No hay día malo en la agenda de los ministros de Unidas Podemos para ahondar en la batalla cultural. Un campo de juego que es su mejor terreno. Ayer fue 14 de
abril, día en que se conmemora el advenimiento de la II República en 1931. Y el vicepresidente segundo del Gobierno interpretó que, pese a su cargo y a la excepcionalidad del momento, nada hacía desaconsejable que se explayase en sus redes sociales no solo en la defensa del hecho republicano, sino en la crítica al Rey. En las horas más duras para la democracia española, uno de los dos partidos que integran el Gobierno apostó por un mensaje divisorio. Como fue su estrategia de alentar las caceroladas contra el Rey en los inicios de la pandemia. El vicepresidente Iglesias se explayó en sus redes sociales con una argumentación en defensa de un modelo «donde el jefe del Estado jamás se vista de militar» y donde «mande el pueblo y no el poder económico». Una argumentación en la que Iglesias presenta la II República como pionera de cuestiones ya muy consolidadas en nuestra democracia constitucional de 1978, como la sanidad y la educación públicas. Iglesias terminaba defendiendo los valores republicanos como los que «hoy más que nunca, en momentos en los que se toma conciencia del valor de lo común y de lo público, nos van a permitir avanzar». Y concluía recetando «memoria, democracia, justicia social, futuro, República». También Irene Montero y Alberto Garzón escribieron mensajes en este sentido. El segundo refiriéndose al tiempo de «libertad y esperanza» que se abría entonces. Ni en el Gobierno ni en el PSOE hicieron ninguna valoración al respecto porque, como reconocía un ministro «no estamos para eso». Se evitó la crítica pero el mensaje sí causó sorpresa. Algún ministro incluso se preguntó en primer término si era un mensaje de ese mismo día. El PSOE, partido que no oculta su esencia republicana, dejó este alegato ayer en manos de su organización juvenil. Como recuerda un responsable del partido muchos cargos públicos sí emiten mensajes a título particular este día. Pero, subrayan desde Ferraz, «como partido y como secretario general, no». El propio Sánchez sí lo hizo antes de liderar el PSOE en el verano de 2014. Citas con el Rey Precisamente ayer se conoció que el Gobierno enviará en los próximos días a dos ministros de Unidas Podemos a despachar con el Rey sobre el impacto de la crisis del Covid-19. Se trata del titular de Universidades, Manuel Castells -que además fue profesor de Don Felipe en la Universidad Autónoma de Madrid- y de la titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Castells está citado en La Zarzuela el próximo jueves, y Díaz, el lunes. Desde que estalló la crisis sanitaria, Don Felipe ha recibido en su despacho a diez ministros del Gobierno, todos ellos del PSOE, lo que ha suscitado algunas interpretaciones. En el Ejecutivo hay 17 ministros socialistas y cinco de Unidas Podemos. El orden por el que los ministros acuden a despachar con el Jefe del Estado no depende del Rey, sino que se trata de una decisión que se organiza con el Gobierno, en función de los asuntos a tratar y de las agendas de los miembros del Ejecutivo. El vicepresidente mantiene el pulso a Sánchez por el ingreso mínimo vital Hace ya unas semanas el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, mantuvo una conversación con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en la que le anticipó que el ingreso mínimo vital tardaría más de tres meses en poder articularse. Esgrimía razones políticas, ya que se necesitaba pactar con PNV y ERC. Pero también técnicas. Se trata de una medida que requiere de una elaboración cuidada sin olvidar que en muchas regiones existen ya rentas mínimas de inserción. El vicepresidente, aseguran fuentes gubernamentales, aceptó ese retraso. Pero decidió tomar las riendas para plantear una alternativa. El pulso de Iglesias por monopolizar la gestión social de la crisis se hizo evidente cuando, en plena Semana Santa, el círculo del vicepresidente comenzó a trasladar la idea de que ingreso mínimo vital «puente» iba a estar listo de manera inminente. Se trataba, decían, de una respuesta urgente, de mínimo 500 euros mensuales, y que protegería a los más vulnerables ante en duro envite de la pandemia. Es entonces cuando se producen dos reuniones en las que participan él mismo, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el propio Escrivá.
FUENTE DIARIO ABC: