Quién era el hombre que murió mientras corría en el parque La Isla de La Paternal

estrés. El martes salió a correr por el parque La Isla de La Paternal, en avenida Constituyentes al 2700, un rato antes del horario permitido. Sufrió un infarto y se desvaneció: lo encontraron a las 19, cerca del área de juegos. Cuando llegó la ambulancia ya estaba muerto. Se llamaba Adrián Ernesto Peker, tenía 58 años y era vecino de Villa Urquiza, hincha fanático de Atlanta y muy querido en ese club y en la colectividad judía.

El hijo de Peker contó que su padre no tenía antecedentes cardíacos y que salía a correr “de vez en cuando”. Pero la cuarentena le impidió seguir haciéndolo.

Gustavo Szpigiel director de Vis á Vis, un sitio de Internet que difunde noticias de Israel y de la comunidad judía, lo recordó así en ese portal: “Lo conozco desde hace mas de 40 años. Nunca fuimos amigos. Pero hemos compartido en la juventud comidas y fútbol, él de Atlanta y yo de Chaca, las cargadas estaban siempre sobre la mesa en nuestras charlas. El Csis, Macabi y Hebraica, entre otros clubes ‘de la cole’, fueron también parte importante de su vida”.

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En su artículo, Szpigiel cuenta que Adrián, apodado “Peluca”, arrastraba un dolor desde el 19 de diciembre de 2004. Ese día su hijo Ezequiel de 6 años, murió ahogado en un accidente en la isla del club Hacoaj. “A partir de ese día de 2004, Peluca ya no fue el mismo. Tenía la tristeza dibujada en su cara. Pero junto a su familia, salieron a darle pelea a la vida sin claudicar”, relata el director de Vis á Vis.

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Según Szpigiel, Adrián tenía “un físico privilegiado” y “nunca dejó de hacer gimnasia en su casa” durante la cuarentena. Siempre había entrenado. Tenía un personal trainer y planeaba retomar sus clases con él la semana próxima. Pero el martes salió solo.

“Decidió ir a correr a la plaza de la Paternal (paradójicamente llamada ‘Isla de la Paternal’), le dio un infarto y se murió. Cuando llegaron a atenderlo, no se pudo hacer nada. La semana anterior se había sentido mal y llamó al médico. Le diagnosticaron ‘estrés’. Evidentemente había sido una alarma”, cuenta Szpigiel.

Adrián fue trasladado al hospital Tornú, pero llegó sin vida. Alberto Crescenti, titular del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), aseguró que “cuando la ambulancia llegó, el hombre ya estaba fallecido” y que “no hubo nada que hacer”.

Szpigiel describe a Adrián como “amante de su familia, amigo de sus amigos, hincha de Atlanta, futbolero y generoso. Y con un corazón enorme, ese corazón que seguramente quedó lastimado aquel diciembre de 2004, y que ayer, corriendo en una plaza, se terminó de apagar. Y voló, para estar cerca de Ezequiel“.

En el Twitter oficial del Club Atlético Atlanta, también publicaron una despedida para Adrián, a quien recordaron como “socio, hincha y colaborador Bohemio hasta el último suspiro“.