad del campo. Allí donde nada se aplaza, y todo rebrota, por intensa que haya sido en invierno la helada. Desde mi ventana solo veo asfalto pero ayer camino del trabajo había una roja amapola en la mediana de una avenida. Solitaria, avanzandilla curiosa, conquistadora precoz, mensajera extrañada de nuestra ausencia a su efímero espectáculo. Emisaria callada y pertinaz de que, a pesar de todo, la primavera avanza.
FUENTE DIARIO ABC: