La nueva Directiva de Defensa Nacional aboga por por «un componente europeo más capaz» en la OTAN

¿Y sobre la OTAN? ¿Qué considera la Directiva de Defensa Nacional del Gobierno de coalición de PSOE y Podemos, con un ministro perteneciente al Partido Comunista de España e IU (Alberto Garzón)

y otros de sus miembros nada proclives a la Alianza Atlántica? Pues entre otras ideas se afirma: «Creemos en una OTAN sólida, con un componente europeo más cohesionado y capaz, una OTAN eficaz ante desafíos a la ciudadanía de cualquier dirección. La Alianza Atlántica es un vínculo fundamental para la colaboración en la defensa de los intereses de paz y seguridad compartidos a ambos lados del Atlántico. «En el debate político dentro de la OTAN se defenderá una combinación de disuasión y diálogo, apostando por soluciones que favorezcan la distensión y el establecimiento de foros y medidas de confianza. De igual manera, se buscará el consenso y control político en las actuaciones aliadas». Es este un punto de los que incluye la nueva Directiva de Defensa Nacional que firmó ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Se trata del documento que debe guiar la política de Defensa en los próximos años. La anterior Directiva fue elaborada en 2012 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En sus once páginas recoge las implicaciones para la defensa, la seguridad y la protección de nuestros ciudadanos de acontecimientos que están afectando a nuestra seguridad: desde la pandemia de Covid-19 hasta las fluctuaciones en el orden geopolítico mundial y particularmente en nuestro entorno. Se considera igualmente a las pandemias como un «reto de enorme envergadura» En la introducción del documento se hace mención expresa a la pandemia del coronavirus cuya crisis «ha dado un giro a las percepciones sobre la seguridad en Europa y la manera de gestionarla». En la cuarta de las 16 directrices que en teoría marcarán la actuación de la Defensa en los próximos años se prevé impulsar la «preparación del personal de las Fuerzas Armadas y la adquisición de capacidades que permitan la colaboración y apoyo a autoridades civiles especialmente en situaciones de crisis y/o emergencias». Es una clara referencia a la situación vivida en España durante los últimos tres meses que llevó a las Fuerzas Armadas a desplegarse en la denominada Operación Balmis para evitar la propagación del SARS CoV-2. Se considera igualmente a las pandemias como un «reto de enorme envergadura». El recurso a la fuerza El documento esgrime que en la última década se han presenciado «cambios sustanciales en la arquitectura internacional de seguridad, que ha traducido en una erosión notable del orden internacional y en un protagonismo inusitado del recurso a la fuerza. También ha cambiado profundamente la relación de los gobiernos con los gobernados». Para el actual equipo del Ministerio de Defensa, sin mencionar expresamente estado o entidad alguna, «los retos de seguridad proceden ahora tanto de actores estatales, entre los que existe una intensa competición estratégica, como no estatales (terrorismo y crimen organizado), con una gran capilaridad entre todos ellos, especialmente evidente en las acciones de desinformación y las agresiones en el ciberespacio». Menciona la crisis de 2008 como un cambio de paradigma que «ha redefinido el papel de las organizaciones internacionales, las relaciones económicas entre estados y las de éstos con las grandes empresas […] El cambio de una dinámica de negociación y acuerdo por otra de competición y confrontación, no se ha traducido todavía en conflictos armados de envergadura, pero acerca esa posibilidad». Además, la nueva Directiva de Defensa Nacional se compromete a dotar al Ministerio de Defensa con la financiación que sea necesaria para sostener todos sus compromisos tanto nacionales como internacionales. Ideas clave son el favorecimiento de la industria nacional de Defensa y la integración en proyectos europeos; reforzar las capacidades del Centro Nacional de Inteligencia, o impulsar el papel de la mujer, tanto en el Ejército como en las comunidades de otros países donde haya despliegue de tropas. Se pone a la Unidad Militar de Emergencias como modelo de gestión frente a las consecuencias del cambio climático. En la primera línea general y objetivo de la política de defensa se hace mención expresa al artículo 8.1 de la Constitución: «El primer objetivo de la Defensa es proteger al conjunto de la sociedad española, su Constitución, y los valores, principios e instituciones que esta consagra para el pleno ejercicio de los derechos y libertades de toda la ciudadanía». El entorno europeo cercano, el Mediterráneo, el Sahel Occidental y el océano Atlántico serán las zonas donde se prestará «una especial atención» a la hora de concentrar el esfuerzo de los despliegues militares en el exterior.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/abci-nueva-directiva-defensa-nacional-aboga-componente-europeo-mas-capaz-otan-202006120248_noticia.html

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