El domingo pasado la dirección del Ballet Contemporáneo del San Martín, formada por Andrea Chinetti y Miguel Elías, subió un video de cerca de cuatro minutos en el que participan
todos los bailarines de la compañía en un hermoso sinfín: cada uno en su terraza, dormitorio, living, patio, cocina o jardín, desarrolla una breve secuencia que comienza con la forma exacta en la que quedó el bailarín anterior. Dos miembros de la compañía, Lucía Bargados y Matías de Cruz, propusieron la idea e hicieron la edición.
Hay algo de la danza de cualquier género que está teniendo un enorme efecto emotivo en estos días difíciles: un video en una línea similar (es decir, bailarines en los marcos de sus respectivas casas), dirigido por el realizador Cédric Klapisch e interpretado por el cuerpo de baile de la Opera de París, ha tenido centenares de miles de reproducciones virtuales en todo el mundo.
Dice Andrea Chinetti: “Fue una iniciativa de los bailarines. Viste que aparecieron muchos videos de bailarines y compañías que se filmaron en sus casas en distintos países; un poco de allí nació esta idea”.
Andrea Chinetti, directora del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, cuenta cómo se las arreglan para que el cuerpo de baile se mantenga en movimiento durante el distanciamiento obligado por la cuarentena.
-¿Cuál es la actividad actual del Ballet Contemporáneo?
-Está en plena actividad: hacen sus clases diarias de técnica clásica con Lorena Sabena y de técnica Graham con Sofía Mazza, que además cierra con algo de improvisación para que puedan liberarse un poco. Son clases más breves porque salvo los ejercicios de la barra y algunos saltos pequeños mucho más no puede hacerse en un espacio chico. Por otro lado estamos ensayando Boquietas pintadas, de Oscar Araiz y Renata Schussheim, que iba a estrenarse en mayo. Una gran parte ya estaba montada afortunadamente desde antes de la cuarentena; y además, también afortunadamente, es una obra en la que es posible trabajar aspectos expresivos, gestuales y actorales con bastante detalle. Una obra que necesitara mucho espacio para desarrollarse creo que de ninguna manera podría hacerse por Zoom. Todo está dándose tan bien que estamos ya reuniendo material de todo el proceso para hacer más adelante un documental.
-¿Cómo organizan los ensayos?
–Hacemos un orden del día, exactamente como si estuviéramos en el Teatro, pero los ensayos terminan más temprano, a las 13.30, porque los bailarines que tienen hijos no pueden mantenerlos encerrados tanto tiempo. Yo, de todos modos les pido que de verdad se relajen y que si no hay otra persona en la casa y el nene pide una galletita… ¡Que vayan a buscarla y se la den! (se ríe). El profesionalismo está muy bien y ellos son ultra profesionales, pero las condiciones de hoy son especiales y hay que aceptarlo.
El Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín en su último ensayo en vivo de Bajo el signo de Saturno, estreno de marzo pasado, previo a la cuarentena.
-¿Alguna idea, aunque sea remota, de cuándo volverán a la actividad real?
-En absoluto. Pero me imagino que nos encontraremos entre los últimos: los bailarines siempre estamos inevitablemente muy en contacto unos con otros. Vi hace poco unas fotos de una compañía china en los que los bailarines tomaban su clase diaria con barbijos y guantes; la verdad es que me resultó un poco impresionante.
-¿Algunos otros proyectos?
-Sí, pero todavía nada muy preciso. Pero mientras continúe la cuarentena nos gustaría poder crear algo nuevo con la compañía. Algo en lo que participe quizás un pintor y un músico. O varias escenas cortas con un mismo tema. Que no sea exclusivamente alrededor de la idea de “lo que puedo hacer desde mi casa”.
E.S.
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