Reabre el Palacio de Hielo, símbolo de la pandemia que ha azotado la ciudad

Antes de la pandemia, el Palacio de Hielo daba la bienvenida a un popurrí de visitantes. El centro comercial es una suerte de barrera, una mole gris y azul que divide el

distrito de Hortaleza, al norte de la capital. A un lado, la avenida del Machupichu discurre junto al parque del Conde de Orgaz, donde abundan lujosos chalés rodeados de amplios jardines. Al otro, predominan bloques de pisos más humildes, en el barrio de Pinar de Chamartín. Pero, en el edificio, una suerte de tierra de nadie, confluían los residentes de ambos bandos. Y el bullicio que inundaba el Palacio de Hielo, que despertó el pasado lunes con el salto a la fase 2 , todavía no ha regresado. «De momento, la vuelta está siendo muy tranquila. Yo creo que a la gente le da miedo volver a la normalidad», cuenta Beatriz, empleada en una tienda de maletas, bolsos y calzado. El local, que abrió el 5 de marzo, solo unos días antes del decreto del estado de alarma, apenas recibe a clientes. Lo mismo ocurre en el resto de comercios que plagan las dos plantas del centro. Aunque algunas persianas permanecen bajadas, la mayoría —salvo el supermercado y la farmacia, que nunca pararon— han retomado su actividad esta semana. Ni rastro, no obstante, de las colas que se formaban frente a las taquillas del cine, de los jóvenes que charlaban en las escaleras, de la muchedumbre que comía y bebía en las mesas de los restaurantes. Ayer nada tenía que ver con un sábado por la tarde antes del confinamiento. De hecho, la gran pantalla, la bolera (actualmente en obras) y las zonas recreativas del Palacio de Hielo permanecerán cerradas hasta el próximo 26 de junio. «Al final, si no hay ocio…», comentaba Abel, que trabaja en uno de los restaurantes. «Está desangelado», confirmaba Leonardo, mientras disfrutaba de una jarra de cerveza con su amigo Juan, en su primera visita al centro comercial en mucho tiempo. Junto a ellos, solo había otras dos mesas ocupadas; otras estaban apiladas, ya que todavía hay que cumplir con el límite de aforo. «Hemos venido a dar una vuelta a ver cómo está funcionando», explicaba Juan, junto a su mujer, María, y su hija de 4 años. La familia, que vive en la cercana carretera de Canillas, acudía por primera vez a comer una hamburguesa: «Lo veo solo, es un poco triste». Volver a patinar El centro comercial tardará unas semanas en recuperar todas sus actividades, salvo una. La pista de hielo, lugar de descanso para las víctimas del Covid-19 durante los momentos más críticos de la pandemia, que se ha cobrado más de 8.600 vidas en la región, no abrirá hasta después del verano. Hace ya más de un mes que los féretros abandonaron la gélida superficie, que sirvió como morgue provisional para un total de 1.146 fallecidos. Este depósito, gestionado por la Unidad Militar de Emergencias (UME), con la ayuda del Cuerpo de Bomberos de Madrid, fue de vital importancia durante las semanas más duras de la crisis sanitaria, cuando las muertes diarias superaban el centenar de decesos. Para muchos, es difícil de olvidar. «Yo he oído a mucha gente que ha dicho que les daría un poco de… Volver a patinar e incluso volver al propio centro comercial», comenta Leonardo. Con todo, la adjunta a la gerencia del centro comercial, Maribel Bermúdez de Castro, aseguró ayer a Efe que la pista de patinaje reabrirá en septiembre. Además de la desinfección «profunda» que se ha realizado en todo el edificio, Bérmudez de Castro explicó que en las instalaciones que se transformaron, a petición del Ayuntamiento de Madrid, en un depósito de cadáveres se han llevado a cabo dos grandes desinfecciones, una después de albergar la morgue y otra «haciendo la puesta a punto, como todos los veranos». «En septiembre abrirá sus puertas para ser lo que siempre ha sido, una pista de hielo para todos los madrileños», declaró la responsable a esta agencia. Por ahora, el que ha sido uno de los símbolos de la pandemia trata de recuperar el ritmo perdido. Carteles y señales que indican la distancia de seguridad y dispensadores de gel hidroalcóholico en cada local regirán su regreso a la «nueva normalidad». «El lunes se me encogió el alma» Que el Palacio de Hielo haya servido de depósito de cadáveres ha quedado grabado a fuego en el imaginario colectivo del barrio. «El primer día que llegué, el lunes por la mañana, cuando entré al aparcamiento, la entrada que veías por la televisión… Se te encoge un poco el alma», reconoce Oliva, que atiende desde hace tres años un puesto de compra de oro en el centro comercial. Hay quien mira con recelo regresar al edificio, aunque muchos entienden que no debería ser así. «Fue una cosa necesaria, no me importa. La pista ha servido para algo. Que por lo menos se conozca al Palacio de Hielo por una causa bonita», declara Beatriz, empleada en una de las tiendas que han reabierto esta semana.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/madrid/abci-reabre-palacio-hielo-simbolo-pandemia-azotado-ciudad-202006140211_noticia.html

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