Los hechos dicen que se siguió la misma rutina inaugurada con la cuarentena: la Corte esperó la publicación del decreto presidencial que extendió -y profundizó- la cuarentena hasta el viernes 17
de julio, sus jueces lo analizaron y lo acompañaron con una nueva acordada que también prolonga la feria judicial extraordinaria hasta ese día para el ámbito de la Capital y el Gran Buenos Aires. ¿Hubo cambios? Sí, dos gatillos para descongelar causas que podrían avanzar o incluso tener sentencia sin reunir a las partes en ninguna sala. Pero este circuito transparente se vio opacado por versiones que tensaron el clima político alrededor del tribunal.
Por la mañana, la supuesta noticia de que la Corte terminaría con la feria para las Cámaras federales y sólo la mantendría para los juzgados de primera instancia y los Tribunales Orales disparó una ola de reacciones, que se contradijeron a sí mismas cuando los ministros terminaron firmando su acordada, pasadas las 19.
Desde el supuesto malestar porque los TOF no podrían continuar con los juicios orales mientras otros tribunales sí trabajarían, hasta el desconcierto por la “apertura” a contramano del endurecimiento en la cuarentena anunciado por el presidente el viernes.
Uno de los que encendió el motor antes de confirmar la veracidad de las noticias fue el secretario del gremio de los trabajadores judiciales, Julio Piumato, quien tras alertar sobre las consecuencias sindicales que causaría levantar la feria luego difundió un mensaje de audio para sus afiliados, en el que anunciaba que “revisaron la cuestión en la Corte y se extiende la feria extraordinaria. Incluso habló la ministra de Justicia con Rosenkrantz”. Bad information, hubiera dicho Cristina Kirchner. Esa versión -que disfrazaba como un supuesto “giro” lo que no había ocurrido- también tuvo que ser desmentida por él mismo a última hora de la tarde.
En definitiva, la acordada de este lunes prorrogó la feria judicial extraordinaria en AMBA pero -en sintonía con la enorme demanda por parte de abogados y litigantes- incluye dos novedades que buscan aumentar la cantidad de causas que se van a tratar en los tribunales.
En primer lugar, obliga a todos los jueces nacionales y federales del área a habilitar la feria de oficio para que se dicten sentencias con firma electrónica y por vía remota en los casos no urgentes. Hasta ahora, los magistrados tenían la autorización para hacerlo, pero mientras que algunos tribunales buscaron la manera de avanzar y resolver todos los casos que tenían pendientes otros siguieron trabajando en “modo feria”, y se limitaron a rechazar los pedidos de habilitación formulados por las partes, bajo distintas -y débiles- excusas. La acordada pretende eliminar esa distorsión, que viene causando airadas protestas.
La Corte también facultó a que los tribunales habiliten la feria a pedido de las partes en los casos en que los expedientes estén digitalizados, sin importar si el tema es urgente o no.
Por supuesto, estos cambios son envueltos con la reiteración de las recomendaciones para que los juzgados prioricen y agilicen el trabajo digital, y cuiden a su personal del riesgo sanitario con las medidas y protocolos previstos en acordadas anteriores.
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Clarín
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