«A los chicos les sacas del pollo y ya protestan»

Admite que los primeros meses tras la jubilación fueron difíciles. Acostumbrado a pasar más de 200 días fuera de casa cada uno de los últimos treinta años, el peso del hogar le

superaba. Javier Arbizu, cocinero de la selección española desde 1991 a 2019, asegura ya haber superado esa etapa. Sobre todo gracias a sus hijos, que le han animado a seguir activo, a no dejar de moverse. La llamada de ABC le sorprende. Y la agradece. Recordar los éxitos con la selección le pone de buen humor. Arbizu tiene buena memoria. «Lo que más grabado tengo es el partido ante Alemania y la propia final. Ese gol de Puyol lo tengo en la retina. Ahí supe que no se nos escapaba». De la final, más que el partido, se acuerda de las horas previas: «Fue un día muy largo de trabajo. Poniendo desayunos desde las siete y con un trajín increíble de invitados. Cada poco venía Fernando Hierro (director deportivo de la selección, por aquel entonces) y me decía: «Xabier, mira. Ha venido Karembeu con unos amigos. A ver si les podemos poner algo». También recita sin fallo el menú de los jugadores antes de jugar ante Holanda: «Una ensalada cortita de tomate, espárragos, zanahoria y maíz. Sin atún. Pasta cocida, sin más, con una salsa de tomate sencilla y una pechuga de pollo o pavo». El menú diario le llegaba por orden de Jorge Candel, al que los jugadores llamaban «Doctor Hambre». «Aprendí muchísimo de él», dice Arbizu. «A menudo me decía que me había pasado con el aceite. Pero demostró que con muy poco se podían hacer cosas ricas. Fue con quien más cambió la alimentación. Quitaba grasas, azúcar… Parecía que los chicos comían poco, pero los resultados le dieron la razón». También recuerda la carne de avestruz. «Un descubrimiento que hicimos en la Confederaciones de 2009. Era muy buena carne, pero a los jugadores les sacas del pollo y ya protestan». El pisto de Del Bosque Arbizu coincidió con seis seleccionadores. Y que nadie le discuta la transformación de los hábitos alimenticios: «Con Clemente se hacía una ensalada para todos, un primero y un segundo. Si al mediodía comías pollo, a la noche tocaba pescado. Hoy es todo una ciencia». Volviendo a Sudáfrica, recuerda que el más comilón era Pepe Reina. «Qué chico más alegre. La lástima es que tenía por delante a Íker, que era un fenómeno. El mejor». ¿Y el más especial para la comida? «Aunque no estuvo en ese Mundial, Jordi Alba», dice sin dudar. «Luego, por ejemplo, a Busquets había que pasarle la carne hasta casi quemarla». De los seleccionadores no recuerda ninguna gran manía. Aunque los días de partido, Del Bosque siempre le pedía un pincho de pisto especialidad de la casa. «Mira que habrá comido pisto en su tierra, pero el mío le encantaba».

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-chicos-sacas-pollo-y-protestan-202007110115_noticia.html

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