Varias regiones critican el pacto con Bildu y piden acabar con las cumbres de presidentes

El Gobierno quiere minimizar el desastre interno de estos días con la monserga de culpar al PP nacional de forzarles a pactar con EH Bildu por negarse a apoyar la alarma. Ayer

intentó calmar la tensión presentando un escenario más optimista a las regiones. Pedro Sánchez explicó a los territorios que algunas comunidades saldrán «en los próximos días» del estado de alarma, si «nada se tuerce». Pero el logo del PSOE pegado junto al de Bildu en el acuerdo suscrito el miércoles le costó al presidente reproches del lendakari, Iñigo Urkullu, y de líderes autonómicos del PSOE y Partido Popular, durante la undécima reunión de presidentes. Fue una de las peores -si no la peor- semanas de la coalición. El acuerdo bajo el mantel -con intento de rectificación- para derogar «íntegra» la reforma laboral de Mariano Rajoy (2012) enfrentó a dos de sus vicepresidentes, Pablo Iglesias y Nadia Calviño, dinamitó los puentes de confianza con el PNV y congeló el diálogo con la CEOE. En apenas 24 horas. Todo ello, a pesar de que los cinco apoyos de Bildu no eran necesarios para aprobar la quinta prórroga. En los mentideros del Gobierno no se explicaban estos días cómo el desasosiego pudo hacerles cometer tal error. Durante la videoconferencia, Urkullu abordó como «desconcertante» el acuerdo firmado por los tres grupos parlamentarios, según informó Servimedia. El líder vasco no quiso abundar en más críticas. Pero es manifiesto que el PNV se siente «traicionado» por cómo se produjo esa negociación. En una entrevista en El Correo, Urkullu añadió que «no fue leal» y que «se arriesgan «a una quiebra de confianza». El Grupo Parlamentario Vasco advierte de que peligra su apoyo a otra prórroga. «Alianza estable con el PNV» Y con este escenario de tensión con uno de sus socios más fieles, la ministra portavoz, María Jesús Montero, consideró ayer que siguen contando con sus apoyos. Casi ajena a las declaraciones peneuvistas. «Entiendo que si fuera necesario esa prórroga del estado de alarma (la sexta), seguiríamos contando con el PNV», explicó Montero, que presumió además de «una alianza estable» con el nacionalismo vasco. Porque, dijo, «nada tienen que ver con los apoyos puntuales que estamos haciendo para las prórrogas», los acuerdos que se cerraron en el pacto de investidura. «Las conversaciones con las diferentes formaciones a veces son complicadas y nada tienen que ver con la situación sanitaria, después de que el PP se haya instalado en el no», prosiguió. El Gobierno justifica así, y con insistencia, que tras el «no» del PP tuvieran que abrir debates ajenos a la crisis sanitaria. Desde una comunidad socialista, también el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, señaló que «ver las siglas del PSOE mezcladas con las de Bildu» le produjo «desolación». Aunque después apostilló que también hubiese sentido «mucha desolación» si la quinta prórroga no hubiera salida adelante. «Quiero entender que esa ha sido la razón», valoró Vara, que cerró filas con el Gobierno sin evitar la crítica al espinoso documento. Otro barón socialista. el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, expresó su «respaldo total» a Sánchez, pero exigió al Ejecutivo y al presidente que no se vuelvan a someter «a ningún tipo de condición» fuera del ámbito relacionado con la crisis del coronavirus. «Ensucia la política» La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, manifestó su «enfado» con el acuerdo con «el entorno político de Batasuna-ETA», porque «ensucia la política», según informó Efe. Además, advirtió de que «lleva aparejado un desequilibrio territorial, una injusticia entre comunidades, porque pretende beneficiar a unas (País Vasco y Navarra) frente a las demás». Declaraciones que defendió también su homólogo en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, al señalar que es un acuerdo «injusto» porque «va a fomentar la discriminación entre comunidades». Y añadió: «Resta credibilidad y seriedad al Gobierno, nos parece preocupante y un gran error». Preguntada por si el Gobierno hace alguna autocrítica por esa falta de apoyos que explican, Montero atajó con un lacónico «autocrítica, siempre». Pero rebajó los reproches del acuerdo con Bildu a simples «discrepancias» entre partidos políticos por una negociación ajena al estado de alarma. Y aprovechó el momento para pedir «responsabilidad» al PP de cara a una sexta prórroga. «A nadie le gusta tener que decretar el estado de alarma, ni a los que lo pedimos, ni a quien lo vota, pero es un ejercicio de pura responsabilidad». Desescalada asimétrica El presidente explicó a las comunidades que algunas regiones estarán fuera de la alarma en «los próximos días», si «nada se tuerce», y que la totalidad de España lo estará a finales de junio o principios de julio. La quinta prórroga empezó hoy y acaba el próximo 7 de junio. El Gobierno ya estudia una sexta, mucho más restringida, como piden las CC.AA., que solo limitará el movimiento en zonas o regiones donde sea estrictamente necesario. Ayer el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, pidió acabar con el estado de alarma en su tierra al término de la fase 2 (el día 8). Pero Sánchez le pidió «prudencia» por ahora. Por otro lado, Feijóo, Urkullu y Juanma Moreno, presidente de Andalucía, pidieron un método más «útil» de reunión porque volvieron a enterarse de las decisiones del Gobierno el sábado por televisión.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/abci-varias-regiones-critican-pacto-bildu-y-piden-acabar-cumbres-presidentes-202005250845_noticia.html

Exit mobile version