Coronavirus: mutación política

Es curioso este maldito coronavirus. Se vuelve más o menos contagioso según convenga al Gobierno de Pedro y Pablo. Si grupos de personas manteniendo distancia de seguridad protestan contra su gestión o

solicitan hacerlo, el criterio sanitario recomienda evitar la citada reunión. Si por el contrario el acto de manifestación es para ensalzar la figura de un preso asesino de ETA, el Covid-19 y su capacidad de contagio pierde virulencia, por lo que el Gobierno autoriza el acto. En caso que el PP le diga a Sánchez que no apoyará una prórroga del estado de alarma, automáticamente el ministro Ábalos considerará responsable a los populares de futuros contagios y muertes. Pero si hay que autorizar las manifestaciones del 8M cuando las principales organizaciones médicas internacionales desaconsejan grandes aglomeraciones, el coronavirus se convierte en algo menos que una gripe a la que no hay que temer. Ya se coreó a pleno pulmón el lema aquella tarde “El machismo mata más que el coronavirus”. Mientras tanto, me quedo en el estado de alarma, ese con el que Gobierno engaña a España. Resulta ahora que dos meses después de su puesta en marcha tiene que ver su continuidad con cuestiones políticas y no sanitarias. Que alguien cualificado explique por favor qué tiene que ver una crisis sanitaria en la que muere gente, vamos por 28.000 fallecidos, con que se derogue o no una ley que regula las relaciones laborales. Que tendrá que ver la salud, con el reparto de fondos con el que no está de acuerdo Baldoví, por cierto con razón. Qué tendrá que ver la salud con reformas laborales y repartos de billetes me preguntó yo. Y para rematar la economía, situación que amenaza con llevárselo todo por delante derechos incluidos. No se puede/debe confrontar términos como economía y salud pero el que diga que no están directamente relacionados miente. Más allá del discurso “buenista” y “progre” que sitúa los derechos por encima de sus coste económico habrá que recordar que ciertos derechos los podremos seguir disfrutando si los podemos soportar económicamente. Si no pregúntense porque un niño en España puede ir al médico, al colegio y vivir bien y uno en Uganda no. No se trata de distintos derechos sino de poder pagarlos o no. Así que tras más de dos meses de confinamiento o el país se pone en marcha o se termina la economía, y también los derechos.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-vicente-ordaz-coronavirus-mutacion-politica-202005212216_noticia.html

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