Cristina Kirchner y Vicentin: una historia económica con ribetes coquetos

“Debo reclamar mi parte en las acciones (de Vicentin) porque soy consumidora de los disquitos de algodón”. Esa frase, dicha por Cristina Kirchner en 2007, tuvo claramente el objetivo de hacer

un chiste. El asunto es que uno de los clásicos de la psicología es “El chiste y su relación con el inconsciente”, deSigmund Freud, publicado en 1905. Se trata de una obra cumbre del padre de esa disciplina, en la cual se analizan las motivaciones que hay detrás de las bromas que causan risa a quienes las escuchan. Freud demostró que esos chistes, en el mismo sentido que los sueños, revelan un sentido profundo de los deseos.

Otro chiste de Cristina que despertó risas en la platea que la escuchaba fue dicho por la actual vicepresidenta varios años después, en 2014, y otra vez tuvo que ver tanto con Vicentin como con su reconocida coquetería…

“Miren que una podría tener algún rencorcito con el tema de la soja y los que producen soja, pero la verdad que no. El rencor hace mal, te arruina la vida, te saca arrugas, no ayuda en nada”, afirmó CFK en tono jocoso, en medio de una las diversas inauguraciones de ese grupo empresario que encabezó como presidenta, entre 2007 y 2015, tal como recordó el senador Martín Lousteau este miércoles en el Senado.

Como una adelantada de las conferencias virtuales tan en boga en esta época -como la que encabezó este miércoles en el Senado, y le dio media sanción a un proyecto de comisión bicameral para investigar a la empresa concursada– hace 6 años Cristina presidió una conexión digital entre la Casa Rosada y la planta de Renova en Timbúes, Santa Fe. Vicentín SAIC, la empresa ahora concursada, fue una de las empresas fundadoras de Renova, y sigue como accionista. Hasta diciembre pasado era dueña de la mitad, pero vendió un 16,67% a fines del 2019 frente a la situación financiera que derivó en el concurso de acreedores.

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“Me gustan los números”, dijo Cristina el 20 de abril de 2014 y ponderó toda la inversión, “480 millones de dólares”, y el trabajo que demandó levantar esa planta: “8 millones de horas hombre en la construcción”, protagonizadas “por 8.500 personas de 322 empresas contratistas”.

También destacó que “las imágenes la revelan como una industria de punta, para lo que siempre hemos querido: agregar valor a la materia prima para que no salga en grano y no nos reprimaricen al sector agropecuario”.

En ese sentido, vale destacar que Vicentín, gestionada por los directores que el Gobierno busca desplazar, es la empresa agroexportadora que más procesó los granos para agregarle valor. Aunque en volumen de exportaciones quedó en el 4° puesto del ranking, lidera ampliamente en las ventas externas de soja industrializada. (Se puede ver en la siguiente infografía, en las columnas de harinas y aceites).

Las enseñanzas de Freud

Según las enseñanzas de Freud, es relevante que Cristina haya bromeado sobre su relación con el sector agropecuario. El célebre médico vienes puso en consideración que el chiste es un vehículo para expresar los deseos reprimidos de una persona, e incluso de una sociedad (en ese sentido, son significativos los “aplausos” de los seguidores).

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“¿El Estado no puede cortar el pasto en la ruta 11 y quiere manejar Vicentin?”

Freud describió algunos mecanismos sobre los que se basan los chistes. La condensación, uno de los más habituales, es la fusión de palabras o ideas, para generar un efecto gracioso. El desplazamiento es otro, entendido como la transferencia de sentido de algo hacia otro concepto. En las asociaciones que realizó Cristina para construir sus chistes sobre Vicentin pueden detectarse esas maniobras psicológicas.

En una frase que podría adjudicarse al mecanismo de condensación. Cristina describió a Vicentin como “grupo nacional fundado por inmigrantes como mis abuelos” y se adjudicó méritos por su crecimiento. “Yo no sé si tal vez el Grupo tenga una clara idea de lo que representan en términos de lo que hemos evolucionado económicamente en la República Argentina…”, afirmó en cadena nacional.

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Por ahora, los interventores del gobierno no volverán a manejar Vicentin

Respecto de las inversiones para producir biodiesel, CFK destacó que la sanción de la Ley de Biocombustibles (26.093, del año 2006) “da a nuestro campo y a nuestros industriales una posibilidad más de inversión y de exportación”. Y elogió “es un grupo que sigue diversificando su nivel de inversión…”.

Corresponde señalar que ese desarrollo empresarial, ponderado como fruto de las políticas de Estado, es el mismo por el que ahora, desde el mismo sector político, surgen sospechas y acusaciones por la condición de “gran empresa, con ramificaciones societarias y triangulaciones”.

Préstamos del Banco Nación

Finalmente, en relación a la comisión bicameral que el senador oficialista Oscar Parrilli (Frente de Todos -Neuquén) impulsó en el Senado para investigar a Vicentin y su relación con el Banco Nación, los opositores criticaron que se circunscriba al período de gobierno de Mauricio Macri, tal como sucede en la denuncia de Claudio Lozano –director del Banco Nación-, o sea, acotada a los cuatro años que gobernó Cambiemos.

La prefinanciación de exportaciones del Banco Nación viene desde mucho antes, incluso estuvo vigente durante el gobierno de Néstor Kirchner, período en el que desea identificarse el actual presidente de la Nación, Alberto Fernández, cuando fue Jefe de Gabinete

Aunque la causa que, a partir de la denuncia de Lozano, instruye el fiscal Gerardo Pollicita en el Juzgado Federal Criminal, a cargo de Julián Ercolini, se reduce al período 2015-2019, a esas prefinanciaciones de exportación no las estrenó Macri ni Javier González Fraga (titular de la entidad cuando Vicentin entró en cesación de pagos). Esa operatoria fue autorizada, por ejemplo, cuando la actual titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, presidió el Banco Nación, entre 2008 y 2010, y también le prestó muchos dólares a Vicentin.  

Evolución de financiación y ventas

Relación entre la línea del Banco Nación y la facturación anual



Fuente: VICENTÍN Infografía: INDEC

Entre 2007 y 2015, mientras la presidenta fue Cristina, se triplicó la línea de crédito del Banco Nación otorgada a Vicentin: creció de 42 a 150 millones de dólares. Fue un un salto similar al experimentado en el gobierno de Macri cuando se duplicó, de 150 a 300 millones de dólares, aunque en la mitad de tiempo. Lo importante en este aspecto es que el gobierno cristinista le “giraba en descubierto” un 5% del nivel de facturación y la administración macrista lo hizo hasta el 7%. O sea, una diferencia poco significativa entre los distintos gobiernos.

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