Un descenso sin reproches

El regreso del Real Mallorca a la élite del fútbol español ha durado esta vez apenas una temporada, tras seis años de ausencia. El conjunto bermellón certificó su descenso de categoría el

pasado jueves, al perder por uno a dos ante el Granada en Son Moix. Una vez acabado el encuentro, hubo lágrimas compartidas por todos, pero sin apenas reproches por parte del mallorquinismo, porque sobre el césped estaban unos profesionales que en los últimos dos años sólo habían dado continuas alegrías a la afición. Cuando Vicente Moreno llegó a la isla en el verano de 2017 para empezar a entrenar al Mallorca, este club centenario era apenas una sombra de lo que había sido no hacía aún mucho tiempo. En aquel momento, el equipo se encontraba en Segunda B, tras un traumático descenso ocurrido unas pocas semanas antes. A nivel económico, las cosas no funcionaban mucho mejor, con unas deudas millonarias que se arrastraban desde hacía tiempo. En ese sentido, puede considerarse providencial la llegada al Mallorca del empresario norteamericano Robert Sarver y de sus socios en enero de 2016, momento a partir del cual pasaron a convertirse en los nuevos propietarios. Sarver contó desde el primer momento con una persona de su máxima confianza en el club, el consejero delegado, Maheta Molango, quien con el tiempo acabaría siendo cada vez más cuestionado, sobre todo por sus decisiones en materia de fichajes en la temporada que ahora está a punto de finalizar. Posiblemente, ese fue el principal motivo de su cese en febrero de este año. Molango había estado ya a punto de ser destituido cuando el Mallorca descendió a Segunda B al final de la temporada 2016-17. Sin embargo, finalmente consiguió mantenerse en el cargo. A partir de ahí, vivió sus mejores momentos como gestor. Así, en el haber de Molango siempre estará su apuesta por Moreno hace tres años, una decisión tomada junto con el entonces director deportivo del club, Javi Recio. Además, se consiguió conformar entonces una plantilla competitiva, en la que se conjugaban veteranía y juventud. El resultado fue que en sólo una temporada el Mallorca regresó a la Segunda división, tras superar en el play off de ascenso al Mirandés. La columna vertebral del equipo en su vuelta al fútbol profesional siguió siendo, en buena medida, la misma que había logrado ese ascenso, con fijos indiscutibles como Manolo Reina, Antonio Raíllo, Salva Sevilla o Lago Junior. A ellos se sumaron a lo largo de la temporada 2018-19 jugadores como Martin Valjent, Dani Rodríguez, Iddrisu Baba o Ante Budimir. Tras una campaña magnífica, esos ocho jugadores fueron titulares en el partido que hace un año condujo al Mallorca de nuevo a Primera, tras vencer por tres a cero al Deportivo en el encuentro de vuelta del play off final jugado en Son Moix. Todos ellos han seguido siendo titulares durante esta campaña, con sólo dos nuevas aportaciones de primer nivel, las de Take Kubo y el Cucho Hernández. Nadie ha puesto nunca en duda a lo largo de estos meses la gran entrega de todos esos jugadores ni la valía de Moreno en su estreno en Primera división, reconocida además por otros entrenadores. Pero esa dedicación y ese esfuerzo no han sido suficientes para lograr mantener la categoría, a pesar de que el Mallorca ha sido un conjunto competitivo casi hasta el final. Hace unos días, trascendió que Moreno había decidido no seguir en el Mallorca la próxima temporada, a pesar de que en principio tenía contrato hasta 2022. El principal motivo de su marcha quizás sea el cansancio acumulado por unos años vividos con la máxima intensidad a todos los niveles. En los próximos días se anunciará ya, muy posiblemente, cuál será su sustituto. Tras consumarse el descenso, Moreno y los jugadores del Mallorca pidieron perdón a toda la afición. Para la mayoría del mallorquinismo, nada hay que perdonar, pero si lo hubiera, seguro que ya les ha perdonado.

Fuente La Razon:

https://www.abc.es/deportes/futbol/abci-descenso-sin-reproches-202007190203_noticia.html

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