Apenas 24 horas después de que el consejero de Educación, Josep Bargalló, detallara ante los medios cómo se ejecutará la vuelta a las aulas catalanas tras el parón del coronavirus, la comunidad
educativa hacía frente común para criticar el dispositivo por «precipitado» y «arriesgado», ya que, según denuncian, no garantiza un retorno a los centros «con suficientes garantías de seguridad». La mayoría de los sindicatos mayoritarios del sector (Ustec-STEs, la Intersindical CSC, el Sindicat Professors de Secundària, UGT y CGT) reclamaron en un comunicado conjunto la dimisión del consejero por la decisión de reabrir centros educativos en fase 2 el próximo 1 de junio sin negociarlo previamente con el sector. La Federación de Enseñanza de Usoc, aunque no suscribió el manifesto, pidió también a Bargallo que «rectifique o presente su dimisión». En la nota conjunta, consultada por ABC, las centrales lamentan que, pese a la «importancia» y el «alcance» de la propuesta, el Govern no se haya sentado a pactar «ni con las organizaciones sindicales ni con la comunidad educativa», desoyendo a trabajadores y «a sus propios servicios de prevención». Esta «incapacidad de negociación» del gobierno catalán ha dejado, según arguyen, «en una situación de vulnerabilidad» a los trabajadores, al alumnado y a la salud pública, por lo que piden a los centros que no abran las puertas si no hay garantías de seguridad. Los sindicatos mantienen, asimismo, que el plan de regreso a las aulas previsto por Educación traslada «todas las responsabilidades» a las direcciones, al no proporcionarles instrucciones concretas sobre las medidas a aplicar contra contagios de coronavirus. Consideran que sin un incremento de las plantillas para cubrir la docencia virtual y presencial -el consejero indicó ayer que no están previstos refuerzos de personal-, sin equipos necesarios de protección sanitaria y sin una adaptación de los espacios, resultaría una «irresponsabilidad» reabrir los centros educativos. «Es absolutamente irresponsable no haber escuchado a los representantes de trabajadores y trabajadoras, cuando desde el inicio del confinamiento ya preveíamos una sobrecarga de trabajo y pedimos que se garantizaran nombramientos extraordinarios que hoy podrían servir para llevar a cabo esta labor», subrayaron los sindicatos. Por todo esto, piden a Bargalló que «reconsidere la decisión de reapertura de los centros educativos en los términos en los que se ha hecho», para garantizar la seguridad. «Rectificación inmediata» Por su parte, la Federación de Educación de CC.OO. de Cataluña, que no se sumó al comunicado, no pidió la dimisión del consejero pero le exige una «rectificación inmediata» de la gestión de la apertura de centros porque se ha gestado «sin negociación sindical», informa Efe. En este sentido, reclama al departamento la «convocatoria inmediata» de la mesa sectorial del personal docente no universitario, el comité intercentros y una nueva mesa entre la Consejería y los sindicatos de la mesa negociadora de la educación concertada, así como los sindicatos representativos del primer ciclo de educación infantil para negociar el documento de reapertura. Los padres también le dieron a Bargalló un «necesita progresar» al plan de vuelta a las aulas en junio. La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Cataluña (Fapac) lamentó en un comunicado que Educación delegue en las direcciones de los centros la responsabilidad de abrir las escuelas, sin transmitirles directrices claras para cumplir con las medidas sanitarias y de seguridad. Según la entidad, delegar la responsabilidad de apertura en las direcciones supone un perjuicio para los centros con más dificultades, que no tienen los recursos ni la infraestructura suficiente para desplegar las medidas de seguridad. Sobre los alumnos más vulnerables, la Fapac constata la existencia de alumnos de entornos vulnerables que tienen muchos problemas para mantener el vínculo con la escuela y que no hay garantías de que puedan retomar su vínculo con la escuela el mes.
FUENTE DIARIO ABC: