Una de las respuestas que encontró la firma de alta costura española Carolina Herrera durante la pandemia de coronavirus, fue adaptar su producción a la
realización de material para la protección sanitaria para prevenir el Covid-19.
El grupo Puig, dueño de la marca, anunció que puso sus talleres de sastrería para la realización de batas y tapabocas para aliviar la demanda de estos materiales. Esta producción está destinada tanto para hospitales y clínicas como para la industria alimentaria.
En la publicación de Instagram, la empresa explicó que “la producción en Carolina Herrera se ha desplazado para apoyar la creación de batas de hospital en colaboración con las autoridades sanitarias locales”.
Y detalla cómo trabajan con los materiales y de dónde los toman: “cada día, recogemos materias primas de instituciones sanitarias especializadas, utilizamos un patrón que ha sido digitalizado para cortar y confeccionar las prendas y entregamos el producto final para su esterilización. Planeamos día a día para satisfacer incansablemente las necesidades cambiantes de nuestros médicos, hospitales y enfermeras”.
El grupo Puig es una empresa dedicada a la moda y las fragancias, con sede en Barcelona que fundó Antonio Puig en 1914. Tiene un volumen de ventas que ronda los dos mil millones de euros por año.
La compañía actualmente es uno de los gigantes mundiales del sector, con un catálogo que incluye marcas como Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne o Jean Paul Gaultier.
Y en este contexto el grupo empresario tomó la decisión de confeccionar material para la emergencia debido a la pandemia. ¿Lo copiaran otras empresas?
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