Coronavirus en la Ciudad: aumentó la proporción de contagios por contactos estrechos por su búsqueda en los barrios

qué se produjo el contagio. Ahora, otra vez, el grueso de los positivos son por contacto estrecho. En la Ciudad de Buenos Aires, el tipo de contagio más frecuente es un espejo tanto de los efectos de la cuarentena​ como del mayor registro por la búsqueda puerta a puerta.

Lejos quedaron los tiempos en que la transmisión comunitaria, más ligada a la circulación por la Ciudad, constituía la mitad de los positivos en Capital, a mediados de abril. En ese entonces, los infectados por contacto estrecho eran sólo el 20%, según datos publicados en el Boletín Epidemiológico Semanal, difundido cada viernes por el Ministerio de Salud porteño.

Tras meses de circulación restringida, hoy los valores están invertidos: el 78% de los infectados clasificados epidemiológicamente se contagiaron por contacto estrecho. La transmisión comunitaria, en cambio, llega apenas al 11%. Y el otro 11% corresponde a profesionales de la salud.

“Se considera contacto estrecho a cualquiera que haya estado más de 15 minutos a menos de dos metros de distancia”, definió el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el martes pasado. En la mayoría de los casos, estos contagios ocurren cuando resulta prácticamente imposible un distanciamiento social adecuado. Por ejemplo, en instituciones semi-cerradas, como geriátricos, o en condiciones habitacionales vulnerables, se den estas en una villa o en casas tomadas, inquilinatos y hoteles precarios de la ciudad formal.

En el Barrio Padre Ricciardelli (ex Villa 1-11-14), por ejemplo, “hubo que encontrar un protocolo de pasillos, que son muy angostos hacia adentro del barrio”, cuenta el padre Juan Isasmendi, de la parroquia Madre del Pueblo. Y grafica: “Acá también hay muchos inquilinatos, de varios pisos, en que seis o siete familias deben compartir baño y cocina”. Ese panorama obligó a tomar allí acciones rápidas: aislar a adultos mayores, coordinar la pulverización de agua clorada con autobombas sobre manzanas con focos y demandar la presencia del Estado a través de programas sanitarios y de desarrollo humano para buscar casos, testear y cuidar.

Entre esos programas, el que más eco tiene hoy es el de DetectAr, llevado adelante por los gobiernos nacional y porteño. Arrancó a mediados de mayo de forma diaria en las villas, donde ya registró 4.900 positivos. Desde hace dos semanas sumó algunas jornadas en barrios formales como Balvanera, Flores, La Boca, Constitución y Barracas. Ahora está en Almagro. Se va a buscar y detectar tempranamente casos que, por su contexto, son en su mayoría por contacto estrecho. Y se encuentran.

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Pero esa búsqueda activa de casos no sólo implica rastrear síntomas: también, justamente, a sus contactos estrechos. Es que el 80% de los infectados exhiben pocos o ningún signo de enfermedad, pero pueden contagiar. “Todo el circuito se retroalimenta: hoy si en un centro se detectan 50 positivos, mañana habrá una lista nueva de los contactos estrechos de esos 50 que se diagnosticaron hoy”, precisó a este diario Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria de la Ciudad, durante la visita a un punto de testeo de DetectAr para vecinos de la ex 1-11-14.

El viernes se registraron 804 nuevos casos de coronavirus en residentes de la Ciudad, 191 de ellos en barrios populares. Son 17.825 los positivos acumulados. Son 382 las muertes por el virus, con una media de 74 años y, en su mayoría, varones.

Al igual que la semana pasada, los barrios porteños con más casos cada 100.000 habitantes siguen siendo Retiro (4.330), Flores (1.943) y Barracas (1.346). Entre los tres suman el 43% de los positivos en residentes porteños. Con todo, Retiro subió poco más del 3% en los últimos siete días, cuando la media de incremento semanal en la Ciudad es de 25,6%. Así, ese barrio quedó por debajo de Flores en número absoluto de positivos y, si mantiene esta tendencia, daría algunos indicios de estabilizar su curva.

Lo que pasó en Retiro es prueba, en gran parte, de los efectos de la estrategia basada en la búsqueda de contactos estrechos de los ya contagiados, para así evitar que el coronavirus se siga expandiendo. La Villa 31 fue el primer lugar de la Ciudad donde se instaló DetectAr.

Lejos de mantenerse estables, hay barrios que escalaron varias posiciones en el ránking de tasas. Son Constitución y La Boca, justamente los que esta semana tuvieron búsquedas activas a través del operativo. Con todo, aún están lejos de la postal que entregan los que encabezan esa lista desde hace tres meses.

NS