Pintura y música en directo para la vuelta de la Cuesta de Moyano

Los rincones más emblemáticos de la ciudad también empiezan a recuperar algo parecido a la vieja normalidad después del confinamiento, y este sábado será el turno de la mítica Cuesta de Moyano,

lugar de encuentro para los aficionados a la lectura y al coleccionismo literario. Para que la jornada sea aún más divertida y reivindicativa, cinco ilustradores pintarán en vivo el regreso del público y de los libreros al historico enclave tras cuatro meses de cierre por la pandemia, en una convocatoria que también estará abierta a que aficionados al dibujo, la fotografía o el vídeo puedan sumarse para completar una jornada festiva y cultural lo más participativa posible. Almudena del Mazo, Alberto Albarrán, Joaquín González Dorao, Patricia Metola y Marta Ponce se darán cita a mediodía en la Cuesta para ilustrar la reapertura de los puestos de libreros tras su cierre en marzo por el estado de alarma y la cuarentena. Además, todos estarán acompañados por la música en directo del saxofonista Miguel Le Goff y del dúo de guitarra y violín Melopea, en el marco del ciclo cultural «Calles Vivas en Retiro·, organizado por la Junta municipal del distrito con la Asociación de Amigos de Moyano Soy de La Cuesta. Las obras de los cinco creadores se expondrán durante seis días, desde mañana hasta el próximo 23 de julio, en la caseta 22 de la Cuesta junto con una selección de los dibujos realizados en los últimos años por aficionados y otros profesionales con la Cuesta de Moyano como protagonista. El próximo jueves día 23, a las 12 horas, coincidiendo con el Día del Libro 2020, tendrá lugar el sorteo de estas ilustraciones realizadas por los cinco artistas. El concejal del distrito de Retiro, Santiago Saura, será el encargado de hacer entrega de las ilustraciones a los ganadores del sorteo. La resistencia de la Cuesta En abril, cuando la pandemia ya mostraba su lado más agresivo, se anunció que Los libreros de la Cuesta de Moyano no tendrían que pagar el canon por instalar sus casetas (de unos de 5.000 euros al año para las más antiguas, y hasta 18.000 para las demás) al Ayuntamiento de Madrid mientras durase el estado de alarma. Cuando éste cesó, algunas casetas comenzaron a abrir sus escaparates a finales de mayo, con la mitad de sus veintinueve casetas abiertas y con medidas de seguridad como gel hidroalcohólico y libros plastificados. Pero ante la falta de público la Junta Directiva de los libreros de Moyano y la plataforma ciudadana Soy de la Cuesta presentaron al Ayuntamiento la iniciativa «Madrid sube a la cuesta» para impulsar este enclave literario. Este plan ha propuesto encuentros culturales y talleres a través de internet y un mapa con Moyano como «kilómetro cero de la lectura». Además, una serie de ofertas en la línea de las que los libreros lanzaron durante la fase 2 de la desescalada, como la venta de lotes de 10 libros a 1 euro, de 5 libros a 5 euros y de 20 libros a 2 euros. Más de un siglo de literatura contra viento y marea Antes de la pandemia del coronavirus, la Cuesta de Moyano sólo había cerrado una vez en sus cien años de vida. Fue en 1939, al terminar la Guerra Civil, cuando la censura franquista impuso su clausura temporal. Sólo sufrió otro contratiempo grave, cuando en julio de 2004 tuvo que ser trasladada a una ubicación cercana por el incendio de una estación eléctrica en la vecina calle de Almadén. El resto del tiempo, esta calle única en el mundo ha sido un punto de encuentro fundamental para los amantes de la literatura en la capital. Sus orígenes se remontan a 1919, cuando un grupo de libreros que trabajaba en Atocha decidió instalarse en el paseo del Prado, delante del Jardín Botánico. Cinco años más tarde, en 1924, el director del Botánico escribió al Ayuntamiento para quejarse por la colocación de los puestos frente a la verja (»es improcedente y perjudicial para la salud», alegó) y provocó la mudanza, en 1925. Ya en su ubicación definitiva, fue bautizada por Ramón Gómez de la Serna como «la feria del boquerón», ya que por aquella época los libros se vendían a quince céntimos. Pero de la Serna no fue ni mucho menos el único escritor célebre que se dejaba ver por allí. Ernest Hemingway, José Ortega y Gasset, Pío Baroja, Azorín, Camilo José Cela o Francisco Umbral (que la llamaba «la calle más leída de Madrid») pasearon por allí. En 1969 llegó la primera renovación de las casetas y en 1984, tras el acuerdo con el Ayuntamiento de la capital, dispusieron de agua, electricidad y teléfono. Y desde 2017 la llamada La 1 de Moyano, de titularidad municipal, organiza actividades culturales.

FUENTE DIARIO ABC:

https://www.abc.es/espana/madrid/abci-pintura-y-musica-directo-para-vuelta-cuesta-moyano-202007180130_noticia.html

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