Después de varios meses embarcado, hablamos con Federico Martínez Gaude, Capitán de Fragata de la Armada y con gran experiencia en submarinos en los cuales ha estado embarcado durante algo más de
siete años. Acaba de llegar del cuerno de África después de haber estado desplegado varios meses como Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Naval Europea de la Operación Atalanta. ¿Cómo se ha vivido la situación de pandemia en los barcos de la armada? Cuando regresé del Índico la pandemia aún no estaba tan extendida. Estábamos al corriente de la situación sanitaria que comenzaba a vivirse en China, pero afortunadamente en los países que visitamos no había aún casos. ¿Qué es la Operación Atalanta? ¿Con qué medios cuenta? Es una operación de la Unión Europea dedicada a la lucha contra la piratería en aguas del Océano Índico, frente a las costas de Somalia. Durante mi despliegue, la fuerza estaba formada por fragatas, una o dos, dependiendo del momento, también entre uno y dos aviones de patrulla marítima, Infantes de Marina a bordo de las Fragatas y un equipo de protección que embarca para proteger los tránsitos de buques del World Food Program (WFP). Me interesa su punto de vista respecto al asunto de la vida en espacios reducidos ¿Cree que la gente de mar tiene alguna ventaja ante una situación de confinamiento forzado? ¿Se atrevería a dar algún consejo a esa parte de la población que está llegando al límite? Bueno, cualquiera que haya navegado sabe lo que son las estrecheces y las limitaciones en los desplazamientos, o incluso en las relaciones sociales, ya que durante los períodos en la mar no siempre se puede mantener el contacto de manera fluida con la familia o los amigos. En ese sentido se podría decir que así es. Los marinos estamos más acostumbrados a situaciones de este tipo, como también sucede con los marinos mercantes, los pescadores que en ocasiones hacen campañas muy largas, regatistas de altura y por supuesto, los navegantes en solitario. Los psicólogos han estado dando consejos casi desde el principio del confinamiento y yo no soy un profesional, pero desde mi experiencia creo que los puntos más importantes son; tener una cierta rutina semanal y romperla con alguna cosa “especial” los fines de semana, de manera que nos planteemos horizontes temporales cortos y no estemos mirando constantemente a un final, que ya llegará. Mantenernos ocupados y hacer las tareas que correspondan cuando correspondan, aunque no apetezca, para que valoremos el tiempo libre que tengamos después. Y sobre todo, ser muy educado en el trato con los que nos rodean, en casa y con nuestros vecinos. Usted también ha estado destinado en la flotilla de submarinos ¿En cuáles ha estado destinado? Durante mi período en el Arma Submarina estuve destinado en los submarinos Tonina (S-63), de la clase “Daphné” y en el Galerna (S-71), de la clase “Agosta”. Ambos tipos de submarinos de diseño francés, aunque fabricados en España. Concretamente en Cartagena. Los de la serie 60 están ya de baja todos y de los 4 que teníamos de la serie 70, hay operativos actualmente tres, que serán dos a partir de junio de este año. A la espera de poner en servicio los S-80, de diseño y construcción española y que supondrán un gran salto tecnológico. La serie 70 alberga a una tripulación de hasta 65 personas en no más de 80 metros cuadrados ¿Una vez dentro, trabajar y convivir no es ya un verdadero desafío? La vida dentro del “tubo” cómoda no es. Tampoco me atrevería a decir que es un desafío. Las pautas generales de la vida a bordo están muy estructuradas y siempre hay trabajo que hacer, lo que ayuda a abstraerse un poco y sobrellevar las estrecheces. La gente en los submarinos es extremadamente profesional. Todo el mundo tiene un muy buen conocimiento de la plataforma y de sus obligaciones, navegando, nos va a todos la vida en ello. Además, el carácter de la gente en general es también especial. Trabajar con gente así es muy agradable y para serte sincero muy pocas veces te planteas que estás confinado. ¿Cuál ha sido la duración máxima en inmersión que ha vivido en su etapa como oficial de un submarino? ¿cómo afecta la falta de referencias respecto al día y la noche? ¿Hay alguna forma a bordo para diferenciarlas? Tres semanas debajo del agua, durante una navegación por el Mediterráneo. Sinceramente, una vez coges la rutina, la falta de referencias respecto al día y la noche no es un problema. Tienes como referencia los horarios de las guardias y las comidas y al ocaso se oscurece el submarino por dentro y se encienden unas luces rojas en la cámara de mando. Esto es para estar algo acostumbrado a la poca luz del exterior cuando entras al periscopio cuando estás en cota periscópica, o si estás en cota profunda, por si tienes que “pinchar” y tener la vista acostumbrada para cuando el periscopio esté “a la vista” al subir. ¡Incluso antes se llevaba un ojo tapado con un parche para tenerlo acostumbrado! Esto ahora es algo diferente, ya que de los periscopios puramente ópticos hemos pasado a los optrónicos que envían la señal a unas pantallas. ¿Ha ocurrido alguna vez que algún tripulante haya tenido problemas con el confinamiento? ¿cómo es la forma de proceder en esos casos? A mí no me ha pasado tener que evacuar a nadie por ese motivo. Pero si nos pasó una vez que tuvimos un problema médico con un miembro de la dotación durante unas maniobras en la zona de Córcega y tuvimos que evacuarlo para que lo operaran en Marsella. Se hizo superficie y el paciente fue evacuado mediante una camilla a un helicóptero que se colocó en estacionario sobre la cubierta del submarino en superficie y lo izó con un cable. Las mujeres tripulantes en la flotilla de submarinos de la armada llega casi al 10% ¿cómo se organiza la intimidad necesaria en un espacio tan reducido? En un submarino hay poquísima intimidad. Las literas donde duermen las mujeres tienen una estructura que las aísla algo, pero el número de este tipo de literas es limitado. A bordo, tanto para mujeres como para hombres, la educación y el compañerismo son más importantes que las estructuras físicas. En cualquier barco, no solo en los submarinos, siempre se trata de dar a todo el mundo la máxima intimidad posible, pese a que en un barco, es complicado. ¿A qué huele un submarino? Complicadísima pregunta. Cuando sales del tubo después de varios días habiéndote duchado una vez cada tres días, sin poder lavar la ropa y con una cantidad de mudas limitada por razones de espacio, el olor es una mezcla de gasoil, humanidad, comida …a submarino. Aunque diré que es curioso, porque después de varios días navegando, cuando te cruzas con alguien que acaba de ducharse, notas perfectamente el olor a jabón y a desodorante. Podría decirse que justo lo contrario de lo que pasa al aire libre. ¿Cómo se lleva la falta de ejercicio físico a bordo? ¿cuándo se desembarca, cómo se encuentra el cuerpo? No hay más remedio que tomárselo con filosofía, el espacio y la imposibilidad de asearse adecuadamente después de hacer ejercicio no permiten hacer deporte de manera regular. No se suele engordar muchísimo, porque la falta de movilidad te quita algo el hambre, pero si eres alguien que por ejemplo corre de manera habitual, sí se nota la pérdida de fuerza.
Fuente La Razon: