El exguardameta Santiago Cañizares habló claro en una charla por redes sociales con Mister Chip sobre el pasado de la selección española y también de algunos de sus compañeros, como Pep Guardiola.
Cañizares se mostró crítico con las posturas políticas del ahora técnico del Manchester City. «Allá por el 92 Guardiola, aprovechando que los Juegos eran en Barcelona, nos hablaba de política de forma muy moderada. Incluso podíamos bromear con cariño. Se lo tomaba bien. Era absolutamente anecdótico lo que hablábamos la política. Y si era alguien de un extremo, lo que había era vacile. Se había de política con placer», comentó el exguardameta. «Él decía que estaba enamorado de Cataluña. En la selección española jamá lo he visto incómodo. A nadie. Solo he visto a Oleguer, que ha llegado en una convocatoria y se ha puesto a hablar con Luis Aragonés, ‘no me traigas más, ni lo siento ni quiero’. Es el único que ha tenido un par de narices. Eso jamás lo vi en Guardiola. Fue encantado. Ganó los Juegos del 92. En el 94, acabamos llorando en aquel partido en Boston contra a Italia. Me agarraba del pecho: Cañete volveremos para ganar un Mundial. Jamás lo he visto renegar de la selección española», prosiguió Cañizares. «¿Qué es lo que le ha pasado? No tengo ni idea. He perdido el contacto con él. Tenemos un chat todos los jugadores olímpicos del 92. Todos excepto uno, Pep Guardiola. No estoy criticando que no esté. Probablemente también porque es el más famoso. Entiendo que tiene una vida de mucho estrés y no está para chorradicas. Está Luis Enrique o Abelardo, por ejemplo». «¿Me sienta mal cuando habla mal de España? Me sienta muy mal, extraordinariamente mal. ¿Como si lo dijera cualquiera? No, mucho peor. Porque yo he estado con él en la selección. Hemos llorado cuando nos han eliminado y hemos disfrutado cuando hemos ganado la olimpicada. No sé en qué momento mutó su cerebro. Es muy inteligente. Pero qué necesidad tiene, qué lo mueve, quién maneja su cerebro político. Lo único que consigue es que muchos como yo no lo entendemos. El problema es que ha mutado el cerebro a mucha gente de la sociedad y estamos enfrentados ahora que es un asco. En el 93 se podía habalr de política y discutar y vacilar y disfrutar con la política y ahora no somos capaces ni de hacer autocrítica».
Fuente La Razon: