El año 2020 será recordado como el año en donde el Covid-19 frenó al mundo, ciudades vacías, economías destruidas, vidas arrebatadas y miedos generalizados. La Argentina no escapó a este proceso,
más allá de los comentarios de nuestro ministro de Salud que vaticinaba que el virus llegaría más tarde que temprano. Como dice el dicho; tal vez no siempre conseguimos lo que queremos, pero tarde o temprano la vida nos concede lo que merecemos.
El Área Metropolitana Buenos Aires incluye sectores con gran desigualdad. (Foto: AFP /Emiliano Lasalvia)
En la Argentina hay casi 55.000 contagios y unos 1.100 muertos. Más del 90% de estos casos se concentran en Ciudad y Provincia de Buenos Aires. No debemos echarle la culpa al coronavirus por porteño o ponerle el rótulo de unitario, durante décadas nos dedicamos a centralizar servicios, desarrollo económico, población y pobreza. En el país de Gardel, Messi, el Papa y octavo en superficie mundial creímos que era buena idea concentrar el 37% de la población en un área del tamaño de Jamaica: el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El AMBA tiene en su territorio una megaciudad y cuarenta y tantos municipios. Y lo caracteriza su desigualdad económica y social, en donde conviven municipios con indicadores parecidos a los de Canadá junto a otros con realidades que compiten con los países más pobres del planeta. Es acá donde el virus corre libremente contagiando sin distinción de clases sociales y sin respetar límites.
El Covid nos desnuda, nos hace plantearnos dudas que hasta hace poco no se encontraban en nuestra agenda. Tal vez cuando todo esto pase y recordemos el 2020 como una pesadilla, los argentinos debamos plantearnos de una buena vez por todas qué tipo de país queremos y si estamos dispuestos a enfrentar los desafíos futuros. Uno de ellos es cómo desarrollarnos con una distribución económica y social mucho más federal de la que tenemos ahora.
Ezequiel González Chiappe
ezequielgonzalezchiappe@gmail.com
OTRAS CARTAS
Advierte sobre un complicado panorama
Personal de emergencias médicas traslada a adultos mayores positivos con COVID-19 de un asilo hacia hospitales. Ocurrió el domingo 21. (Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni)
Estamos en el peor de los momentos, se avecina el invierno, los casos crecen, las camas escasean y la economía colapsa.
El virus se apoderó de la sociedad de este lado del mundo. ¿Y ahora qué hacemos?
Necesitamos más que nunca proyectos para poder enfocarnos en el futuro.
No hay perspectivas de trabajo y menos con reglas que quedaron obsoletas ante el panorama que se avecina.
El crédito es caro y no sirve si no sabemos a qué lo aplicamos, sin ventas, con poca producción, lo cual encarece el sistema más aún, estamos a la deriva. Las reglas cada vez son menos claras.
Todos del Estado no podemos vivir, ya que el mismo es deficitario en todo lo que hace, por lo cual seguimos siendo el factor privado el que banca al gigante, que ahora amenaza con dejar de ayudar.
Miremos más allá de la pandemia, la cual es gravísima, pero lo que se viene es muy sombrío, triste y desolador
Susana Mastronardi
susumastro@gmail.com
Sobre el pico de delitos que se espera tras la cuarentena
Ex jueza María Laura Garrigós de Rébori y actual interventora del Servicio Penitenciario Federal. (Foto: Maxi Failla)
Es muy beneficioso que la ex Jueza María Laura Garrigós de Rébori haya anunciado “que el día que salgamos de la cuarentena, es posible que tengamos un pico de delitos contra la propiedad”.
Imagino que las autoridades responsables de la seguridad pública están tomando con anticipación las medidas que corresponden ya que cuentan con el invalorable anticipo de lo que va a ocurrir.
Sería muy loable que por el bien de todos logren achatar la creciente curva de delitos.
Jorge Troszynski
troszynski@yahoo.com.ar
Pide estar atentos a los valores democráticos
Más allá del efecto económico que resultará de esta situación que se vive, es fundamental atender al funcionamiento institucional de la democracia. Debe contar con poderes controlándose permanentemente y, al mismo tiempo, con independencia entre sí.
Si bien también sucede en otros países, en el nuestro se han producido crecientes miedos individuales y grandes incertidumbres sociales. Esta combinación es campo fértil para liderazgos políticos no democráticos.
Carlos Alberto Ferrer
carlosferrer4010@hotmail.com
El valor del dinero y el posible default
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Martín Guzmán. (Foto: Presidencia)
Nuestra hermana República de Uruguay acaba de endeudarse en dólares a una tasa de 2,5 % anual. Para explicarlo en forma simple: nuestro querido país tiene, desde que asumió el actual gobierno nacional, un riesgo país superior a 2.500 puntos básicos.
Esto implica mas de 25% de interés sobre las tasas normales de mercado, es decir que comparados con Uruguay pagaríamos 27,5 %. ¿Tiene Uruguay mayores riquezas que Argentina o lo que tiene es un gobierno mas confiable que el nuestro?
Dr. José Brunetta
josebrunetta@yahoo.com.ar
“Que el dinero incautado vaya para el Malbrán”
Hallaron dinero en un camión en la ruta 34, en Santiago del Estero, que transportaba azúcar. (Foto: Prensa Gendarmería)
En Santiago del Estero, en la ruta 34 y gracias a la excelente actuación de Gendarmería, incautaron 29 millones de pesos, de los cuales todavía no se sabe su origen.
Me parecería conveniente que la autoridad correspondiente, sea el Presidente mediante un decreto de necesidad y urgencia o las máximas autoridades de la Justicia, autoricen a que todo lo requisado sea donado al Instituto Malbrán y demás instituciones, laboratorios, universidades y hospitales. Habría que hacerlo en forma urgente para ayudar a paliar la lucha contra la pandemia que nos azota.
Cuando la Justicia determine a quien pertenece ese dinero, y si tienen un justificativo real, se les devolverá esa tremenda cantidad que tanta falta le hace a todos los que luchan contra el coronavirus.
Hernan Caire
cairehernan@yahoo.com.ar
Otras cosas que un lector considera esenciales
Después de poco más de seis meses de Gobierno y tres meses de cuarentena pienso que es aconsejable recordarle al Presidente de la Nación y a los miembros de su Gabinete que respirar, comer, ir al médico, estudiar, pagar las facturas, acordar con los acreedores externos, respetar la división de poderes y evitar invadir la propiedad privada son todos ellos también trabajos esenciales.
Carlos Alberto Castriota
ccastriota2004@yahoo.com.ar
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Clarín
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