El día que Chendo, el pajarito, mató a la escopeta, Maradona

Chendo, Butragueño, Ricardo Gallego y los utilleros Manuel Fernández-Galisteo, alias «El Turu», y Jorge Casabella, la saga eterna del club, vivieron aquella noche histórica como integrantes del club en diferentes facetas. El

único partido que el Real Madrid ha disputado a puerta cerrada en su casa se vivió el 16 de septiembre de 1987, en el partido de Champions entre el conjunto blanco dirigido por Beenhakker y el Nápoles de Maradona. Venció el cuadro español 2-0 y eliminó al gran «Napoli» de la estrella argentina, goles de Míchel y Tendillo. El domingo, frente al Éibar, la entidad vivirá su segundo encuentro sin público en campo propio. Los protagonistas de aquella victoria inolvidable recuerdan la estrategia del entrenador para superar la ausencia de espectadores con casta y concentración. Y rememoran momentos para el recuerdo imborrable. Miguel Porlán, Chendo, se hizo mundialmente famoso por anular a Maradona en aquel Bernabéu sin público y por hacerle un túnel al astro universal en una noche que consagró al defensa español y suscitó muchas críticas a Diego Armando. Jorge Valdano definió el cambio de rol perfectamente con esta metáfora: «Los pajaritos (Chendo) disparan a las escopetas (Maradona)». Su compañero en el Mundial de 1986, que ganaron en México, vivió un día aciago. El actual delegado de campo del club blanco fue un magnífico lateral derecho de potencia y eficacia destructiva. Internacional, su principal virtud era maniatar al mejor jugador del rival. Chendo secó a Diego Armando. Aquel Real Madrid de 1987 reflejaba la esencia eterna del club. El espíritu de Di Stéfano y Marquitos en los años cincuenta. La sangre de Pirri y la calidad de Velázquez en los sesenta. Luchador, aquel Real Madrid mezclaba el físico de Chendo y Solana con la técnica de Míchel, Gordillo y Butragueño, más la capacidad rematadora de Santillana y Hugo Sánchez. El Real Madrid recibía al Nápoles de Maradona, el mejor jugador del mundo junto a Johan Cruyff, Alfredo Di Stéfano y Pelé en el historial legendario de la época. La temporada anterior, 1986-87, unos incidentes en semifinales ante el Bayern Múnich con el portero Jean-Marie Pfaff provocaron que la UEFA sancionara al Real Madrid con dos partidos a puerta cerrada. El primero lo cumplió contra el Nápoles. El segundo, contra el Oporto en octavos de final, lo jugó en Mestalla. El Real Madrid pasó de ronda en ambos casos y cayó contra el PSV Eindhoven en aquellas semifinales que dejaron a la «Quinta del Buitre», a Hugo, a Buyo, a Gordillo y a Maceda sin una Copa de Europa que merecieron. Butragueño definió aquel 2-0 sin público como «un partido en el patio del colegio» Butragueño, el principal referente de aquel Real Madrid, definió el partido contra el Nápoles en el estadio Santiago Bernabéu como «un choque de patio de colegio». Uno de sus compañeros sobre el césped, Carlos Santillana, destacó: «Era como un partido entre once amigos contra once amigos porque se escuchaba todo lo que se decía. En un partido normal, no se escuchaba nada de lo que dice el entrenador, pero ahí se oía todo. Psicológicamente, era difícil mentalizarse para un partido así». Santillana recuerda ante ABC que Leo Beenhakker preparó una semana diferente, con entrenamientos diarios en el estadio Santiago Bernabéu, en vez de las clásicas sesiones en la antigua ciudad deportiva. «Entrenábamos en el estadio y jugamos dos partido de prueba contra los juveniles, para hacernos a la idea de que no había público». Estábamos en un Bernabéu vacío. ABC rememora que el ministro Javier Gómez-Navarro y el alcalde Juan Barranco dejaron el palco y bajaron al primer anfiteatro para animar, de pie, al Real Madrid, junto a otros invitados. Abajo, en el césped, Camacho, desde el banquillo, apoyó al equipo como si hubiera diez mil seguidores Míchel y Tendillo firmaron los tantos. En el palco presidencial estaban el ministro Javier Gómez-Navarro y el alcalde de Madrid, Juan Barranco, con Ramón Mendoza en medio. En el segundo tiempo Gómez-Navarro y Juan Barranco dejaron el palco y bajaron al primer anfiteatro para animar, de pie, al equipo, junto a otros muchos invitados de ese palco. ABC estaba al lado, en el sector de la prensa, y todos recordamos un hecho: «José Antonio Camacho se hizo escuchar por todos. Estaba en el banquillo y no paró de animar en todo el partido, hizo de seguidor por todo un estadio. El Bernabéu de los noventa mil espectadores tenía trescientos, pero Camacho hacía por diez mil. Las conversaciones de los futbolistas en el campo se escuchaban todas. Santillana, en ABC: «Maradona no tuvo un buen día porque estuvo muy bien marcado por Chendo y el equipo, en general, jugó muy bien» El Real Madrid venció 2-0 y dos semanas después empató a un gol en Nápoles, de manera que se clasificó para la siguiente eliminatoria. «Maradona no tuvo buen día, estuvo muy bien marcado por Chendo y el equipo en general lo hizo muy bien», rememora Santillana ante nuerstro periódico. Me han salido las cosas muy bien y todo el equipo ha funcionado perfectamente según lo que preparamos, por eso hemos ganado con claridad», explicó Chendo en ABC después del encuentro. «Pero ahora hay que rematar la eliminatoria en Nápoles y nos lo pondrán muy difícil», advirtió con prudencia. Dos semanas más tarde, los blancos empataron en Italia a un gol y se clasificaron para la siguiente ronda «Me han salido las cosas muy bien y todo el equipo ha funcionado perfectamente, por eso hemos ganado con claridad», adujo Chendo ante este diario una hora después de aquel encuentro, con un semblante que denotaba el esfuerzo y la responsabilidad asumida con tanto éxito. Miguel Porlán estuvo toda la semana concentrado en esa vigilancia, con un trabajo en el campo y en vídeo para observar todos los movimientos de Maradona. Chendo relató su experiencia en aquel partido hace unos años con el vídeo delante. Zidane y su plantilla se enfrentaban al Nápoles en Champions y el delegado de campo explicó los secretos de aquel duelo a puerta cerrada. «Emular aquel 2-0 es un gran resultado», señaló Zidane antes del último enfrentamiento Hace unos años, en el último enfrentamiento del Real Madrid con el Nápoles, con Zidane al mando, Chendo relató a los jugadores y al entrenador aquel partido. Lo presenciaron por la televisión interna del club. Miguel Porlán Noguera se encargó de perseguir a Maradona por todo el campo, hasta el vestuario si hacía falta. La gradas estaban vacías, pero el lateral estaba lleno de ímpetu para anular al astro argentino. No le dejó jugar. «Emular aquel 2-0 es un gran resultado», señaló Zidane antes del duelo. «Diego no tuvo su día», insiste Santillana en nuestro diario, porque Miguel Porlán (Chendo) no le dejó respirar». Y lleno de confianza por su memorable marcaje, el lateral derecho madridista se atrevió a hacerle un caño a Maradona. Le salió perfecto. Fue la estocada del encuentro y de la eliminatoria. Valdano puso la guinda con los pájaros y las escopetas. Tras la victoria, Santillana y otros futbolistas «movieron» a Chendo en el vestuario: «Fue muy alabado. Chendo vivió mucha tensión en los días previos por tener que medirse a Maradona e hizo un gran partido. El caño a Maradona fue el colofón». El once de Beenhakker en aquella cita para la historia fue: Buyo; Chendo, Tendillo, Sanchís, Solana; Gallego, Michel, Martín Vázquez, Gordillo; Butragueño y Santillana.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/real-madrid/abci-chendo-pajarito-mato-escopeta-maradona-202006080146_noticia.html

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