De la facultad a la “trinchera”: tienen entre 25 y 31 años y darán la gran batalla contra el coronavirus

“Los residentes son fundamentales en la vida diaria de un hospital. Son el motor, el pulso, porque están muchas horas y realizan gran parte del trabajo, siempre supervisados, ya que forma parte de su

propio crecimiento y desarrollo”, afirma Silvia Listorti, médica cardióloga del Hospital Castex. “En estos tiempos de coronavirus​​, el trabajo entre médicos con experiencia y residentes se unifica, se hace de manera conjunta, no se los carga con responsabilidades de más, ellos no intuban a un paciente, por ejemplo”.

En otro tono, Eduardo Montoya, titular de Psiquiatría de la Universidad de El Salvador y profesor de la UBA, coincide con que “el residente es una pieza esencial dentro del funcionamiento del hospital y lo será más si la situación con el Covid-19 se agrava, pero desde hace tiempo que el residente está sometido a una especie de régimen militar médico innecesario, extenuante. Este régimen no les deja casi tiempo para estudiar, con lo que el aprendizaje es mayoritariamente por lo que se puede observar en la misma residencia”.

¿Qué dicen los propios residentes, cómo están viviendo estos días de pandemia, en los que el 14 por ciento de los infectados son trabajadores de la salud? ¿Temor, ansiedad, expectativas? ¿Cómo se preparan para la temida curva de contagios de cara al mes de mayo?

“Estamos completamente dedicados a la guardia de urgencias oftalmológicas, situación que nos coloca muy cerca de fuentes de infecciones, por lo que nos protegemos con el equipo correspondiente, que consta de camisolines, guantes, barbijos, hidrorrepelentes, y antiparras para evitar el riesgo de contagio. En nuestra actividad revisamos pacientes a unos pocos centímetros, por lo que el riesgo es mayor“, cuenta Natanael Serrano, oculista residente del Hospital Austral.

“Todavía no estamos cubriendo actividades en otras áreas, pero lo que está pasando con este virus es tan dinámico que cada día es una incógnita”, dice Serrano, de 26 años, que lleva un año de residencia. Sin embargo “después de varias semanas de ver cómo va siendo el movimiento en el hospitalestoy más tranquilo menos preocupado y ansioso, sin temores, de hecho me cansa usar todo el vestuario de protección, me molesta para trabajar”. 

Para Serrano el futuro inmediato es una incógnita, “es difícil suponer qué es lo que va a pasar en mayo o primeras semanas de junio, para cuando se espera la curva de contagios. Quizás tengamos que ayudar en otras áreas y ahí estaremos para arremangarnos“.

“Desde que arrancó la epidemia, las condiciones de trabajo cambiaron. Estamos yendo menos horas y menos días por semana, porque el hospital quiere preservarnos y que por ahora no tengamos contacto con los pacientes con Covid-19 porque dicen que no quieren arriesgar al personal indispensable”, comparte Majo Rivas, médica clínica residente en el Churruca.

“Todo el tercer piso del Churruca está aislado con pacientes con coronavirus, o potenciales pacientes, y quienes los atienden y revisan son los médicos de planta, de más experiencia. Si en las próximas semanas la situación toma otro relieve, como se dice, ahí sí tendremos que salir al ruedo los residentes“, estima Rivas, de 28 años.

La médica que va por el segundo año de residencia confiesa que “se respira el estrés reinante, y los nervios y temores son inocultables. Es todo muy loco esto que está pasando, nadie lo imaginaba… Cuando empezamos a escuchar del coronavirus lo veíamos por televisión, advertíamos qué pasaba por la imágenes que llegaban desde Italia y España, pero no creíamos que iba a llegar aquí, del otro lado de una puerta”, grafica.

Para Rivas los cuidados cambiaron radicalmente, “ahora todo depende de la conducta responsable de cada uno. Nosotros como médicos tenemos que ser cuidadosos con el aseo, con el cambio de ropa para vestirnos y desvestirnos y reducir al mínimo cualquier riesgo para evitar el contagio. Desde el Churruca nos insisten en que si bien esto es muy complejo y novedoso, es fundamental mantener la calma para hacer todo como corresponde. Y esa actitud nos contiene y serena”.

Según los últimos datos del Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud del Ministerio de Salud de la Nación, entre el servicio público y privado hay unos 172.502 médicos en Argentina. El promedio del país es de 3,96 profesionales cada mil habitantes, proporción que supera a países como Brasil, Uruguay, México, Canadá y Suecia. En Capital Federal hay 3.500 médicos residentes en los 34 hospitales públicos de la ciudad y representan el 16 por ciento del total de la planta de profesionales.

Cambia, todo cambia. Es lo que sucede con la rutina de Hernán Sanna, residente de primer año de ortopedia y traumatología. “Mi actividad varió mucho en cuanto a la intensidad de la guardia. Antes veíamos un promedio de 40 pacientes y ahora 5 o 6 como mucho”, sostiene el médico, de 30 años, que trabaja en el Hospital Universitario Cemic.

En cuando a la cantidad de horas laborales, “se mantienen, voy todos los días, en distintos turnos y debo confesar que lo que hemos visto estos días con los médicos que se han contagiado me genera miedo y preocupación porque yo tengo asma, soy una persona de riesgo. Pero acá estoy, poniéndole el pecho, haciendo mi trabajo, ¿Labores complementarias? “Todavía no me asignaron otra actividad por fuera de la traumatología, pero estamos agazapados, a la espera“.

Hernán Sanna (con gafas) asiste a una artroplastía, una cirugía de cadera.

Sanna cree que en “estos difíciles tiempos tenemos que tener la fortaleza mental para no dejarnos derrotar, manejar la ansiedad y el estrés, estar activos tanto física como mentalmente, sumado a ser responsables con las medidas de seguridad principalmente para uno y así protegemos al paciente”.

Mastica bronca cuando recuerda que días atrás yendo a trabajar con el ambo típico de médico “me cruzaron dos motos y me amenazaron, pensaban que yo tenía la misma ropa con la que trabajo en el hospital, y en realidad es el ambo de entrada y salida, que estaba impecable. Fue un momento muy desagradable, ya que me insultaron a los gritos, pero yo me mantuve en la mía, caminando y sin responder”.

El traumatólogo tucumano advierte que “la gente de la calle está muy agresiva y se las agarra con los médicos, pero después esos mismos salen a aplaudir a los balcones -sonríe incómodo-. Pero no voy a aflojar, voy a seguir poniéndole las mismas ganas que siempre. Trato de mantenerme muy positivo , no sólo en el hospital con mis colegas, sino también en grupos de amigos y familiares en las redes”.

Residente de traumatología de tercer año, Mariana Carrizo (31), de un hospital del barrio de Caballito (prefiere no mencionarlo) describe que “al igual que en otros servicios y otros hospitales, suspendimos cirugías programadas y disminuimos al mínimo el horario de consultorio, el cual se programa pocas veces a la semana, sólo para atender urgencias. Las únicas operaciones que se llevan a cabo son fracturas que no pueden esperar, infecciones, cirugías oncológicas y el trauma agudo”.

En cuanto a la residencia, apunta, “nos dividimos en dos grupos para cubrir 15 días cada uno y así disminuir el contacto, y en el caso de haberlo tenido (sin saberlo) poder realizar 15 días de cuarentena en casa”. En cuanto a la formación académica “estamos realizando webinars (conferencias por internet) entre residentes dos veces a la semana, en los cuales se brinda una clase o se discuten artículos o papers actuales. Todo esto sumado a conferencias que nos brindan alguien del staff del servicio o de otros hospitales”.

La residente que cursa el segundo año remarca la rigurosidad a la hora de llevar a cabo los protocolos de cuidado y protección. “Hay mucha responsabilidad de médicos de experiencia, residentes, enfermeros y personal de limpieza, todos mantenemos una absoluta responsabilidad durante las guardias, las recorridas por los pasillos o en las habitaciones del hospital,”, enumera Carrizo que reconoce estar “tranquila, pero muy precavida. Nadie está exento de pescarse el virus, tampoco los más jóvenes como podemos ser los residentes“.

¿Cómo manejar el posible contacto con pacientes contagiados? “Estamos recibiendo capacitación constante de medidas de barrera, sospecha y confirmación diagnóstica, manejo del paciente y algoritmo clínico en el paciente no complejo”, señala Carrizo y agrega: “Hace unos días tuvimos una charla de capacitación a través de Youtube, en la que participó el director médico, infectólogas y coordinadoras de enfermería, que resultó útil, sumó mucho. Todo suma para incorporar conocimiento y bajar el estrés y la ansiedad”.

“El hecho de tener contacto directo con los pacientes a la hora de realizar ecografías, hizo que en el último mes tengamos que ser más estrictos en cada consulta y en cada interacción“, explica Matías Huarte, residente en diagnóstico por imágenes en el Hospital Austral. “Tenemos varios casos sospechosos, sumado a los pacientes que consultan a la guardia por motivos distintos, razón por la cual hemos tenido que hacer reestructuraciones físicas para así evitar potenciales contagios”.

Sobre el movimiento interno, Huarte cuenta que “el servicio fue dividido en tres grupos, de manera que siempre exista personal disponible, con la posibilidad de que haya que ir a ayudar o a cubrir a algún compañero“, dice el médico que días atrás cumplió 26 años estando guardia en el hospital de Pilar. “Fue muy extraño, un cumpleaños atípico, que quedará en mi recuerdo para toda la vida”.

Todo es motivo de precaución y resguardo, hasta en las cuestiones mínimas, “lo que eleva la situación de nerviosismo y estrés. Uno manipula objetos como papeles, lapiceras, teclados, ecografías, que muchas personas ya han tocado, y desconocemos el grado de cuidado que tuvo el otro. Tenemos que extremar los cuidados y nos lo vamos recordando todo el tiempo. Hay que estar muy atentos y la desinfección y la limpieza son continuas”, remarca.

El cóctel estrés y nerviosismo confía Huarte “deriva en un poco de miedo entre todos nosotros. Somos los que mayor exposición presentamos, y sin embargo tenemos que hacerle frente, es la única manera de ayudar a pararlo. Por eso me entristece tanto lo qué pasó con el cobro de los jubilados hace unas semanas… Esperemos que ese desborde no traiga mayores consecuencias“.

Juan Martín Rokos, residente del Sanatorio Otamendi, hace saber que han habido muchos cambios en este último mes y monedas. “Se han suspendido clases, ateneos y hasta los pases de guardia y, como sucede en otros centros de salud, se intenta reducir al máximo los riesgos, entonces, en nuestro caso, nos dividimos en dos grupos para evitar el amontonamiento y vamos una semana cada uno y la de descanso estamos aislados”.

Con especialidad clínica médica, Rokos explica que el Otamendi se organizó para atender a los pacientes con Covid-19. “Se tiendea que tanto el piso de internación como la terapia tengan población de pacientes con coronavirus hasta en un 80 o 90 por ciento“.

¿Qué labor cumple como residente? “Estar al pie del cañón, asistiendo a los infectados tomando todas las medidas de cuidado. Debemos estar descansados y lúcidos para estar listos para cuando suene el teléfono. Puede que se venga lo más difícil y habrá que estar disponible las 24 horas, los siete días de la semana”, responde el joven de 25 años.

Cómo manejar las emociones no es un tema sencillo. “Te diría que es lo más difícil, porque se trata de algo nuevo, sin precedentes, que azota a todo el mundo, entonces nos apoyamos mucho dentro del grupo de trabajo, sabiendo que no podemos ver a nuestras familias. Estamos ansiosos para que esto ya se termine”.

¿Se hace cuesta arriba la residencia? “En la medicina, y más cuando la estás haciendo, siempre tenés que estar atento, captando todo lo que te dicen, porque todo es nuevo. Esta es una adaptación más, y teniendo gente al mando que te guía se hace más llevadero. De esta manera uno devuelve poniendo lo mejor, más allá de que los nervios crecen ante este virus tan contagioso”.

Martín Waisman está haciendo la residencia en la especialidad diagnóstico por imagen en el Hospital Británico, centro que también apela a la rotación de su personal para evitar grupos humanos numerosos. “Desde hace varias semanas que ha cambiado el movimiento diario del hospital. Como residente, yo trabajo con técnicos de tomografía, enfermeros y personal de limpieza de manera conjunta y nos complementamos muy bien, confiando en disciplina y responsabilidad del otro“.

Waisman dice que hay un tomógrafo destinado a pacientes de coronavirus y hace saber que “aumentó en los últimos días la cantidad de tomografías. Si hace dos semanas se hacían dos o tres por día, ahora se calcula entre ocho y diez“. Describe el médico que “después de cada estudio, la sala es desinfectada. Y también los estudios se hacen más espaciados, entre paciente y paciente debe pasar una hora“.

Pese a las dificultades, el joven médico se siente contenido por el hospital, que acondicionó las instalaciones para que también puedan transitar pacientes de urgencia, que no tengan Covid-19. “Hay zonas libres de coronavirus, hay consultorios móviles, como si fueran trailers en la guardia, hay más camas en terapia intensiva y habilitaron un espacio protegido, en el patio del hospital, para que el personal pueda comer tranquilo”.

“Hay que estar bien parados, con firmeza, y ser adaptables porque de lo contrario la dinámica del día a día te lleva puesto. Cada jornada de trabajo es bien distinta a la anterior, ya no existe la rutina porque el virus está cada vez más presente en nuestras vidas. ¿Qué se viene? No está muy claro aún, estamos ante un mundo desconocido. Sólo tenemos que estar tranquilos y ser responsables para actuar con lucidez”.

Así están ellos, los residentes, dando los primeros pasos en una medicina que presenta un nuevo orden mundial. Atrincherados, en la línea de fuego, deben salir al choque cada vez que se los requiere. Los dominan nervios, temores y estrés, tienen que trabajar en condiciones sin precedentes, pero dejan un mensaje: “El pánico paraliza pero nosotros no podemos paralizarnos, tenemos que accionar, hacer y mucho. Creo que es fundamental entender que saldremos de esta situación entre todos. La gente apoyando desde sus casas y nosotros trabajando con los protocolos necesarios para estar a salvo”.

Qué es el CoronavirusCómo se contagia y cómo son sus síntomas

Mirá el especial

DD

COMENTARIOS

TEMAS QUE APARECEN EN ESTA NOTA

COMENTARIOS CERRADOS POR PROBLEMAS TÉCNICOS.ESTAMOS TRABAJANDO PARA REACTIVARLOS EN BREVE.

CARGANDO COMENTARIOS

Clarín

Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar.

Ya la active
Cancelar
Clarín

Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.

Exit mobile version