Hace varias semanas que Mar Nicolás recorre Brunete con su coche para repartir mascarillas, confeccionadas por una decena de vecinas del municipio madrileño. «¿Qué, repartiendo mascarillas otra vez?», la saludaban los policías
que encontraba en su ruta. No obstante, la portavoz del PP en el Ayuntamiento brunetense recibió con «sorpresa», el pasado sábado, una llamada de la Guardia Civil. Según le dijo el sargento, el alcalde socialista, José Manuel Hoyo, le había trasladado que la concejal «se había saltado el confinamiento» para repartir mascarillas. Por ello, el agente decidió «redactar un informe» de lo sucedido a sus superiores, según cuenta Nicolás. Todavía no ha recibido notificación ni denuncia alguna. Ese mismo día, el jefe de la Policía Local de Brunete emitió un comunicado en el que informaba de que la participación de voluntarios en tareas de reparto «tiene que pasar por la necesaria formación de los mismos, coordinación con el Ayuntamiento y, lo más importante, adecuada protección de dichos voluntarios con material homologado». Una orden desconcertante para Nicolás: «Que yo sepa, ser voluntario de Cáritas no requiere un curso». De hecho, asegura que los policías «eran plenos conocedores» de su labor de reparto, amparada por Cáritas Parroquial de Brunete; una de sus primeras paradas fue el cuartel de la Guardia Civil. Desde el pasado 26 de marzo, Nicolás, junto a otros dos concejales del PP y dos voluntarios de Cáritas, han entregado alrededor de 4.500 mascarillas en un municipio de 11.000 habitantes. Y con el material disponible esperan poder distribuir un total de 9.000 unidades. Acometían la entrega protegidos con guantes y mascarilla y siempre con el permiso facilitado por Cáritas, que garantiza que esa actividad «está incluida entre las permitidas por el Real Decreto-Ley 20/2020, de 29 de marzo, por tratarse de distribución de material sanitario». «Agravio» al PP Este reparto no habría sido posible sin la ayuda del PP. Tras el decreto del estado de alarma, las vecinas que idearon la iniciativa acudieron al Ayuntamiento, gobernado por el PSOE y Ciudadanos, para conseguir la tela, el material más costoso. «El alcalde les dio la callada por respuesta», afirma Nicolás. Fue entonces cuando llamaron a las puertas del grupo popular. En apenas un día, la portavoz recibió la autorización de su partido para destinar cerca de 600 euros —del dinero de las cuotas de los afiliados— a comprar el material quirúrgico, homologado, que tardo un par de días en llegar de Sevilla. Después de conocer el gesto del alcalde, Nicolás no puede evitar sentir un «dolor profundo». Y no tiene dudas del motivo del «agravio»: «Es porque ha sido cofinanciado por el PP», dice. Pese a ello, insta al Consistorio a remar en el mismo barco. «Dejémonos atrás de colores políticos y trabajemos juntos para salir adelante», pide.
FUENTE DIARIO ABC: