En estos tiempos de pandemia nadie sabe qué hubiera pasado si tal cosa, nadie sabe cómo se sigue, cómo se sale, cómo todo. Lo que manda es la incertidumbre -más que nunca,
más que siempre- como capitana de la vida. En ese marco, y haciendo foquito en el devenir de una serie, resulta una utopía tratar de averiguar que habría sido de Poco ortodoxa si no se hubiera estrenado en plena cuarentena.
Más allá de cualquier especulación, la ficción basada en la autobiografía de Deborah Feldman es buena por donde se la mire. Y, desde esa certeza, podría haber llegado a Netflix en cualquier momento, y, seguramente, habría tenido éxito. ¿Pero tanto como en el que tuvo en sus primeras tres semanas en las aguas del streaming? Ya lleva cuatro.
Si los pedidos de recomendaciones se vuelven intensos en las redes, en las fiestas familiares, en los pasillos de una redacción, en un ascensor o donde sea en cualquier época del año, en esta cuarentena se han multiplicado hasta volverse monotema: “¿Qué puedo ver?”. Con lo cual, la ecuación de “bueno+novedoso+corto+todoshablan” le vino perfecto a Poco ortodoxa para picar en punta a la hora de las sugerencias. Es ideal para maratonear.
Amit Rahav y Shira Haas, o Yanky y Esty, marido y mujer sin amor correspondido.
Si bien tubo un arranque sereno desde la plataforma, fue recién al tercer o cuarto día que la serie (estrenada el 26 de marzo) sobre una adolescente que se anima a romper con la comunidad ultra ortodoxa a la que pertenecía empezó a liderar el boca a boca de “no te la podés perder”. Y gracias a esa suerte de rating interno que Netflix estrenó el 24 de febrero, indicando en pantalla el top ten de los favoritos del día para el país en el que uno está, supimos cómo fue consolidándose esta serie de cuatro episodios en los primeros puestos.
Ahora -esto se escribe el jueves 23 de abril a la noche, para ser más exactos-, la ficción protagonizada por Shira Haas, en la piel de Esty Shapiro, pasó al noveno puesto en la Argentina, ranking que este momento (en el que esto se escribe) encabeza El silencio del pantano, película con Pedro Alonso, el Berlín de La casa de papel.
Seguramente, con la llegada de la segunda temporada de After Life, el viernes 24, las posiciones se alteren y la ficción de Ricky Gervais pelee en lo más alto. En la Argentina y en el mundo.
Por qué hay que ver la serie Poco ortodoxa
Cuando una historia es buena y tiene tildados todos los casilleros del interés, como puede ser el caso de After Life o de Poco ortodoxa, es probable que funcione bien en cualquier momento. Sólo que el encierro psíquico de una cuarentena, enredada entre angustias, necesidades y temores, pida a gritos un buen entretenimiento que meta otra información en la cabeza. Y entendamos por entretenimiento no sólo un programa de juegos, sino también una serie hecha seriamente. Como ésta, con actuaciones sólidas, con un relato ágil que atrapa, acerca del judaísmo y de las religiones en general, acerca de la libertad, de los mandatos… Como bien decía el tuit de Netflix del 9 de abril: “¿Tenés tres horas y media libres hoy? Eso es el tiempo exacto que necesitás para ver Poco ortodoxa completa. Quienes la vieron pueden dar fe de que lo vale”.
Yo doy fe, qué mejor frase para recomendar esta historia.
WD
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Clarín
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