El Reino Unido es uno de los países más afectados por el nuevo coronavirus que surgió en China e impactó en
target=”_blank” href=”https://www.clarin.com/tema/europa.html” alt=”europa” title=”europa” target=”_blank”>Europa, primero, y luego se trasladó a América, donde Estados Unidos se convirtió en la nación con más muertes y casos en el mundo. Sin embargo, Gran Bretaña, que en un principio se inclinó por una inmunidad comunitaria que luego mutó a un estricto confinamiento, sigue sumando fallecidos por COVID-19 y este martes pasó la cifra de 50 mil.
Según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) publicados este martes, hasta el 29 de mayo se habían detectado 50.107 casos en los que la covid-19 figura como causa probable o segura de la muerte en los certificados de defunción.
Desde el inicio de la pandemia, estos datos son superiores a los que brindan las autoridades sanitarias británicas, que solo registran los fallecimientos de personas que dieron positivo al test de coronavirus: hasta el informe de este martes, en el que se sumaron 286 muertes en las últimas 24 horas, se acumulan 40.883 decesos.
En ambos casos, el Reino Unido se sitúa como el país más castigado de Europa y segundo en el mundo tras Estados Unidos, aunque es difícil comparar dados los distintos métodos de conteos utilizados en cada país.
Los datos de la ONS también muestran que en las 10 semanas desde que comenzó la pandemia en marzo hubo en Inglaterra y Gales 57.961 fallecimientos más que el promedio de los últimos cinco años.
El ministerio de Sanidad británico anunció, en cambio, 55 nuevas muertes el lunes, la cifra diaria más baja desde el 22 de marzo, víspera del inicio de un confinamiento que toca a su fin con el levantamiento progresivo de las restricciones. Mientras que este martes el número ascendió a 286.
Estas últimas cifras se conocen después de que el gobierno que conduce Boris Johnson haya anulado su plan de que todas las escuelas primarias reabran sus puertas obligatoriamente antes del receso veraniego, que empieza el 20 de julio, por la imposibilidad de garantizar la seguridad.
Tras escuchar las inquietudes expresadas por sindicatos y agrupaciones docentes sobre las dificultades para cumplir con las medidas para evitar los contagios, el ministro británico de Educación, Gavin Williamson, dijo este martes ante el Parlamento que no ve posible la apertura total de las aulas al menos hasta septiembre.
“Vamos a esforzarnos para que todos los niños puedan volver al colegio” ese mes, declaró Williamson, después de que el Gobierno planease inicialmente el retorno escalonado de los menores a partir de principios de junio.
Tendrán que esperar. Niños usan aros para limitar el distancimiamiento social en L’Ecole des Petits, un colegio bilingüe en Fulham, Londres. Foto: REUTERS/Kevin Coombs
La semana pasada, los niños de entre 4 y 6 años y los de 10 pudieron volver a clase en Inglaterra como parte de la desescalada, aunque por diversos motivos no todos lo hicieron, pero no así sus compañeros en las regiones de Escocia, Irlanda del Norte y Gales, que tienen sus propios calendarios de desconfinamiento.
El Gobierno de Londres ha optado por dar “flexibilidad” a las escuelas en Inglaterra -la región más poblada con 55,9 millones de habitantes de los 66,6 que tiene el Reino Unido- para que decidan si admiten o no a más alumnos en las próximas semanas, pero ya no será obligatoria la apertura de los centros antes de las vacaciones.
Mientras avanza el desconfinamiento en territorio británico, el Ejecutivo introdujo el lunes una cuarentena obligatoria de catorce días para quienes lleguen al Reino Unido, una medida que ha sido muy criticada por diputados de todos los partidos y los sectores de viajes y turismo.
El consejero delegado del grupo hispano-británico de aviación IAG, Willie Walsh, tachó de “irracional” y “desproporcionada” la imposición de la cuarentena y confirmó que British Airways (BA), parte del conglomerado, y sus rivales de bajo coste easyJet y Ryanair recurrirán la medida en los tribunales.
Como parte de la reactivación de la sociedad tras el confinamiento, que fue decretado el 23 de marzo y levantado progresivamente a mediados de mayo, el Gobierno ha ordenado el uso de algún tipo de protección facial en el transporte público y cuando se acuda a hospitales o centros médicos. Se recomienda también, sin ser obligatorio de momento, en todas las circunstancias en que no sea posible respetar la distancia preventiva de dos metros entre las personas.
Por último, el Gobierno analizar autorizar la apertura de los lugares de culto para la práctica individual a partir del 15 de junio, mientras que aspira a poder abrir bares y restaurantes en julio.
Con información de AFP y EFE
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