Coronavirus en Argentina: es profesor de Historia de una facultad, se negó a dar clases por Zoom y casi lo echan

“Estimado Francisco: Quería informarte que a partir de este año no estarás dictando cursos en la Maestría de estudios internacionales. Saludos, Enrique”.

Estas breves líneas las recibió Francisco Corigliano, un

reconocido y premiado docente de Relaciones Internacionales, Política Argentina e Historia de Occidente, entre otras materias, que se desempeña en la Universidad Torcuato Di Tella.

Lo que sigue es una crónica de un llamativo despido a un profesor considerado valiosísimo por sus alumnos y ex alumnos, que el viernes último se daba por echado y este lunes, repentinamente, fue reincorporado. Pero, ¿qué sucedió en el medio? Corigliano, el docente en cuestión, era el único de los 70 profesores de dicha casa de estudios que no daban sus clases a través de la plataforma Zoom.

El mail que recibió el profesor Corigliano de parte de la Universidad Di Tella donde ejerce hace más de veinte años.

El mail que recibió Corigliano rápidamente llegó a los ojos de sus estudiantes quienes, sin perder tiempo, se plegaron y en una movida solidaria y veloz, reunieron 230 firmas para requerir, nota mediante, que la Di Tella revea la decisión y volviera a contar con Corigliano en sus aulas.

“Patética actitud de la Di Tella con uno de los profesores más comprometidos que vi en mi mi vida. Encima en cuarentena”. “Tristemente no valoran la trayectoria y el conocimiento que brinda a sus alumnos”. “Gracias a su supervisión, mi tesis ganó el premio a la mejor de UdeSA en RRII. No nos hizo falta Zoom“. “Con un conocimiento excepcional, pero siempre trabajando con una sonrisa, cariño y humildad ante todo”. “Lo de la @utditella con el profesor Corigliano es decepcionante“.

La cantidad de mensajes de estudiantes y ex estudiantes en apoyo a Corigliano, que poblaron las redes sociales primero, y la carta enviada después, fueron un toque de atención para la Di Tella, que respondió manteniendo a Corigliano como docente de grado en las materias Historia Occidente y Política Exterior Argentina, pero no lo tendría en cuenta para la maestría de Relaciones Internacionales que empezará en junio.

Clarín se comunicó con Corigliano, de 57 años, que prefería no hablar “para no echar más leña al fuego. Yo soy una persona que no me meto con nadie, nunca tuve problemas en mis lugares de trabajo, estoy realmente angustiado por lo que pasó, por el mail que recibí y esta situación de incertidumbre me tiene sin dormir hace varios días”, contó el profesor, que terminó aceptando que la charla podía ser de utilidad.

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La versión de Corigliano, que habría desencadenado la reacción de la Universidad Di Tella, es la siguiente: “Yo no podía dar las clases por Zoom desde mi casa porque tengo una mala conexión de Internet, un módem viejo y me resultaba imposible hacerlo. Por eso vengo trabajando con mis estudiantes con power-points interactivos con mi voz, mails, chats, foros, resúmenes conceptuales y ellos nunca tuvieron problema, nunca me manifestaron estar disconformes“.

Corigliano contó que prepara sus clases en su vieja computadora, las graba en un pendrive y tiene como rutina semanal ir a un locutorio -especie en extinción- donde se instala varias horas y se las hace llegar a sus alumnos. “La universidad me dijo que mis estudiantes no estarían conformes con mis formas de dar clases, por eso tomaban esa decisión, lo que me hacía ruido, porque yo tenía otra percepción de lo que ellos me manifestaban”, repasa Corigliano.

“Nosotros desde la Universidad le insistimos que todos se plegaron a la modalidad zoom, pero él nos decía que no estaba de acuerdo con utilizarla, que él tenía otra modalidad pedagógica más efectiva”, afirmó Enrique Peruzzotti, director del Departamento de Ciencia Política..

Este medio se comunicó con Enrique Peruzzotti, el directivo de la universidad que le mandó el mail al profesor. Desde el vamos hizo especial hincapié en la calidad de docente que es Corigliano. Y explicó: “En este duro momento de la cuarentena, todos los que estamos en la facultad, autoridades, docentes y alumnos, pusimos mucho esfuerzo para salir adelante y mantener el calendario académico al día. Todos nos brindamos menos a esta modalidad, con el esfuerzo y el desconocimiento que eso requería. Todos menos el profesor Corigliano“.

“Nosotros, desde la Universidad, le ofrecimos a Francisco solucionarle el tema -explica Peruzzotti-. Hacernos cargo de un módem nuevo, de pagarle una banda ancha más poderosa y que un docente le explique cómo funciona Zoom. Pero más allá de lo tecnológico, él nos decía que no estaba de acuerdo con utilizar Zoom, que él tenía otra modalidad pedagógica más efectiva. Tuvimos varias reuniones con él, se le explicó que no era algo arbitrario, sino que fue una evaluación consensuado que terminó decidiendo la Di Tella”.

Fueron técnicos a la casa de Corigliano -que tampoco usa celular- y no pudieron hacerle la instalación, pero quedaron en volver apenas solucionaran el problema. Según la universidad, no pudieron entrar, “Francisco ponía excusas de que en su edificio cuestionaron que entrara gente y finalmente no pudimos. Nos pusimos más incisivos porque en una reunión virtual con su curso, salió el tema de cómo daba las clases y entre 12 y 15 estudiantes expresaron su insatisfacción por la falta de Zoom. Así fue que decidimos tomar la decisión”.

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Un profesor de la Universidad Di Tella, consultado por la situación, mostró su asombro tanto por la negativa de Corigliano como por la decisión de las autoridades. “Esta cuarentena marca un antes y un después en la manera de dar las clases. Si no te aggiornás quedás afuera. El mail que envió la universidad es muy triste, pero el pedido de auxilio del profesor a los alumnos, enviándoles un mail, no corresponde. No hay que sindicalizar una cuestión personal“, afirma un docente que prefiere su anonimato pero remarca que “la pluralidad de la Di Tella es amplia”.

Como una suerte de culebrón que no tenía capítulo final, Corigliano pidió cosas imposibles como ir a dar clases por Zoom a la universidad que está cerrada por decreto presidencial, hasta una suerte de mea culpa del propio Peruzzotti, que estaba arrepentido por la frialdad del mail que envió. “La verdad que sí, fue horrible, lamento haberlo enviado en esos términos. Su modalidad sui generis no justifica las palabras que elegí. El tema se extendió casi dos meses, sentía que había que darle un corte y me dejé llevar por el impulso”, reconoce el directivo.

Este lunes, autoridades de la Universidad Di tella se comunicaron con este cronista. “Esperemos que no sea tarde. Queremos comunicar la decisión de último momento que se tomó hoy. Hemos ofrecido mantener una condición de modo asincrónico a cargo de Corigliano en la maestría de Internacionales”. Ante la complejidad de las palabras, se pidió por una respuesta más llana: “Dada las circunstancias inéditas de la pandemia, sigue”.

Pasadas las 17 horas de este lunes, la decisión tomada al mediodía por la Universidad Di Tell, todavía no habia sido comunicada a Francisco Corigliano. “A mí no me transmitieron nada”, respondió el profesor.

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