Las obras de la basílica de la Sagrada Familia no se reanudarán hasta que haya un número suficiente y estable de visitantes porque, al tratarse de un templo expiatorio, su construcción se
financia con las entradas de los turistas. Los trabajos, paralizados desde que se decretó el estado de alarma, están paralizados ‘sine die’ y se reemprenderán cuando haya un número de visitas «estable y suficiente» para seguir financiándolas, según ha explicado a Efe una portavoz de la Junta Constructora del Templo de la Sagrada Familia. Sólo el año pasado más de 4,5 millones de personas visitaron la basílica. A nivel de ingresos, el templo estimó cerrar el 2019 con cerca de 103 millones de euros en caja y un total de 55 millones destinados a sufragar las obras. Con el parón por el covid-19, los 45 trabajadores fijos del templo que dependen de la Junta Constructora se han visto afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que, subsidiariamente, afecta también a todos los de las empresas subcontratadas que trabajan en la construcción de la basílica, que también se financia con las ventas de la tienda y con donativos. Según fuentes del templo, es «una incógnita» cuándo podrán retomarse las visitas, algo que dependerá de las fases de la desescalada y de la posibilidad de que lleguen turistas de fuera de Barcelona, abrumadora mayoría en el balance final de entradas. En cualquier caso, el parón afectará a la finalización de las obras de la basílica, que se preveía acabar en el año 2026 y que están muy avanzadas, con las torres más altas ya en construcción. Las previsiones era que este mismo año las torres de los Evangelistas y la de la Virgen llegasen al pie del terminal y para el año que viene la de Jesús alcanzase los 130 metros.
FUENTE DIARIO ABC: