El lado B de la Champlay: el enojo del Kun Agüero, las cargadas entre Paredes y Driussi y la confesión de Ginóbili

el coronavirus. Esencialmente, se trató de cracks del deporte batiéndose a duelo en uno de los juegos de fútbol más populares del mundo. Claro que cada partido de este certamen que ganó como todo un gamer el colombiano James Rodríguez, y sus antes y después, dejaron algunas perlas.

Una de ellas fue el escritoriazo de uno de los organizadores: Dybala empataba con Chicharito Hernández, pero la conexión del mexicano falló y el partido, como sucede en esos casos, se resolvió en favor del argentino…

Al mando del Manchester City -claro-, Sergio Agüero no pudo con su genio más allá de que cada jugador tiene una camarita que va mostrando sus reacciones permanentemente durante los partidos.

El delantero argentino se cruzó con James Rodríguez en el primer partido del torneo y el colombiano -que eligió a Liverpool– le propinó al Kun una de esas derrotas que duelen: un 2-1 con gol de oro.

En medio del partido provocó las risas del público cuando le lanzó al aire un “daaaale, Rodrigo” a la versión virtual de su compañero de equipo, pero lo mejor llegó al final: “¿Para qué juego a esto? Si me agarra una moto, loco…”, soltó Agüero, molesto como cualquier hijo de vecino que pierde de forma tan agónica. ¡Incluso tiró su joystick!

Leandro Paredes perdió con uno de los que pronto asomó como candidato al título: Facundo Campazzo. Después de su derrota, inició un video en vivo de Instagram e invitó a su amigo Sebastián Driussi.

“Te mandé un mensaje de aliento y me hiciste quedar re mal, boludo. Te pegaron una barrida”, le dijo el delantero al volante, que intentó consolarlo: “Te tocó el peor, amigo; re vicio, el más picante”. No era para menos: Campazzo -que, como buen hincha de Chacarita, nombra al Flaco Vivaldo cada vez que su arquero virtual tapa una pelota difícil- tiene tatuado uno de los botones del joystick de PlayStation…

El base de la Selección es el único representante del básquet que juega pero no fue el único en sumarse a la movida. Emanuel Ginóbili​ también dijo presente en una charla por videollamada en la que reconoció por qué no jugaba: “Nunca en mi vida toqué una PlayStation”. También aceptó jugar un dobles de tenis con Schwartzman, pero le avisó: “Tenés que venir con bajas expectativas”.