A un ritmo lento, pero sostenido, las exportaciones argentinas acumularon cuatro años seguidos de crecimiento. El 2019 cerró con ventas externas de US$65.000 millones, todavía lejos del récord de US$84.000 millones que
se alcanzó en 2011. Este año, coronavirus mediante, la tortilla se dio vuelta: pronostican caídas que van del 5 al 15%.
Para la OMC por efecto de la pandemia y dependiendo cuánto se extienda el parate de la economía, el comercio global podría contraerse entre 12,9% y 31,9% este año. El peso de las exportaciones argentinas en el comercio mundial es bajo, apenas 0,3%, pero de todos modos acusará el golpe.
Parte del impacto ya empieza a notarse. En marzo las ventas externas cayeron 16%. El mes pasado, la baja en las cantidades fue ampliamente superior a la pérdida en los precios de exportación. “En este mes no solamente se sufrió el impacto del efecto económico de la cuarentena en China, sino también en otros dos socios comerciales principales: Brasil y Estados Unidos”, resalta Juan Pablo Di Iorio, de la consultora ACM.
Para Di Iorio, las exportaciones bajarán 6% este año y llegarán a US$61.000 millones. “La caída no será homogénea. Dado el shock de oferta que representa la crisis, la demanda de petróleo y combustibles se verá fuertemente disminuida. Esto desatará una batalla de precios que impactará en forma negativa en Vaca Muerta”.
Di Iorio también destaca que “los precios de los principales commodities que exporta Argentina no cayeron tanto, ya que la industria alimenticia está dentro de las actividades menos perjudicadas por las restricciones globales”.
Otro elemento a favor de la producción agrícola es que “China es el principal comprador y es también el único país de las grandes potencias que ya estaría reanudando la actividad”.
Para PxQ, la consultora de Emmanuel Alvarez Agis, las exportaciones bajarán a US$58.000 millones, mientras que las importaciones caerán hasta US$42.000 millones. De este modo, Argentina seguirá teniendo un superávit comercial robusto, de US$16.000 millones. El ex viceministro de Economía estima que este año al país le sobrarán US$4.000 millones, básicamente los que nos ahorramos por no poder viajar al exterior y por dejar de pagar los intereses de la deuda, en caso de que la reestructuración prospere.
Para Eco Go la baja de las ventas externas será más acotada, de entre 3% y 5%. Juan Ignacio Paolicchi apunta que “las exportaciones de energía caen pero los commodities se vienen sosteniendo en valores elevados“.
Para Elypsis la proyección es de una merma de 11,2% para llegar a US$57800 millones, mientras que las importaciones caerán 13,9%, a US$42.000 millones.
Desde el IERAL, Juan Manuel Garzón plantea que en el acumulado del año los precios de las tres commodities agrícolas más importantes para Argentina “no son muy diferentes a los de mismo período de 2019”. A los valores actuales la soja y el maíz están 5% y 7% abajo con respecto a abril del año pasado, mientras que el trigo está 10% por arriba. La semana pasada los precios de la soja y el trigo se emparejaron en US$215 la tonelada e incluso el martes el cereal, en un hecho sorpresivo, llegó a estar unos centavos por arriba de la oleaginosa. Para esta campaña se prevé que la cosecha llegará a 134 millones de toneladas, 6% menos que la anterior que había sido excepcional en materia de rindes.
Para Garzón, “en un escenario de crisis global en forma de V (más optimista), donde la pandemia y las políticas de contención empiezan a diluirse al cabo de tres meses, las exportaciones podrían ubicarse en un rango de entre US$58.000 millones y US$60.000 millones (ajustando entre 8% y 11% respecto 2019)”, por una combinación de caída entre cantidades y precios “muy significativos en petróleo y relativamente leves (hasta el momento) en materias primas de base agropecuaria”.
Para Gabriel Zelpo, de Seido Consultores, “es muy difícil que la baja del petróleo no le pegue a la soja. La caída del crudo va a impactar en el etanol que se fabrica en base a maíz y eso va a arrastrar a otros cultivos”, plantea.
Zelpo marca una complicación adicional para las exportaciones: el aumento de la brecha entre el tipo de cambio oficial y los dólares alternativos. La semana pasada ese gap superó el 70%. “Si a medida que vayan pasando los meses la brecha se mantiene, los exportadores tendrán menos incentivos a vender su producción a un dólar de $66 mientras el paralelo supera los $110. Muchos van a preferir sentarse sobre la producción y esperar“. Con esta perspectiva, la proyección de Zelpo es que las exportaciones podrían caer 15% este año.
La consultora LCG marca que “tanto exportaciones como importaciones sufrirán una aguda caída en el segundo trimestre del año“. Indica que las manufacturas agropecuarias “se verán perjudicadas tanto vía precios como vía cantidades, mientras que las industriales se verán afectadas negativamente por la contracción en Brasil. Las proyecciones para el país vecino fueron corregidas hacia la baja y se espera que caiga alrededor de 5%, lo que perjudicará fundamentalmente las ventas de vehículos automotores, algo que ya comenzó a evidenciarse en marzo con menores exportaciones hacia ese mercado”.
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