Alberto Núñez Feijóo ha sido contundente este mediodía al asegurar que «Galicia no puede avalar» el plan de desescalada ante la pandemia de coronavirus anunicado este martes por el Gobierno central. «No
lo puede avalar porque tiene serias lagunas de eficacia y utilidad», ha apuntado. «El plan tiene que ser modificado y por eso no cuenta con el respaldo de la Xunta, porque se hizo a espaldas no solo de la Xunta, sino de las comunidades autónomas», ha proclamado en una intervención tras analizar el Ejecutivo autonómico el documento emitido la víspera. Feijóo ha señalado que «siempre cumplimos las normativas estatales», pero al tiempo que su «obligación es hacer una valoración y proponer que el documento sea modificado, mejorado y consensuado en el seno que corresponde, en la conferencia de presidentes» autonómicos. Esa es una de las principales quejas del presidente de la Xunta, que el plan «no ha sido negociado ni mucho menos consensuado con las comunidades autónomas», que se enteraron de sus detalles al mismo tiempo que el resto de los ciudadanos, al divulgarse este martes. El mandatario autonómico se ha mostrado muy crítico igualmente con la intención de extender el estado de alarma, al considerar que «difícilmente se puede habalr de pasar a la normalidad si tenemos una situación de excepcionalidad. No podemos mantener sine die un mecaniusmo tan excepcional en democracia como el estado de alarma». A su juicipo, existen otras «fórmulas legales». En su primera valoración, Feijóo ha asegurado que el plan de desescalada del Gobierno presenta «algunas luces y muchas sombras». Entre sus defectos, la Xunta discrepa especialmente con dividir los territorios atendiendo a las provincias, una medida a la que no ve lógica ni sentido, por tratarse de una figura administrativa de 1833 que en Galicia plantea numerosos problemas en un 10% de sus municipios, situados entre dos provincias. También se echa en falta un tratamiento diferenciado para el rural. Entre los fallos que encuentra el Gobierno gallego al plan figuran: la ausencia de un punto de corte para ir determiando los pasos de fase; que no se tengan en cuenta los estudios serológicos; que no se atienda a la capacidad de urgencias y emergencias en los criterios sanitarios a aplicar; y que persistan dudas sobre la reapertura de algunos sectores económicos. También se discrepa con criterios como separar franjas de edad en torno a los 65 años -la Xunta se decanta por los 69- o que las guarderías queden como recurso para padres con trabajo. «Hay mucho enunciado y muy poca letra pequeña imprescindible para precisar y clarificar. Estamos a tiempo de rectificarlo y corregirlo», ha reclamado Feijóo, quien ha apelado a que «el Gobierno puede actuar de espaldas» a las comunidades autónomas ni al principal partido de la oposición, el PP. Por eso pide «trabajar de forma coordinada y leal, no a golpe de imposiciones del BOE, a través de órdenes ministeriales que salen de forma continuada y constante», modificándose y complementándose, «en una situación de enorme improvisación». En el apartado de las escasas «luces» que ve Feijóo en el plan de Sánchez, ha citado la apertura de comercios, la posibilidad de practicar deporte individual sin contacto y que haya una desescalada «parcialmente asimétrica», pero esto último descafeinado al no coincidir con los criterios del Gobierno gallego.
FUENTE DIARIO ABC: