Las claves del renacimiento de Modric

Vivo, con «dribling», rápido, activo. Es otro. El de antes. «El ganador del Balón de Oro 2018 es el mejor ejemplo del trabajo bien hecho por los entrenadores del Real Madrid. Camino

de los 35 años, que cumplirá en septiembre, el croata pagó muy caro el esfuerzo en el Mundial de Rusia, donde su selección fue subcampeona. Aquel verano no tuvo apenas descanso y su rendimiento en la siguiente temporada fue mínimo. Era el colofón a tres años con finales de Champions y un desgaste enorme hasta el final de cada curso. El croata ha recuperado el poder físico para hacer valer su regate y sus recursos y ya aguanta los noventa minutos a buen ritmo Ese cansancio extremo persistía en la campaña actual. Valverde le quitaba el puesto. La pandemia lo paró todo y Modric ha aprovechado muy bien estos tres meses sin competición. El centrocampista pudo dedicarse por fin a obtener una buena a puesta a punto, sin partidos cada tres fechas. Dupont le ha puesto en forma. Es el mejor Modric desde hace dos años. Ahora tiene fuelle físico para imponer su calidad, sus regates, sus recortes. Su salida de balón y sus recursos técnicos para superar la presión de dos contrarios son sellos de identidad que vuelve a demostrar. Se nota en el campo. Ya no se siente arrollado por el poderío muscular de los rivales. Desea continuar «Lukita», como le llama Ramos, tiene contrato hasta el año próximo y piensa cumplirlo. Se siente bien, mucho mejor que hace un año, y el esperado título de Liga será el refrendo para continuar en el Real Madrid. Su objetivo, ahora mismo, es acabar su carrera en el club blanco. Ha disputado 38 partidos, con cinco goles y tres asistencias. Lo mejor para el croata es que ha recuperado la velocidad de movimientos para desbordar con su finta ofensiva y observa que su resistencia también ha crecido. Actualmente tiene la potencia necesaria para acabar los encuentros. Su realidad ha cambiado. El trabajo del confinamiento le ha revitalizado. Busca su segunda Liga con el Real Madrid.