Mientras la mayoría de la ciudad se mantiene a resguardo en sus hogares y el foco se concentra en salvar la pandemia, otros trabajadores, los operarios del Área de Obras y Equipamientos,
comenzaron la semana pasada con la silenciosa labor de mantener en buen estado las calles de la capital. Así, según confirmaron a ABC desde la concejalía que dirige la edil popular Paloma García Romero, desde el pasado lunes 13 de abril se inició la tradicional operación asfalto. En concreto, estos días se trabaja en la pavimentación del paseo de la Castellana, la avenida de Andalucía y la calle de la Princesa. El Consistorio prepara un plan más ambicioso que en años anteriores, en el que, según apuntan fuentes municipales, se hará una inversión mayor y abarcará más calles. De esta manera, indican, servirá también de revulsivo para el empleo en un momento en el que toda ayuda en este sentido es crucial. Desde hace diez días también se recuperó el ritmo de trabajo en otros dos centenares de obras, como la de la plaza de España, que se tuvieron que paralizar durante dos semanas por orden del Gobierno central dentro de las restricciones establecidas por el estado de alarma. Además, ayer, la Junta de Gobierno de la capital aprobó el gasto plurianual de 5 millones destinados a la redacción del proyecto de soterramiento de la A-5, una de las promesas electorales del equipo bicolor. Está previsto que los trabajos comiencen en febrero de 2022 y que finalicen en el primer trimestre de 2023. Para PPy Cs, este es un proyecto de ciudad al que no se debe renunciar ya que supondrá la mejora de vida de los vecinos del barrio de Campamento. Al tapar el paseo de Extremadura, desde la avenida de los Poblados hasta su enlace con la M-30, se ganarán 80.000 metros cuadrados de zonas verdes y se coserá así la herida abierta por el asfalto desde hace ya medio siglo. La redacción del proyecto incluirá la creación de un carril bici que conectará Madrid Río con Alcorcón. Respecto al tráfico rodado en superficie, sólo existirá un carril por sentido que compartirán los autobuses y los vehículos de los barrios colindantes: Batán, Colonia Jardín, Lucero y Campamento. Por este enclave pasan cada día 130.000 vehículos, que quedarán, a partir de entonces, bajo tierra en un túnel de casi 4 kilómetros con tres carriles por sentido, uno de ellos bus-VAO. Esta infraestructura se construirá mediante el método de falso túnel, que afecta menos al tráfico durante las obras, al intervenir en uno de los sentidos mientras el otro sigue abierto.
FUENTE DIARIO ABC: