Bildu dice que Sánchez va a derogar la reforma laboral cuando acaben los ERTE

La votación de la quinta prórroga del estado de alarma concluyó ayer con sorpresa con partida doble. Según desveló Bildu al final de la tarde, esta formación pactó su apoyo en la

votación a cambio del compromiso de derogar la reforma laboral «antes de la finalización de las medidas extraordinarias por el Covid-19». Respecto a qué fecha es exactamente esa, fuentes de Bildu aseguraron a ABC que «antes de que no existan medidas laborales y economicas excepcionales, tipo ERTE u otros». Rondando ya la medianoche, el PSOE confirmó el acuerdo para derogar la reforma laboral -entre otros puntos- pero evitó hablar de plazo alguno. La segunda sorpresa también llegó de la mano de Bildu, pues según ellos la portavoz socialista, Adriana Lastra, les pidió que no hicieran público este acuerdo hasta finalizar la votación. Si la versión bildutarra es cierta, es fácil interpretar que la petición respondía al temor a que Ciudadanos retirara su apoyo a la prórroga. De hecho, al trascender el acuerdo anunciado por Bildu, el partido de Arrimadas explicó que «este acuerdo no tiene que ver con la prórroga» ya que «con el voto de Ciudadanos, Bildu es irrelevante en la votación». Apoyos menguantes Protestas crecientes en las calles y apoyos menguantes en el Congreso. Éste es el contexto político en el que ayer compareció el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ante la Cámara Baja para pedir su autorización a la quinta prórroga del estado de alarma. Lo consiguió con el menor margen obtenido hasta ahora -15 votos- a costa de hacer saltar sus alianzas de la investidura y aumentar su desgaste político. Todo ello abrió ineludiblemente el debate sobre su creciente debilidad parlamentaria y la propia duración de la legislatura. El jefe del Gobierno jugó con la idea de seguir en La Moncloa cuatro años, pero el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, le advirtió de que solo será posible si reconstruye su alianza con su grupo. Y es que la ecuación parlamentaria que ayer extendió el estado de alarma hasta el próximo día 7 de junio es muy distinta a la que permitió la investidura de Sánchez el pasado mes de enero. Ayer el Gobierno encontró los 177 votos a favor de PSOE, Podemos, Cs, PNV, CC, Teruel Existe, Más País y el PRC; las 11 abstenciones de Bildu, UPN, BNG, NC y Compromís (incluyendo la de la portavoz socialista Adriana Lastra, por error) y los 162 escaños en contra de PP, Vox, ERC, Junts y CUP. Pero en enero el jefe del Ejecutivo pudo contar con la abstención de ERC y los apoyos de Compromís, el BNG y NC que ayer no tuvo. A cambio, en la investidura cosechó el voto en contra de Cs, CC y UPN, que este miércoles salvaron la prórroga. Los dos primeros votando a favor y el último absteniéndose. Este cambio de alianzas no es neutro para el Ejecutivo: quiebra la mayoría de la investidura por segunda vez en quince días y dispara los recelos de los socios naturales de Sánchez. Desde ERC a EH Bildu pasando por Más País pusieron en cuestión la estabilidad del Gobierno si sigue apoyándose en Cs. Rufián advirtió de que se están «llevando por delante el espíritu de la investidura» y forzó al Ejecutivo a elegir entre su grupo y la formación naranja. «¿De qué va esta legislatura? Porque con Cs va de una cosa y con nosotros de otra», inquirió a Sánchez, reforzando la idea de que ambas formaciones son incompatibles. Por su parte, el líder de Más País, Íñigo Errejón, consideró que el bloque de la investidura «comienza a desvanecerse» e instó a Sánchez a reconstruirlo porque «lo va a necesitar». Según avisó, la alianza entre el Ejecutivo y Cs «no va a ir muy lejos». La intervención del portavoz de Cs, Edmundo Bal, confirmó las tesis de Errejón. El giro hacia la formación naranja no trae consigo un cambio de equilibrios sino una aritmética variable que abre la puerta a la inestabilidad política. Bal advirtió al presidente del Gobierno de que no cuenta con un «nuevo socio» y enmarcó su apoyo a la nueva prórroga del estado de alarma en el «sentido de Estado» de este partido. No existe acuerdo de legislatura ni hay garantía de apoyo: Cs decidirá su voto ante cada norma que el Ejecutivo remita al Congreso. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, advirtió que debe haber cogobernanza, diálogo y no recentralización de competencias. Ante este precario equilibrio, el jefe del Ejecutivo se vio obligado a renovar los acuerdos adquiridos para su investidura, incluyendo los territoriales y la promesa de derogación de la reforma laboral. Sus mensajes iban dirigidos a Rufián a quien aseguró que La Moncloa estuvo debatiendo hasta altas horas del martes sus peticiones. «Los compromisos adquiridos se mantienen vigentes», subrayó repetidas veces en un intento de calmar los ánimos del portavoz de ERC y convencerle de que la alianza con Cs es puntual. «Son matemáticas», apoyó después la portavoz socialista, Adriana Lastra. Unas «matemáticas» a las que, según la política asturiana, los republicanos abocaron al Ejecutivo al negarle su apoyo a la prórroga. Lastra recordó a Rufián que le pidió el «sí» de su grupo porque era «lo que más le importaba al Gobierno» y que éste le replicó que «era imposible». La repetición de la alianza con Cs enfurece a ERC porque rebaja su capacidad de influencia y chantaje sobre el Gobierno socialista. Por su parte, las zancadillas de ERC al estado de alarma elevan las dudas del Ejecutivo sobre su fiabilidad como socio de legislatura. No en vano, fue este partido el que tumbó los Presupuestos en la legislatura anterior provocando un adelanto electoral. Rufián volvió a jugar con ese fantasma poniendo en duda que los socios de investidura sean capaces de pactar unas nuevas cuentas. Casado: «Está solo y débil» Con las advertencias de fondo de ERC coincidió, incluso, el presidente del PP, Pablo Casado. El líder de la oposición espetó a Sánchez que «cada votación es un suplicio» para él y vaticinó que «lo que resta de legislatura será un calvario» porque «cada día está más solo y más débil». Siguiendo este hilo, aseguró que el jefe del Gobierno ha perdido «toda credibilidad institucional» y «pierde a borbotones la confianza ciudadana». Casado continuó dibujando al Gobierno «como un pollo sin cabeza» por sus cambios de alianzas y denunció que las prórrogas del estado de alarma se hayan convertido en una suerte de puja en la que ERC exige mesas de diálogo y Bildu el acercamiento de presos etarras. «Los que buscan la destrucción de España tienen claro que usted siempre da más», cargó. Por su parte, el presidente de Vox, Santiago Abascal, volvió a reclamar la dimisión del Gobierno al completo para dejar paso a un nuevo Ejecutivo de emergencia nacional. A su juicio, Sánchez se ha instalado «en el matonismo político y el chantaje» y pretende prolongar «eternamente» un estado de excepción exagerado.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/abci-bildu-arranca-psoe-futura-derogacion-reforma-laboral-202005202314_noticia.html

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