«Todas las pestes son terribles y esta es una peste como las que había hace siglos; la gente sufre mucho». Son palabras de José Luis Rubio Willen, párroco de los municipios vallisoletanos
de El Carpio, Bobadilla del Campo, Brahojos de Medina y Cervillego de la Cruz. Desde su casa parroquial en la primera de las localidades, atiende a sus feligreses y les facilita cuanto apoyo espiritual necesitan, valiéndose de todos los recursos digitales. Confinado como cualquier otro ciudadano, sus jornadas comienzan con las oraciones de la mañana para dedicarse después a responder a todos los requerimientos que llegan vía whassap. Forma parte de la rutina diaria el rezo del Rosario, la Exposición del Santísimo y la Misa que celebra en la Parroquia de Santiago Apóstol de Carpio. Sólo acuden cuatro o cinco personas, como es preceptivo, pero los sábado se emite en directo a través de sus redes sociales y del canal Cuatro Ermitas, que desde que se creó en 2015 cuenta ya con cientos de seguidores. «En estos tiempos de soledad, a la gente le gusta oír a su párroco», asegura José Luis Rubio, que tiene a sus más fieles seguidores en la residencia de mayores del municipio y en muchas viviendas del pueblo que repiten durante días la emisión de la Eucaristía. También transmite en directo otro tipo de celebraciones y así sucedió durante la pasada Semana Santa. Para las personas que viven solas, el teléfono es su principal aliado y una cita diaria que permite hacer más llevadero el aislamiento. Como sacerdote, atiende los servicios litúrgicos habituales y, desgraciadamente, los funerales están entre ellos. «La gente es muy cívica y sabe qué es lo que tiene que hacer», asegura este párroco vallisoletano, que detalla que en estos casos un reducido grupo de familiares espera en el cementerio para celebrar las exequias. En cuanto a la unción de enfermos, va por delante, según explica, porque «ya la tienen todos mis ancianos, estén en la residencia o en sus casas».
FUENTE DIARIO ABC: