Barajas despierta, pero no se levanta: «Todavía parece un aeropuerto fantasma»

El comienzo de la «nueva normalidad» en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas no ha cambiado en demasía el «aura fantasmagórica» –en palabras de los afectados– que presenta la base desde el estallido

de la crisis del coronavirus. La capital recibió ayer a los primeros pasajeros del espacio Schengen tras el fin de estado de alarma y, por ende, la apertura parcial de las fronteras. Ello provocó un ligero repunte de operaciones en la T4, de momento, la única terminal abierta. A lo largo de la jornada, los viajeros –la mayoría españoles de regreso o turistas rumbo a sus países de origen– transitaron por las dependencias del aeródromo sin mayores problemas. Ahora bien, todos con mascarillas y bajo las precauciones lógicas que marca la alerta sanitaria. En la planta de llegadas, cerca de 40 vuelos de pasajeros aterrizaron en Barajas sin mayores complicaciones –en total, sumando los de salida, fueron unos 80–. «El viaje ha ido bien, aunque el avión iba lleno», comentaba a mediodía Manuel, recién aterrizado de Londres. Tras recoger las maletas facturadas, los viajeros tuvieron que superar los tres controles implementados por el Ministerio de Sanidad, que dirige Salvador Illa. Provistos de pantallas y trajes EPI, los trabajadores de seguridad del aeropuerto recogieron los documentos cumplimentados por los viajeros, con sus datos de localización en España y la confirmación de si han pasado o no la enfermedad. A este primer paso se sumaron los controles de temperatura, algunos de ellos practicados con termómetros de infrarrojos. «A mí no me lo han puesto, pero sí hemos pasado por cámaras térmicas», apuntaba el propio Manuel, quien, a sus 24 años, volvía a casa para abrazarse de nuevo con su familia. Poco después, otro avión procedente de Zúrich hacía su aparición, devolviendo por un instante el ajetreo habitual de antaño. Cabe recordar que no será hasta el 1 de julio cuando Aena reabra la T1 para dar cabida al incremento de la actividad planeado por las aerolíneas. Una pareja con su bebé, seguida de otra pasajera, salen de la T4De esa nave se bajaron Cándido y Clara, un matrimonio de 71 y 72 años, respectivamente, después de tres meses «atrapados» en casa de su hijo, afincado en Basilea. «Fuimos en febrero y nos pilló la pandemia. Hemos perdido cuatro billetes y ahora estamos a la espera de que prosperen las reclamaciones», recordaban, confiados en recuperar el dinero perdido: «En Suiza, el confinamiento ha sido muy diferente. Allí son más distantes ya de por sí, lo que hace que vivan todo el año confinados», añadían acto seguido, sin perder el sentido del humor. Pasados 15 minutos, otro vuelo con salida desde Budapest tomaba tierra para alegría de Sheila y Araceli, ambas de 33 años, y con su residencia fijada en Escocia. «Nos han entregado un papel con los teléfonos de cada comunidad autónoma a los que debemos llamar en caso de encontrarnos mal», advertían, antes de revelar su particular experiencia: «Queríamos haber vuelto antes porque nos hicieron un ERTE, pero ha sido imposible». En relación al examen visual –última de las pruebas obligatorias–, lo cierto es que no todos los viajantes cayeron en la cuenta de que estaban siendo observados. «No me he enterado, pero es verdad que un guardia civil me ha mirado fijamente», sopesaba Juanjo, sin saber si era uno de los controles o, simplemente, un pase rutinario. Ninguno de los pasajeros cuestionados ayer por ABC tuvieron que someterse al reconocimiento médico, establecido para los casos en que alguno de los tres requisitos citados no sea superado. Polémica por los controles Al fuego cruzado desatado el sábado entre el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a consecuencia de la demanda de la líder madrileña para elaborar un plan de seguridad específica, descartado por el Gobierno central, se unió ayer el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, al tildar de «broma» la reanudación de la actividad en la base, con controles sanitarios «absolutamente insuficientes»: «Rellenar un formulario, toma de temperatura (el 40% de las personas con Covid-19 no tiene fiebre ni síntomas) e inspección visual (por si llevas el coronavirus en la frente)», publicó en su cuenta de Twitter. Fuera del aeropuerto, la estación de Atocha tampoco registró grandes variaciones respecto a los trenes AVE. Será hoy lunes, primer día laborable sin el estado de alarma, cuando el servicio se incremente alrededor de un 50%. Los bares y restaurantes, por su parte, mantuvieron su nivel de actividad, en aumento desde las últimas semanas.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/madrid/abci-barajas-despierta-pero-no-levanta-todavia-parece-aeropuerto-fantasma-202006220126_noticia.html

Exit mobile version