Un día después de que Barcelona y su área metropolitana se estrenarán en la fase 2 de la desescalada, varias voces del territorio catalán han empezado a reclamar que la vuelta a
la normalidad en la zona se agilice todavía más, dados la buena evolución del virus y también para reactivar la economía en cuanto antes, y que el próximo lunes pueda saltar ya a la fase 3, a pesar de no haber transcurrido los 14 días hasta ahora implantados en todo cambio de fase. La región sanitaria de Lleida también podría sumarse a este cambio. La propuesta debería, con todo, ser avalada por el Gobierno, que semana tras semana valida las peticiones de las comunidades autónomas. Justo ayer, la Generalitat planteó oficialmente que de cara a la próxima semana las regiones de Girona y Catalunya Central avancen a la fase 3, mientras que Barcelona se mantendría en fase 2 una semana más. A pesar de esta postura oficial, la Generalitat hace días que insinúa que podría adelantarse el cambio de fase. De hecho, el pasado fin de semana la consellera de Salud, Alba Vergés, barajó por primera vez que la fase 2 pudiera durar menos de dos semanas, pero la primera en hablar abiertamente de esta opción fue la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que este lunes por la noche, durante una entrevista en Betevé, abrió la puerta a este avance. «No está descartado que podamos avanzar a fase 3 en una semana si los datos son buenos«, avanzó. Esta mañana, la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, ha avanzado que el Procicat, que se encarga de valorar la evolución de todas las zonas y que ya comunicó su propuesta para la próxima semana, está analizando si lo propone y ha remarcado que lo decidirá basándose en los datos epidemiológicos y la opinión de los expertos. «Está trabajando si es posible. Cuando haya una decisión tomada, la comunicaremos«, ha añadido. También ha hablado de ello, de nuevo, la consellera Vergés, que ha remarcado que la evolución es buena. «Si se puede hacer un paso adelante antes, lo tendremos que hablar con todos los sectores, sanitario y el mundo local«, ha añadido. Vergés ha sostenido que ha costado mucho a la ciudadanía entender lo que suponía cada fase y ha defendido que en fase 3, que la gestionará la Generalitat, lanzarán «cuatro mensajes claros, entendedores, para dejar las cosas claras a la ciudadanía» y que la gente sepa qué se hará en caso de que haya un rebrote. Trilla pide prudencia Por otro lado, el jefe de Epidemiología del Hospital Clínico de Barcelona, Antoni Trilla, ha considerado que es «mejor y más prudente« mantener las regiones sanitarias de Barcelona y Lleida en fase 2 del desconfinamiento hasta el 21 de junio. «Serían 14 días, el plazo más ortodoxo» para cambiar de fase, ha dicho el asesor del Gobierno en Catalunya Ràdio. Aun así, Trilla ha considerado que el cambio se podría «avanzar unos días» si los indicadores de la pandemia siguen mejorando y si están a punto todos los sistemas que se deben poner en marcha o complementar. El epidemiólogo ha advertido de que «la sensación engañosa« que está generando que la »ola fuerte« de casos de enfermedad muy grave haya pasado y ahora se estén detectando casos leves de coronavirus que en la fase inicial no se veían, la gente piense que el virus ha perdido agresividad y circula menos. Por otro lado, el Gremio de Restauración de Barcelona ha secundado este martes la voluntad de la alcaldesa Colau de que la ciudad pase a la fase 3 y ha pedido en un comunicado que la Generalitat modifique en la próximas horas la propuesta que ha remitido al Ministerio de Sanidad para que Barcelona y su región sanitaria puedan avanzar hasta la siguiente fase en lugar de permanecer en la dos. «Ya vamos tarde. Barcelona no puede tardar más en reactivarse. La evolución de la pandemia nos da la razón», ha sostenido el director del Gremio, Roger Pallarols, que ha insistido en que «no podemos avanzar en la desescalada con el freno de mano puesto« ni tampoco »permitir que el virus perjudique todavía más a sectores estratégicos como la restauración«. Ha recordado así que cuando se pase a la fase 3 la Generalitat recuperará capacidad de gestión, por lo que podrá elevar el aforo permitido en el interior de bares y restaurantes del 50 % al 66 %.
FUENTE DIARIO ABC: