Bono de $ 10.000: el gobierno aún no definió el monto del segundo pago

posible que cuando llegue el nuevo pago el bono ya no sea de $ 10.000, sino de un importe menor.

Hasta el 3 de junio la Anses estará pagando la primera tanda del bono, que abarcará a casi 9 millones de personas. Tanto el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, como la titular de la Anses, Fernanda Raverta, confirmaron que habrá segunda vuelta. Lo que hasta ahora no se definió es cuál será el monto del próximo pago del IFE ni la fecha exacta de cobro.

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“El monto del próximo pago aún no está confirmado“, le dijeron a Clarín fuentes de la Anses. Lo que se está analizando es cuál es el costo fiscal de la medida y cómo podría afrontarla el estado. La primera tanda implica un desembolso de $ 90.000 millones. Junto con el pago del salario complementario a los trabajadores éste es el principal gasto del estado en el marco de la atención a la cuarentena. También se definió que el pago de la segunda tanda será en junio.

En las últimas semanas se confirmó que habrá segunda vuelta para estos dos beneficios. En el caso del IFE ya está definido que abarcará a todos los que cobraron la primera tanda, de modo que si se mantiene el bono de $ 10.000 se mantendrá también el gasto público para llevarlo adelante. Por eso lo que ahora se evalúa es cuál será el monto del nuevo bono.

El análisis de los funcionarios es que con la flexibilización de la cuarentena en mayo las familias podrán acceder a algún tipo de trabajo o ingreso que había quedado limitado por el aislamiento estricto, por lo que podría haber lugar para acotar el monto del bono. ​

Los números que maneja Jefatura de Gabinete indican que en 60 días el gobierno lleva gastados $ 380.000 millones en políticas para contrarrestar el impacto negativo del aislamiento social.

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En medio de la pandemia y con la economía en recesión profunda el objetivo del Gobierno es que las ayudas que vuelca el estado en los sectores más desprotegidos a su vez se vuelquen al consumo. “La apuesta del Gobierno es que el consumo, en muchos casos financiado con ingresos públicos, sea el sostén de la demanda”, plantea la consultora LCG.

Esta no es una apuesta fácil en medio de una economía que se desplomó 11,5% en marzo y que se habría derrumbado más del 20% en abril. La proyección de LCG es que el consumo privada caerá 15% en el segundo trimestre.

En este contexto se evalúa hasta dónde puede llegar el déficit fiscal y la emisión monetaria con la que sostiene la expansión del gasto. La proyección del Banco Central es que el déficit primario equivaldrá este año a 3,1% del PBI, tras haber cerrado 2019 con un rojo de 0,4%. Para los privados el déficit de este año será más abultado. Lo estiman entre 5% y 7%.