La decisión del Gobierno de intervenir la empresa Vicentín y enviar el proyecto para expropiarla no fue bien recibida por los analistas, en medio de la renegociación de la deuda con
los bonistas.
Se preguntan, entre otras cuestiones, de dónde saldrán los recursos para afrontar la incorporación del Estado de esta compañía, las señales de poca credibilidad en un contexto de elevada incertidumbre y critican por escueta la información brindada ayer en la conferencia de prensa en la que se anunció la expropiación.
El director de EconViews, Miguel Kiguel, señaló que “el Estado va a destinar recursos en un momento en el que explica a los bonistas que estos escasean porque está la emergencia social, que hace falta y es importante, pero que ante esta decisión pierde fuerza”.
En esa línea, definió que “económicamente es un Estado que está quebrado”, por lo que se preguntó de dónde van a salir los recursos.
Señaló además que sería mejor que lo defina la justicia, ya que hay riesgos asociados a la decisión (como que acusen luego de vaciar la empresa, por ejemplo). “Es importante que legalmente se haga bien”, añadió.
El economista Miguel Kiguel.Foto: Ruben Digilio
En Delphos Investment identificaron que la decisión del gobierno de intervenir Vicentin y presentar un proyecto de ley para su expropiación “generó cierto temor en los círculos de empresarios e inversores debido al avance del Estado sobre una empresa en situación económica/financiera delicada”.
Señalaron que esta medida no ayuda a mejorar el contexto de negocios locales, así como tampoco la visión con la cual los bonistas siguen el proceso de renegociación de la deuda. “No vemos esta medida como un paso positivo en un contexto como el actual en donde reinan las dudas y la incertidumbre sobre el futuro. Pero es una medida que tiende a afectar más el largo que el corto plazo”, definieron.
Un analista con gran llegada en Wall Street, que prefirió el resguardo de su nombre, dijo que el Gobierno está pidiendo a los acreedores de deuda que le crean, pero que la decisión anunciada ayer “no es buena en un contexto en el que el país tiene tantos problemas de credibilidad”.
“Fortalece en alguna medida a los acreedores más conflictivos: van a los tribunales y muestran, entre otras cuestiones, que se expropió una empresa y alegan que no se puedo confiar y tener certeza de si luego no cambian las condiciones del canje”, agregó.
Señaló además la necesidad de que el Gobierno explique mejor la decisión. “Lo que se hace en los países serios es una conferencia de prensa que dure unas 4 horas, sin exagerar, en la que el presidente hable unos 10 minutos, luego todas las personas que sean parte de la decisión, con gráficos, explicaciones varias, como qué involucramiento le van a dar a la justicia, si hubo actos de corrupción que se tienen que investigar, que van a hacer una intervención por determinados días, que mientras tanto va a estar todo auditado, por ejemplo”, mencionó.
Recaló también en la duda de otros: de dónde van a salir los recursos, si se van a capitalizar los préstamos que dio el Banco Nación, y cuestiones asociadas.
“La medida puede estar bien quizá, pero no se la analiza porque no fue explicada y no hay confianza en el sistema”, diferenció.
“Leía en el diario Wall Street Journal que el gobierno francés va a poner plata para quedarse con posiciones accionarias de toda la industria aeroespacial que está en problemas, pero como hay confianza en el sistema, no se vuelve un tema grande como acá”, dijo.
Y reiteró la necesidad de aportar más información. “Con un sesgo que ya tienen contra el Gobierno, lo van a tomar mal en Wall Street; lo podrían tomar mejor si se hubiese explicado más”, aseguró.
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