Canje: divisiones entre los bonistas impide aún al Gobierno alcanzar una aceptación elevada

Las internas entre los acreedores y los fondos de inversión, la mayoría administradores de carteras multimillonarias de Wall Street, se acrecentaron en las últimas semanas. Muchos de ellos buscan llevarle una

propuesta única a Martín Guzmán pero el trabajo ha resultado dificultoso porque los bloques de bonistas están divididos en una suerte de pelea entre halcones y palomas.

Lo cierto es que por la estrategia de Guzmán en la negociación de la deuda, las preferencias distintas de los acreedores a la hora de cobrar y la crisis global, las diferencias entre los propios inversores se acrecentaron. Argentina y los fondos negocian bajo confidencialidad hasta el martes una oferta que aumente la participación al canje a un umbral de al menos el 50% para luego, según la estrategia Guzmán, debilitar la posición de los holdouts aprovechando distintas agrupaciones de voluntades que permitirían al país alcanzar las mayorías a través de canjes sucesivos (una estrategia conocida como Pacman de la deuda) y desgastar a los bonistas halcones.

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Hay inversores que son más palomas. Es el caso de BlackRock que integra el mismo comité que Ashmore (halcón) -Ad Hoc Tenedores de Bonos-, y tienen actitudes distintas a la oferta Guzmán. Ashmore sería el titular de una parte significativa de los bonos globales 2021, hoy en default. Estos títulos se amortizan el año que viene -sus tenedores deberían cobrar el capital invertido- y rinden una tasa de 6,8%. Argentina, según la propuesta de Guzmán del 28 de mayo, ofrece a cambio títulos que a lo sumo se paguen en 2030 con una tasa de 1,75 y una quita de 7%. Inaceptable para Ashmore.

Otro fondo que mantiene una postura igual de dura sería Fidelity, aquel mismo que puso contra las cuerdas a Axel Kicillof en febrero por el pago de un bono de la Provincia -que finalmente el gobernador desembolsó-.

El bono 2021 fue emitido por Mauricio Macri en abril de 2016 para pagarle a los holdouts de Kirchner. Ashmore tendría una parte importante de él en su cartera. Guzmán necesita al menos el apoyo del 50% de los tenedores de ese bono para imponer sus condiciones y que los abogados argentinos no desfilen delante de Loretta Preska, la jueza de Nueva York.

Un mes atrás, BlackRock -uno de los principales fondos del mundo a punto tal que actúa como agente de la Reserva Federal en su programa de recompra de deuda-, fue identificado dentro del Gobierno como el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo por la deuda. Pero esas mismas fuentes, como otras locales y de Wall Street al tanto de las negociaciones, señalan a otros fondos con una actitud más belicosa contra el país. Ahí entran Ashmore y Fidelity.

“BlackRock no es el fondo individual con más tenencia de títulos argentinos”, explica una fuente importante del Gobierno. Posee algo menos de 14% según sus estimaciones. “Pero su peso en la negociación es mayor al de otros tenedores por el poder de representación que ejerce sobre otros fondos en la negociación con la Argentina”. Esta fuente conoce en detalle la negociación.

Guzmán busca reestructurar en esta etapa US$ 64.800 millones de deuda. Son 18 bonos denominados en distintas monedas (dólares y euros). Algunos vencen en un año y otros en 2117. A diferencia de los años 80, cuando la deuda estaba en manos de un puñado de bancos, hoy la deuda está dispersa, en manos de tenedores individuales y fondos que representan a sus clientes. Muchos se agruparon en tres comités: Ad Hoc Tenedores de Bonos (que lidera BlackRock), Comité Argentino de Crédito (Gramercy y Fintech) y Tenedores de Bonos de Canje de Argentina (HBK, Pharo, entre otros). Aún así, estos comités no representarían más del 60% del monto que Guzmán busca reestructurar.

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Por todo esto, y por las preferencias diferentes de los bonistas a la hora de sentarse a la mesa, los expertos en deuda consultados por Clarín estiman que será difícil que los bonistas se pongan de acuerdo en las próximas horas.

Del lado de los halcones, se encuentran los tenedores de deuda emitida por Macri y que vence el año que viene. También los que tienen bonos de los canjes de 2005 y 2010. Para estos últimos el Gobierno ofrecería un cupón atado a las exportaciones o una variable indexada a la economía.

“Guzmán está jugando al límite para conseguir aceptación de la oferta proponiendo pagar lo menos posible”, dice Jorge Neyro, economista jefe de ACM y uno de los analistas que más de cerca viene siguiendo el caso. Esto provocó que haya halcones. “La desventaja es que la negociación demorará más. Pero lo que importará acá son los resultados y qué mayoría consiguió. Si lo logró, será reconocido”.

¿Qué niveles de aceptación consiguieron otros países que reestructuraron sus deudas? Argentina, en 2005, el 76%. Más acá en el tiempo Ucrania (2015) y Grecia (2012) llegaron al 83% y 96% respectivamente. Uruguay en 2003 el 93%.

Las negociaciones siguen en estas horas y no se sabe todavía qué nivel de aceptación conseguirá el Gobierno. No se alcanzaría a cambiar las condiciones en los bonos cortos de Macri y los de Kirchner.

Pero aún no está todo definido. “Soy optimista si el Gobierno lanza este canje con el apoyo de algunos de los fondos grandes”, dice Diego Sacerdote, asesor financiero. Es que los holdouts podrían enfrentar condiciones más desfavorables con Guzmán de cara a un eventual segundo canje. En ese caso podrían enfrentar discrecionalidades a la hora de que el ministro reúna las mayorías según explicó en la semana Anna Gelpern, de la Universidad de Georgetown, en un seminario sobre deuda y donde se habló del caso argentino. Gelpern es un experta del tema y fue citada a declarar por el juez Thomas Griesa en el juicio entre Argentina y NML.

Alberto Fernández se comunicó con su par mexicano Andrés Manuel López Obrador, para que pudiera interceder por la deuda con el CEO de BlackRock, Larry Fink. “Me explicó que no dependía sólo de ellos. Los fondos de inversión tienen que ver con personas que invierten allí. El caso es que iba a proponer a su consejo una disminución del 50% al 55%. De todas maneras era una quita. Por un lado 41, luego me enteré que ya no era el 41 sino el 39, y por otro lado de 50 a 55 y ahí estaba, en eso estaba”.

“Acá la pregunta es cuál es el precio que evitará a Guzmán tener holdouts”, se pregunta Marina Dal Poggetto, directora de Eco Go. “Y todavía no se sabe”. Continuará.

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