Hace semanas que los vecinos de comarcas costeras como O Barbanza o A Mariña denuncian la llegada de segundos residentes provenientes de otras comunidades, sobre todo de Madrid. Las persianas subidas en
pisos que solo se ocupan en verano y sus salidas para hacer la compra o pasear delatan la presencia de foráneos en municipios donde, fuera de temporada, casi todos se conocen. A este clamor ciudadano por un «desembarco» que estaría poniendo en grave riesgo la salud colectiva de los gallegos se sumó el de los propios alcaldes, que no dudaron en levantar la voz para pedir más controles de seguridad y adelantarse así a un hipotético rebrote de la enfermedad coincidiendo con la temporada estival. Sin embargo, semana a semana, el delegado del Gobierno en la Comunidad ha negado estos traslados prohibidos por el vigente estado de alarma. «No se ha detectado que haya venido gente de fuera de Galicia» ha sido la respuesta de Javier Losada ante una problemática a la que el presidente de la Xunta se refirió el pasado domingo, y que ayer mismo llegó al Congreso de los Diputados. En una pregunta a Pedro Sánchez, el nacionalista Néstor Rego evidenció «la presencia masiva de foráneos» en las playas gallegas que, a su juicio, «mayoritariamente proceden de territorios en la fase uno, como Madrid», con el consiguiente «riesgo sanitario» de contagio de esa «movilidad irregular». «Y todo ello mientras los gallegos aún no pueden moverse entre provincias. Es indignante que los gallegos no puedan visitar a sus familiares, aunque solo sea cruzar un puente, y sin embargo se permita la movilidad irregular», lamentó el diputado del BNG. En su réplica, el presidente del Gobierno dijo desconocer tales «flujos de movilidad», pero prometió que lo investigaría. «Veré si está ocurriendo o no. Hablaré con el ministro del Interior. Voy a enterarme exactamente. Debemos tener la máxima preocupación», manifestó Sánchez. La respuesta del presidente contrasta con la postura de su eslabón en la Comunidad, que ayer seguía enrocado en la negativa. En declaraciones a este medio —posteriores a la pregunta de Rego— Losada insistió en que «no hay constancia» de estas llegadas que denuncian alcaldes y vecinos, y limitó la problemática a «algunos casos puntuales». En opinión del delegado del Gobierno, la alarma puede deberse a movimientos dentro de la propia provincia, que por el momento son los únicos permitidos a espera de que Galicia acceda la próxima semana a la ansiada fase 3. Segundo aviso La consulta de ayer del nacionalista no fue la primera noticia para Sánchez de este flujo de visitas prohibidas. El pasado domingo, durante la videoconferencia de presidentes, Feijóo ya advirtió al socialista de que algunos concellos lo habían avisado de la «notable presencia» de visitantes de otras autonomías. «Nos preocupa porque eso fue mayoritariamente el inicio de los problemas que tuvimos en marzo», advirtió el mandatario gallego, que reclamó al Ejecutivo central que garantice «los controles en los accesos y vigile los incumplimientos» para evitar nuevos peligros. Con una tasa de contagios prácticamente residual —el número de nuevos infectados por 100.000 habitantes en los últimos siete días en Galicia se sitúa en el 0,89, cuando en España esta tasa es del 6,01—, a la Xunta le preocupa la aparición de nuevos focos de contagio o rebrotes, por lo que solicitó a Sánchez que no se adelante la movilidad entre autonomías que se encuentran en distinta fase de la desescalada. Un blindaje que se considera vital a la hora de proteger los buenos datos de la Comunidad y que no impide, asume el presidente, que se puedan abrir los pasos fronterizos con Portugal y Asturias, en una situación epidemiológica similar y en igual fase del plan de desescalada.
FUENTE DIARIO ABC: