Se cumple un año del último entrenamiento de la extensa carrera de Íker Casillas

Hoy se celebra un año del último día «normal» de Íker Casillas en el planeta fútbol. Aquel 30 de abril de 2019, el madrileño lo atacó con la serenidad que le definió

durante dos décadas de entrenamientos, desde los benjamines hasta transformarse en el mejor guardameta de la historia de España. Aquel 30 de abril, el mostoleño se ejercitó con dureza en el césped de Oporto. Quería demostrar siempre su nivel, no vivía del cuento de la leyenda. Eso le obsesionaba. Trabajaba duro, para superar la competencia. Volvió a casa y durmió bien. Madre mía, cinco años antes, el 29 de abril de 2014, había ganado 0-4 a Guardiola. Vaya recuerdos. Todo cambió el 30 de abril de 2019. A la mañana siguiente, 1 de mayo, día internacional del trabajo, volvió al entrenamiento, como todos los demás. Y se empleó a fondo. Se sintió mal. Realizó un esfuerzo extremo y él se dio cuenta de los problemas. Estaba sufriendo un infarto. Menos mal que el doctor del Oporto reaccionó con una sabiduría tremenda, con una inteligencia soberbia, y se lo llevó rápidamente al hospital. casillas llegó al hospital y los médicos detectaron que tenía una obstrucción de la arteria coronaria derecha. En ese momento saltaron las alarmas y enseguida se le practicó el cateterismo en el CUF de Oporto Esa determinación del médico fue clave para salvar a Íker. El español siempre se lo ha agradecido. Y se lo agradecerá. Aquel 1 de mayo de 2019, Casillas vio cómo su vida dio un giro total. Sufrió un fuerte dolor en su pecho durante el entrenamiento por el que tuvo que ser inmediatamente trasladado y poco después los médicos revelaron que había sufrido un ataque al corazón. Tras un sinfín de pruebas se vio obligado a renunciar al sueño de continuar como portero y tocó adaptarse a sus nuevas circunstancias. Pasó miedo hasta tal punto que, en ciertas ocasiones, se apoderaba de él un temor que le impedía «caminar, dormir y hacer algún esfuerzo físico». Aquel 1 de mayo, se le realizó un cateterismo y quedó ingresado en el hospital CUF de Oporto. Íker Casillas, verdaderamente, no se sentía muy mal al llegar al centro hospitalario, pero los doctores vieron que estaba sufriendo un proceso de infarto con obstrucción de la arteria coronaria derecha. En ese momento saltaron las alarmas y enseguida se le practicó el cateterismo para revertir la situación. Tenía entonces 37 años. Llevaba desde 2015 en el Oporto y había renovado su contrato por una temporada, más otra opcional. «Nunca se ha movido por dinero», decía el presidente Pinto Da Costa tras la renovación. Casillas realizaba una gran temporada y había jugado de nuevo los cuartos de final de Champions, en los que cayó eliminado ante el Liverpool, que se proclamaría campeón después en el Metropolitano unos meses más tarde. Había caído ante el inminente campeón. Tuvo que dejar el fútbol. Y se introdujo en otra lucha: ser presidente de la Federación Española de Fútbol. Quiere derrotar a Rubiales. Es su nueva guerra. Corazón aguerrido.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-cumple-ultimo-entrenamiento-extensa-carrera-iker-casillas-202004300107_noticia.html

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