La desescalada del confinamiento en Valencia llegará con cambios de movilidad en el centro de la ciudad. La pandemia del coronavirus dejó en el aire uno de los proyectos estrella del Gobierno
de Joan Ribó este mandato: la reorganización del tráfico de la calle Colón y la peatonalización definitiva de la Plaza del Ayuntamiento. Dos actuaciones que se retoman con el inicio de los trabajos en la céntrica vía de la capital, donde se crearán dos carriles para los autobuses públicos y los taxis y se dejará solo uno -de los dos existentes ahora- para los vehículos privados a motor -turismos, furgonetas y motos-. Cambios que afectarán notablemente a muchas de las líneas de la EMT que confluyen por este punto de la ciudad. A partir de este lunes se retirarán los elementos de segregación del carril bus, y entre el martes y el jueves, con el tráfico interrumpido -excepto para el acceso de residentes y usuarios de estacionamientos públicos y privados-, se realizará el resto de trabajos de señalización. Esta nueva ordenación conlleva, además, que desde la Porta de la Mar únicamente se pueda acceder a esta calle en autobús público o en taxi y que el tráfico privado lo tenga que hacer solo a través de Conde Salvatierra o de otras vías situadas en el mismo lateral. Las modificaciones prevén también otro cambio en la dirección al inicio de la calle Colón, que aunque en su mayoría seguirá siendo de un solo sentido hacia Xàtiva, incorporará para los vehículos privados la posibilidad de giro a la derecha a la salida de Conde Salvatierra hacia Justicia y Grabador Esteve. Además, desde Colón ya no se podrá girar a la derecha para entrar a Pérez Bayer. El único acceso desde Colón habilitado para circular por esa calle será el procedente desde Isabel la Católica. Una vez reabierta al tráfico la calle Colón, a partir del lunes 4 de mayo se interrumpirá la circulación en la plaza del Ayuntamiento, donde comenzarán los trabajos para renovar el asfalto y habilitar las señales y el mobiliario urbano que delimitarán cerca de doce mil metros cuadrados de nuevo espacio peatonal. La plaza se dividirá en puntos de recorrido y puntos de actividad, con ocho puertas de entrada señalizadas y un carril exclusivo para taxis y para la nueva línea C1 de la EMT, la única que cruzará este espacio. Esta ruta funcionará como lanzadera entre los intercambiadores de Tetuán-Puerta del Mar y Xátiva-Marqués de Sotelo, con una frecuencia de paso de entre cuatro y cinco minutos. Las terrazas bajarán de las aceras y se señalizarán las zonas de carga y descarga, así como las entradas y salidas de vehículos a los aparcamientos privados, tanto por la calle Periodista Azzati, como por la Paz y Poeta Querol. Esta actuación se prolongará, informan desde el consistorio, el tiempo que sea necesario para acometer los trabajos con todas las medidas de seguridad y «minimizando» las molestias que pudieran derivarse debido a la drástica disminución del tráfico en la ciudad por el estado de alarma. Se trata pues, de una peatonalización «blanda», a la espera de conocer tras un proceso participativo, el diseño final del enclave que necesitará de una intervención mucho mayor y que se sumará al proyecto -ya consolidado- de la plaza de la Reina. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, afirmaba esta semana que la peatonalización de la plaza del Ayuntamiento es «una petición ciudadana histórica, un proceso planificado y elaborado en diálogo y colaboración con los vecinos, así como con los colectivos de comerciantes de la zona, y que incluye un proceso de participación ciudadana». Un proyecto polémico Sin embargo, tanto los colectivos sociales como la oposición han expresado su descontento respecto a la reordenación de Colón y al cambio de líneas en la EMT, sobre todo, por las formas y los tiempos en los que se comunicó. La Federación de Vecinos lamentaba que los cambios se llevaran a cabo sin un proceso participativo previo al que poder hacer sugerencias o propuestas. Crítica similar a la que hacían los comerciantes del centro histórico que acusaban al concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, de ocultarles información durante años sobre sus planes en Colón. Entre los grupos municipales en el Ayuntamiento tampoco ha habido mucho consenso y la oposición ha cargado duramente contra Grezzi desde que se anunciara por sorpresa la medida. Un proyecto que la portavoz del PP, Maria José Catalá, considera «una sinrazón que no tiene sentido en este momento, porque se trata de una inversión que no es productiva, y no cuenta con el respaldo y el consenso de los sectores económicos, el comercio y los vecinos de la ciudad». Catalá ve el inicio de las obras como una forma de «tapar» la ausencia del alcalde en la reunión en la que se decidió la suspensión de las Fallas, momento en el que su agenda lo situaba en la ópera. Por su parte, Ciudadanos pide el aplazamiento de todas estas modificaciones en materia de movilidad porque considera que la EMT -sacudida por un ERTE que no ha sido aprobado- debe centrarse en la seguridad de sus usuarios y plantilla y no en «cambiar la mitad de los recorridos». El edil Narciso Estellés añade que «la vuelta a la normalidad, desde todas las perspectivas, va a implicar más que probablemente un rediseño de la manera de operar respecto a la oferta y demanda en la EMT, respecto a las acumulaciones de personas a bordo del autobús, a las acumulaciones en las paradas, en los transbordos y en los posibles cambios de patrones a la hora de moverse de las personas por la ciudad».
FUENTE DIARIO ABC: