Desde que abrieron los bancos, se renovaron $ 75.000 millones de plazos fijos

Son los menos pero con la cuarentena ganaron visibilidad. Se trata de los ahorristas que todavía renuevan su plazo fijo de forma presencial en un ecosistema financiero en el que el

homebanking parecía haber desterrado esa costumbre. Pero llegó la pandemia y muchos no pudieron ir al banco.

Así, los saldos inmovilizados clientes en esta situación llegaron a sumar un máximo de $ 175. 000 millones, según cálculos de la consultora Eco Go, y fueron la principal causa del declive en estas colocaciones. Desde que reabrieron los bancos, ya se renovaron $ 75.000 millones, con lo que queda todavía un stock de $ 100.000 millones.

Son saldos de depósitos a plazo que no fueron renovados a su vencimiento y que no cuentan con una orden de ser transferidos automáticamente a alguna caja de ahorro o cuenta corriente. Banco Central enfatizaba en un informe el efecto que habían tenido en marzo: “entre el 20 y el 31 de marzo, el aumento de los saldos inmovilizados fue equivalente al 56% de la caída de los plazos fijos en pesos”.

Martín Vauthier, Director de Eco Go, detalla dónde estamos parados hoy: “Hay una caída en los plazos fijos de un poco menos de $ 50.000 millones desde el 13 de marzo, el día previo a que se iniciara el aislamiento voluntario. En ese mismo tiempo aumentaron los saldos inmovilizados, que hoy son $ 100.000 millones. La totalidad de la caída se puede atribuir a estos saldos. Si uno quitara ese efecto se registraría un leve aumento”.

En la mayoría de los bancos aseguran que hoy entre el 90 % y hasta el 98 % de los clientes renuevan vía Internet. Y muchos aprovecharon este momento para incentivar la migración digital. “Venimos haciendo mucho trabajo de derivación. Antes ya teníamos 80 % por canales electrónicos pero ahora estamos en 90 %”. Sin embargo, hay casos de entidades que recién se suman como es el Banco Nación que acaba de lanzar la posibilidad de renovación online. 

“Hay que tener en cuenta que seguramente mucha gente no fue por miedo al contagio, que los bancos atienden con turnos, y existe además el riesgo de sacar los pesos”, sopesa el economista de Eco Go.

Claro que más allá de este fenómeno de “saldos en el limbo”, hay una realidad: el atractivo de un plazo fijo es cada vez menor. No por nada el Central acaba de establecer una tasa mínima de 26,6 %

Camilo Tiscornia, titular de la consultora C&T, describe este momento:  “Hay dos cosas que hoy se combinan. Por un lado la necesidad de liquidez porque en la medida en que caen las ventas de las empresas, si tenían un plazo fijo colocado, la gente empieza a usar la plata. De ahí el traspaso a cuentas a la vista. Y por otro lado las tasas de los plazos fijos han caído a niveles ridículamente bajos”.  

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