El reto fallido de ordenar la biblioteca

El 13 de marzo nos reunimos los siete abogados del despacho y nuestra secretaria, mi segunda familia, y decidimos cerrar el despacho y trabajar desde casa. Mi socia Lydia Lajara y yo

vivimos en el mismo edificio del despacho y podemos seguir trabajando esporádicamente en nuestro «hábitat» habitual de trabajo. Mi socio Carlos Echavarri también va viniendo, y realmente en estos momentos resulta reconfortante poder seguir comentando con ellos la marcha del trabajo y del despacho sin el obstáculo de una pantalla. Personal Lugar y con quién En casa, con mi marido Titus y mi hija pequeña, Marcel.la (23). En positivo Las comidas y cenas se alargan con sobremesas pensando en qué veremos por la noche juntos. Los mensajes de personas con quien se había perdido el contacto. Truco de supervivencia Las videollamadas con mis hijos mayores, padres y amigos. Releer «Memorias de Adriano», ir descubriendo películas como «Una cuestión de género», ¿Cuando salga? Reencuentro con mis padres, mis hijos mayores y mis amigos. Y después, ir a la peluquería! Pero es todo muy extraño; no hay casi llamadas, nos falta el café de primera hora de la mañana cuando todos los abogados invadimos la secretaría y comentamos las tareas del día, compartiendo risas, inquietudes y opiniones sobre los casos que llevamos. Echo de menos las visitas de los clientes, las reuniones con compañeros de otros despachos, las actuaciones profesionales en los Juzgados y Tribunales… y las llamadas de periodistas! Lo que no faltan son voluminosas causas para estudiar, juicios que preparar, escritos que redactar, o sea que mis jornadas laborales, a pesar del confinamiento, siguen siendo muy largas. Con el inicio del confinamiento me había propuesto hacer dos de esas cosas que muchos tenemos pendientes: ordenar las fotos y la biblioteca. Abrí las cajas de fotos y recorrí los estantes de la biblioteca y ante la magnitud del desorden he decidido que se van a quedar como están. Me preocupa, y mucho, el «día después». Y entre otras cosas, además de pensar en los estragos que está causando la pandemia en las personas y en la economía, no puedo dejar de pensar en los efectos que causará en el funcionamiento de la Administración de Justicia. Y me gustaría creer que nuestros gobernantes, quizás ahora sí, abordarán de una vez el problema de la carencia de medios de la Administración de Justicia, esa eterna olvidada en los presupuestos generales. El alejamiento de mi día a día ordinario impuesto por el confinamiento me ha reafirmado en que mi profesión de abogado penalista, que tantas veces me exaspera, es una profesión extraordinaria.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/catalunya/abci-olga-tubau-reto-fallido-ordenar-biblioteca-202004191141_noticia.html

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