Tras casi 7 meses, se resolvió el misterio para el cargo de Director Nacional Lácteo

Tenía que ser en el mes de la leche. Tras casi 7 meses desde que asumió el gobierno de Alberto Fernández, este viernes se publicó en el Boletín Oficial la

designación de Arturo Jorge Videla como director Nacional de Lechería.

La decisión administrativa 973/2020, firmada por el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro Luis Basterra, establece que la designación es de “carácter transitorio, a partir del 4 de mayo pasado y por el término de 180 días hábiles a partir de este jueves (cuando se firmó la resolución). O sea que antes de fines de año, Videla deberá ser ratificado para continuar en el cargo.

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La transitoriedad expresa las dificultades que hubo en el seno del Gobierno para definir un nombre como referente del Estado en los temas lecheros. Y evidencia que no estaría cerrado el caso.

De hecho, en la decisión oficial se deja constancia que Videla “no reúne los requisitos mínimos establecidos en el artículo 14 del Convenio Colectivo de Trabajo Sectorial” (referidos a grados académicos y experiencia para el cargo. Lo paradójico en ese sentido es que el funcionario ya estuvo en ese rol, incluso con la jerarquía superior de subsecretario.

Con todo, se estipula públicamente que dentro de los 180 días hábiles referidos, el cargo “deberá ser cubierto conforme los requisitos y sistemas de selección vigentes del Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP)”.

Videla reportará directamente al subsecretario de Ganadería y Producción Animal, José María Romero, dentro de la principal secretaría en el organigrama ministerial, la de Agricultura, Ganadería y Pesca, a cargo de Julián Echazarreta.

“Peronista puro”

Videla, un ex productor tambero de Villa María, Córdoba, estuvo en los albores del ministerio de Agricultura que armó Julián Domínguez para acercar posiciones con el campo luego del conflicto por las retenciones móviles de 2008.

Ahora, finalmente fue el elegido entre varios candidatos que quedaron en el camino, y la clave que se dio como fundamento es su “estirpe de peronista”. En el Gobierno se asume que “su nombre puede ser resistido por algunos”, pero dan un argumento de inconfundible sello político: “Preferimos que se enojen los otros pero que sea querido por los nuestros”.

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La frase tiene la virtud de explicar con sinceridad por qué Videla llegó a la meta nuevamente casi como un maratonista que resiste más que sus competidores. En este caso la carrera duró meses y la vez anterior también habían pasado semanas hasta su designación.

Desde el último 10 de diciembre circularon varios nombres como candidatos al puesto y ninguno obtuvo el aval definitivo. El que más cerca estuvo de asumir formalmente fue Sebastián Alconada, un joven con buen perfil técnico y respetado en el sector lechero, que llegó a asumir informalmente. Pudo mostrar su ingreso como funcionario en 2006, en el marco del gobierno de Néstor Kirchner, por lo cual su origen temporal lo habilitaba como tropa propia.

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Pero Alconada cometió “el imperdonable pecado” de continuar trabajando en el ministerio cuando asumió Mauricio Macri. Se quedó entre 2015 y 2019 y logró un reconocimiento generalizado como buen gestor. Pero se prefirió a un “peronista puro” y ganó la pulseada Videla, con largo recorrido junto a Eduardo Acastello, el dirigente K que es jefe partidario en Villa María desde el siglo pasado y hoy es ministro de Industria en el gobierno provincial de Juan Schiaretti.

Desafío urgentes

El área enfrenta desafíos mayúsculos, quizás los más complejos dentro de los rubros agropecuarios. Más allá de la crisis cultural de años en una actividad muy exigente en horarios y tareas, cuya peor cara económica son las recurrentes dificultades para mantener la rentabilidad de los tamberos, los efectos de la pandemia por coronavirus y sus efecto económicos complican aún más el horizonte.

La caída de la demanda presagía un excedente de producción para la primavera -momento del año donde hay más leche- y los que conocen los efectos de esa estacionalidad advierten que “algo hay que hacer urgente” para que no haya un cuello de botella y se termine tirando la leche… Por ese contexto, y las condiciones de su contratación, Videla no tiene tiempo para perder.

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