Pedía ayuda por estar en situación de abandono, pero era una impostora y engañó hasta a una diputada

coronavirus, quedó detenida tras constatarse que en los últimos cuatro meses había cometido una serie de robos en las casas donde pedía alojamiento apelando a la solidaridad de la gente.

Quien decía llamarse Carmen Beatriz Mata, de 58 años y oriunda de Merlo, en la provincia de Buenos Aires, resultó ser Irma Amanda López, una misionera que tiene al menos cuatro denuncias por robos y hurtos, principalmente a ancianos y personas discapacitadas.

Su raid delictivo quedó al descubierto luego que una asociación la contactara para brindarle asistencia legal y psicológica a raíz de los supuestos abusos y la privación ilegítima de la libertad que había denunciado a fines del mes pasado en la comisaría de San Vicente.

La mujer, que sólo tenía una constancia de documento en trámite a nombre de Mata, relató en su momento que a fines del año pasado viajó a Misiones para acompañar a su madre, que transitaba el tramo final de una grave enfermedad.

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Sostuvo que tras el fallecimiento de la mujer, a mediados de marzo, decidió retornar a Merlo, pero cuando arribó a la Terminal de Ómnibus de San Vicente se enteró que los servicios de micros estaban suspendidos por la pandemia de COVID-19.

Según la denuncia, fue un remisero quien le sugirió alojarse en un hotel próximo hasta que hallara al forma de retornar a Buenos Aires. En ese lugar encontró habitación, pero -contó- a los pocos días el dueño le quitó su celular y un computadora y la dejó encerrada porque se había quedado sin dinero para pagar.

Mata indicó que le había ofrecido las joyas heredadas de su madre, aunque eso no conformó al hombre, que la violó en varias oportunidades. Y dijo que también el padre del hotelero se sumó a los abusos.

La mujer aseguró que pudo escapar del encierro en un descuido de sus victimarios. Tras formular la denuncia, Mata decidió alojarse en la casa de un primo, pero allí estuvo unas pocas horas y luego pasó al hogar de una mujer que integra una ONG.

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Desde esa organización iniciaron una campaña para ayudar a la víctima. La intención era buscar la forma de lograr su retorno a Buenos Aires y las manos solidarias no tardaron en aparecer.

Fue la propia diputada radical Ana Minder quien gestionó ante la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad un salvoconducto para trasladar a Mata hasta Posadas, donde una mujer le ofreció un trabajo hasta que se restableciera el servicio de transporte.

“En el camino a Posadas hablamos poco y noté algunas inconsistencias en sus dichos, pero lo atribuí a un shock postraumático. Cuando llegamos se dio intervención a un refugio para víctimas de violencia y a partir de ahí empezó a conocerse la verdadera historia de esta persona”, contó Minder.

Cuando la gente de la ONG Donar publicó fotos de esta mujer en situación de calle, empezaron a llegar las advertencias sobre su pasado vinculado al delito.

Ya en Posadas se estableció que Mata, en realidad, era Irma Amanda López, oriunda de la localidad de Puerto Leoni, en Misiones. Y por sus tatuajes y una valija roja con una reparación muy particular, se la pudo vincular a varios robos y hurtos.

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López siempre elegía a sus víctimas entre ancianos y personas discapacitadas. Y se presentaba como una persona necesitada de ayuda porque se hallaba en una situación de abandono. Las historias iban variando según la época y las necesidades.

Fuentes policiales indicaron que hasta el momento existen cuatro denuncias por robos y hurtos cometidos por la mujer. Es por eso que fue trasladada detenida a la ciudad de Jardín América.

Desde el Juzgado de Instrucción de San Vicente dijeron que, más allá de las imputaciones que ahora pesan sobre la mujer, la investigación por los supuestos abusos y secuestro seguirán adelante. En ese expediente, el propietario del hotel se encuentra prófugo y aún no fue hallado por la Policía.

EMJ