Francisco Llera: «Se ha cerrado en falso la herida de ETA y los violentos se envalentonan»

Afirma Francisco Llera (Caravia, Asturias, 1950) que, aunque las circunstancias son otras, «el peligro para las libertades y el pluralismo» en el País Vasco es «el mismo» que cuando ETA se encontraba

en activo. Él, que se atrevió a rebatir las doctrinas de los violentos desde las aulas en la etapa más cruenta de la banda terrorista, aún se ve «señalado» en determinados entornos de la Universidad pública vasca (UPV/EHU). «A algunos nos dicen “fachas”, esa forma cutre y casposa de descalificar que ha contaminado a amplios sectores de la izquierda, además del nacionalismo», lamenta. De hecho, sus propios «colegas» del Departamento de Políticas que él mismo fundó impidieron recientemente que fuese designado profesor emérito. ¿A qué atribuye ese rechazo de su Departamento? A las inercias de un pasado sin resolver o mal resuelto. Simplemente, los tipos como yo molestamos en su zona de confort. ¿Cómo recibió la noticia? Con sorpresa y decepción. Sorpresa, porque el director me convenció de que era una cuestión de trámite. Decepción por la forma tan poco académica de sustanciar el asunto y el silencio de quien esperaba otra actitud más académica. ¿Se siente boicoteado? Bueno, llámelo como quiera: un mueble viejo, un estorbo… o algo peor, que prefiero no pensar. ¿Son usuales este tipo de situaciones en la Universidad? Obviamente no es lo habitual. Es excepcional, pero ha habido y habrá más casos, cada uno con sus circunstancias. Yo mismo, siendo Director de mi Departamento, rescaté a la lingüística y académica de Euskaltzaindia Karmele Rotaetxe —ya fallecida— hace algunos años. ¿Qué postura mantuvo la rectora de la UPV/EHU, Nekane Balluerka? La del respeto a la normativa y a los procedimientos, sin entrar en la consideración o cuestionamiento de su calidad. Está pendiente un recurso al respecto. Y esta es la respuesta que ha reiterado a cientos de colegas de toda España que han salido en mi defensa. Fueron más de 200 los profesores que reclamaron por carta a la rectora que le concediera esa condición de profesor emérito. En efecto. Después de la carta abierta del Foro de Profesores hubo otras tantas de Catedráticos y Profesores de Ciencia Política y Sociología, Departamentos, instituciones o misivas individuales desde todos los rincones. La verdad, una ola de indignación y solidaridad que me conmueve y me enorgullece y ante la que solo siento agradecimiento y mucho cariño. ¿Se llegó a ver fuera de la Universidad? Por supuesto, y a pesar de mi optimismo de carácter. Lo intenté, informalmente, sin éxito hasta con otros tres departamentos y por la vía de la Junta de Facultad, que, aunque me apoyó de forma unánime, se quedó a un solo voto de la mayoría requerida. La situación dio un giro a raíz del apoyo de sus compañeros del Departamento de Historia para que siguiera ejerciendo. ¿Cree que se ha hecho justicia? Bueno, el procedimiento no se ha concluido, pero las razones evocadas por la Rectora parece que deberían tornarse positivas. Los colegas del Departamento de Historia han reaccionado con rapidez y generosidad para acoger mi propuesta entre sus planes de investigación, ante lo que solo tengo reconocimiento. Seguiré haciendo historia del presente… Tras tantas décadas de enseñanza en las aulas de la UPV/EHU, ¿qué recuerdos se han quedado grabados en su memoria? Los de generaciones de estudiantes, una cantera de amigos, la construcción de un Departamento, el diseño de cursos y programas, la organización de redes científicas y profesionales, de congresos y conferencias…. El momento en que hicimos Doctor Honoris Causa al gran maestro Juan Linz, por cierto, boicoteado por los mismos que ahora me boicotean a mí… Y el Euskobarómetro… Son 45 años dedicados en cuerpo y alma a una vocación universitaria. Los malos, no los olvido, pero prefiero que no me hagan daño, salvo que me obliguen a refrescar la conciencia de algún desmemoriado. Hablando de «su» Euskobarómetro, el equipo de encuestas sociológicas ¿qué le sucederá si abandona el centro? Espero que me trascienda. Hay muy buena cantera en mi equipo para su continuidad y, sobre todo, la riqueza de sus millones de datos es enorme y siempre estará a disposición de la comunidad científica nacional e internacional, que lo reconoce y lo demanda. El mismo conserva en su base de datos una parte importante de nuestra historia reciente. ¿Qué lectura hace de los últimos episodios de violencia que han tenido lugar en el País Vasco? La semana pasada, los radicales atacaron el domicilio de Idoia Mendia, secretaria general del PSE. Lo de siempre: los presos, los recibimientos-homenajes a los asesinos excarcelados, la presión intimidatoria, el blanqueo del pasado de estos asesinos, los silencios cómplices… ¿Cuál es la novedad? ¿O ya se nos han olvidado las manifestaciones de apoyo al asesino Patxi Ruiz en pleno estado de alarma, ahora que estamos tan sensibles con otras expresiones de protesta y malestar social? ¿A qué se debe esta escalada de violencia? Lo reitero una vez más: muerto el perro (ETA) no se acabó la rabia (su red). Nos hemos olvidado de la subcultura de la violencia que han tejido durante décadas y en la que han socializado a sus hijos y nietos. Para erradicarla es fundamental el coraje institucional y social para mantener un nivel de exigencia ético que impida el blanqueo de ese pasado inasumible. No se está haciendo. Falta liderazgo moral. Se está cerrando en falso la herida y la recría se envalentona. ¿Percibe esos reductos de odio en la Universidad? ¿Me lo preguntas a mí? Han implantado la dictadura del silencio. Basta darse un paseo, de vez en cuando, por los pasillos de algunos centros y leer las continuas pintadas, proclamas, convocatorias… Yo mismo he recibido cartas de estudiantes de la UPV solidarizándose y denunciando sus situaciones. Es repugnante.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/pais-vasco/abci-francisco-llera-cerrado-falso-herida-y-violentos-envalentonan-202005250322_noticia.html

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