Adarve, la resistencia del fútbol de barrio al coronavirus

Menos de diez minutos es lo que se tarda en recorrer a pie la distancia que separa el polideportivo Vicente del Bosque, lugar donde disputa sus partidos el Unión Adarve, del Hospital

de La Paz, uno de los bastiones en la lucha contra el coronavirus dentro de la capital de España. Equipo de referencia en el Barrio del Pilar hasta hace poco soñó más alto de lo que nunca lo había hecho alcanzando la Segunda B. Esa aventura terminó y, de nuevo en Tercera, ahora trata de reverdecer laureles mientras convive como el resto del país contra una enfermedad que carcome al fútbol de arriba abajo. De hecho, aunque resulte paradójico, la situación acerca en cierta medida a los futbolistas profesionales y a los que no lo son. Obligados todos a entrenar en sus casas, solo los metros cuadrados de suelo y el material de trabajo a mano diferencia a unos de otros. Nada que no pueda suplirse con ingenio y ganas de trabajar. “No creo que haya una diferencia muy grande, creo que las diferencias entre Primera y Tercera son más palpables en el día a día y en el campo. Pero cuando todos perdemos ese campo y esa actividad presencial, entiendo que perdemos muchos recursos y puede haber algo que tienda a igualarse”, opina Javier Vázquez, entrenador del Unión Adarve, en declaraciones a EFE. “Pero la verdad es que trastoca una barbaridad porque si ya de por sí es complicado con pocos recursos en Tercera, imagínate sin poder acudir al campo de manera presencial. Todo se vuelve más complicado. Esto al final despierta la agudeza y la creatividad, estamos diseñando cosas para suplir esas carencias”, explica. Basta, sin embargo, con rascar un poco la superficie para descubrir que las diferencias seguirán existiendo: “Ni jugadores ni cuerpo técnico vivimos de lo que ganamos en el fútbol y desde luego hay preocupación. Luego hay contextos distintos. Hay chavales jóvenes que viven en casa, que están estudiando, y para los que el aspecto económico no es tan importante. Para otros, que son mayores y tienen hijos, su preocupación será otra”. “Estamos todos metidos en esta incertidumbre. Tengo la sensación de que el grupo está algo preocupado pero con todas las cosas que hacemos intentamos desviar el foco de atención de esas preocupaciones”, agrega Vázquez. Uno de sus futbolistas es Carlos García, guardameta polifacético que al mismo tiempo es profesor de actividades extraescolares y estudiante de magisterio en educación física. Ese edificio de responsabilidades se ha venido abajo hace un par semanas, aunque confía en reconstruirlo cuando pueda salir de casa. “Son cosas que no te esperas, han venido de sopetón y no te las imaginas. Estás en una situación en la que estás jugando de manera semiprofesional en Tercera en una posición muy buena, de profesor extraescolar súper bien con los niños. Y de repente no puedes jugar porque se para el deporte y se corta también el trabajo con los niños. Estoy un poco en shock”, comenta. “El tema del trabajo del colegio, según nos han contado, vamos a volver igual. En cuanto al fútbol estamos intentando ver cómo podemos hacer para retomar la temporada o si se tiene que dar por suspendida. Pero anteponiendo la salud de jugadores, árbitros, afición… de todo el mundo”, apunta. García es de los que se ha dado cuenta de lo importante que es el balón y los abrazos de los compañeros en su día a día: “Con todo lo que nos manda el míster en este periodo, más aún nos echamos de menos. Somos una familia y el no entrenar se nota. Mentalmente te puede. A lo mejor la primera semana aguantas pero cuando llevas dos o tres piensas que te falta algo. Son los compañeros”. “Sigo viendo vídeos de fútbol, sobre todo de porteros. Me he hinchado a ver partidos de mi categoría y de Segunda B. Y siempre hay un momento en el que cierras los ojos y tu mismo te acuerdas de partidos que has jugado este año. Son motivos para querer volver otra vez, te vuelven las ganas de jugar al fútbol”, destaca. Es la ilusión de quienes quieren prosperar. Otros, en cambio, ya han llegado a lo más alto: “En los equipos grandes, donde cobran una millonada, duele un poquito ver a compañeros de profesión que ganan muchísimo más decir que no les parece bien renunciar a un porcentaje mínimo de su salario. También tengo entendido que hay futbolistas que no han puesto ningún problema en hacerlo. Hay de todo”. Equipo de cantera Tanto la actitud como la aptitud se dibujan con los años. Ayudan a ello los valores que reciben los jóvenes y de eso sabe mucho el club, en cuyas categorías inferiores hay 600 jugadores con los que trabajan unos 70 entrenadores. Por ellas pasaron Marcos Alonso (Chelsea), Nacho Martínez (Valladolid) o Enrique López ‘Kadete’ (Querétaro). Algunos aspiran a seguir sus pasos confiando en que estas semanas sin fútbol, y las consecuencias posteriores, no mermen su voluntad ni la de los suyos. “Sin duda va a afectar, sobre todo a las categorías inferiores como benjamín o prebenjamín. Son tres meses donde no entrenas, donde dejas de aprender, donde dejas de competir”, considera Álvaro Monte, coordinador general de la cantera. “Puedes jugar al fútbol en tu casa o en tu patio pero el fútbol de verdad, de plantarte en un campo con reglas, un entrenador y compañeros al lado se deja de hacer. Quieras o no es un retraso por así decirlo”, expresa. Pese a ello la actividad no ha parado, en gran parte gracias a la iniciativa de los técnicos: “Desde directiva y coordinación a los entrenadores no les hemos pautado nada porque sabemos la gente que tenemos en el club y son locos del fútbol que no se van a estar quietos. Se mandan ejercicios, juegos… no dejamos de tener un vínculo con los chicos porque creo que es muy importante”. Sentido de pertenencia “Por suerte, como se dice dentro, somos un club de entrenadores. Estamos bastante unidos, tenemos un sentimiento de pertenencia y de arraigo. Las medidas que se han tomado o se vayan a tomar, todo el mundo las entenderá. La decisión tratará de ser la mejor para el club y para ellos”, indica sobre la situación de los formadores. Ahora confían en que los padres valoren el esfuerzo que hacen en la entidad cuando la pandemia se vaya y arrecien las necesidades económicas: “No hemos tenido ninguna reclamación pero nos preocupa. A día de hoy es una crisis sanitaria pero esto va a desembocar en algo más gordo. Quieras o no, al ser un club modesto cobramos nuestras cuotas y habrá gente que se piense muy mucho qué pagar, dónde pagar, cuánto pagar y qué hacer”. “Espero que la falta de dinero de los padres no deje a ningún niño sin fútbol. No es algo que haya sido culpa de nadie y todos tenemos que dar un poco nuestro brazo a torcer, sentarnos con esas familias que no pueden pagar por circunstancias de fundamento y darles la mejor solución posible”, concluye.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-adarve-resistencia-futbol-barrio-coronavirus-202004181110_noticia.html

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